Pasaje destacado
"Por hoy te dejaremos en paz si te tragas enteras estas tres tizas. Primero me ordenó que me metiera dos trozos en la nariz, uno en cada agujero, hasta el fondo. Luego agitó el tercero delante de mis ojos y me dijo: «Eh, bizco. Da las gracias y trágatelo. ¡Ya!». Acto seguido me dio un puntapié en la rodilla.
Me dieron patadas en las rodillas y los muslos, fueron desplazando poco a poco los pies, pisándome la barriga como si quisieran comprobar su blandura con las suelas de sus zapatillas, y al final me patearon todo el cuerpo. Me arrojaron contra la pared, me hicieron caer dando tumbos sobre las mesas. Cada golpe iba acompañado de un ruido infernal. Dentro de mi cabeza me repetía que era lo de siempre, que no era para tanto, mientras esperaba que todo aquello pasase lo antes posible "
Me dieron patadas en las rodillas y los muslos, fueron desplazando poco a poco los pies, pisándome la barriga como si quisieran comprobar su blandura con las suelas de sus zapatillas, y al final me patearon todo el cuerpo. Me arrojaron contra la pared, me hicieron caer dando tumbos sobre las mesas. Cada golpe iba acompañado de un ruido infernal. Dentro de mi cabeza me repetía que era lo de siempre, que no era para tanto, mientras esperaba que todo aquello pasase lo antes posible "