Pasaje destacado
"Porque estoy rota y no hay arreglo. No, no hay arreglo. Solo hay dolor. Omnipresente, omnipotente. Un dolor deidad. Un dolor al que dedico las veinticuatro horas del día, un dolor casi placentero, porque solo gracias a él sé que no he muerto. Antes del dolor y Después del dolor, un muro de Berlín entre mis dos vidas. Antes del dolor, los rizos rubios de Milo. Antes del dolor, la luz, los colores, ocho años juntos. Después del dolor, nada. Vacío. Desconsuelo. Angustia. Más dolor.
Me abrazo las costillas para no partirme en dos. Necesito contener la desesperanza que me agrieta por dentro cortándome la sangre, la respiración, el llanto que nace desde lo hondo del vientre y que lenta, muy lentamente, me mata. Me mata, sin acabar la faena porque por desgracia sigo viva".
Me abrazo las costillas para no partirme en dos. Necesito contener la desesperanza que me agrieta por dentro cortándome la sangre, la respiración, el llanto que nace desde lo hondo del vientre y que lenta, muy lentamente, me mata. Me mata, sin acabar la faena porque por desgracia sigo viva".