"La niebla se está echando encima de manera alarmante. Tan pronto pueden ver el mar al sur y la costa al norte, como de repente una densa masa gris que avanza lenta y misteriosamente en todas direcciones. Parece como si el universo quisiera olvidarse del islote barriéndolo bajo una alfombra de nubes. El efecto es tan irreal que Helgi no es capaz de acostumbrarse a unos cambios tan rápidos.
A pesar de no gustarle especialmente la música clásica, tiene la impresión de que unos violines de fondo encajarían perfectamente. Pero, a falta del sonido melancólico de las cuerdas, tiene que conformarse con el rumor de las olas, que en la niebla se oye con más claridad que antes, como si el mar quisiera recordar su existencia a los cuatro visitantes ahora que ya no lo tienen ante sus ojos.
A pesar de no gustarle especialmente la música clásica, tiene la impresión de que unos violines de fondo encajarían perfectamente. Pero, a falta del sonido melancólico de las cuerdas, tiene que conformarse con el rumor de las olas, que en la niebla se oye con más claridad que antes, como si el mar quisiera recordar su existencia a los cuatro visitantes ahora que ya no lo tienen ante sus ojos.