Pasaje destacado
"Pensé que eso era lo más satisfactorio; creer que traspasamos los límites del lenguaje más allá de lo posible, que inventábamos un código nuevo y obsceno a base de «me gustas mucho». Sabía que eran las mismas palabras acarameladas que todas las parejas se dicen, pero al estar culiando con Manuel, tomaban un cariz original y arriesgado.El juego de mentiras solo ocurría durante el sexo. El santo y seña para volver a la realidad, y ser los dos descreídos del amor romántico de siempre, sucedía cuando Manuel me tomaba del cuello. Mirándome fijo, y haciendo presión para asfixiarme, amenazaba: «La próxima vez que te vea, te mato»."



















