Conoce a Dewey leemáslibros, el gato que inspiró el título de mi blog


24 de abril de 2025

“UNA FAMILIA MODERNA” de Helga Flatland


   Pasaje destacado
Portada de la novela Oposición de Sara Mesa, Editorial Anagrama"Has estado insoportable todas las vacaciones
—le dice Ellen antes de que mamá acierte a responder.
Así que dinos qué está pasando y déjate de indirectas.
Hemos decidido separarnos —dice papá.
Mamá da un respingo, como si él hubiera tirado de ella. Es evidente que no era eso lo que pensaba que diría.
Es una decisión muy meditada. Ambos sentimos que la relación se ha quedado vacía, que ya hemos sacado todo lo que podíamos de nosotros mismos y de nuestro matrimonio —prosigue papá. Ya no vemos un futuro juntos.

Hemos hablado del tema largo y tendido, hemos intentado resolverlo de otra manera, pero el caso es que hemos crecido en direcciones distintas —dice. Hace muchos años que la cosa no funciona. Nos quedamos en silencio. Papá y mamá parecen dos niños avergonzados. ¿Que habéis tomado caminos distintos? ¿El futuro? ¡Por favor! ¡Que tenéis setenta años!"

Me estreno con Helga Flatland (Flatdal, Noruega, 1984), una de las autoras más premiadas y leídas de Noruega. Su primera novela “Quédate si puedes” (Leave If You Must, 2010) recibió excelentes críticas y la estableció como una de las autoras noruegas más prometedoras. “Una familia moderna” (2017, publicada en España en 2024) es su segunda novela y a las pocas semanas de su publicación había vendido 20.000 copias. Además ha ganado con ella varios premios: Premio al Primer Libro de Tarjei Vesaas, Premio de la Crítica Joven y el Premio Amalie Skram 2015.

Los puntos fuertes de la novela

✔ El comienzo: no es que sea un comienzo trepidante, pero lo que leo me llama bastante la atención y me incita a seguir:
Los Alpes parecen dientes de tiburón, sobresalen por encima del cielo cubierto de nubes de Europa Central en un mordisco que no cesa. Empujan el viento en distintas direcciones, intentan desgarrar el avión por todos los lados y aquí sentados somos tan pequeños, las cabezas que tengo delante se mecen al compás. En el paisaje que se extiende a nuestros pies, más de la mitad de la población cree que está bien pegar a los hijos, pienso, y busco a mis propios hijos con la mirada, pero están ocultos tras el respaldo, cuatro filas delante de mí. A su lado, Olaf reparte el peso de la cabeza entre la pared del avión y el asiento. Delante de él se asoma el pelo rubio de Ellen. Entre los asientos veo que mamá duerme apoyada en su hombro. Papá baja por el pasillo con sus nuevos cascos Bose alrededor del cuello. ¿Se los ha llevado al baño? Le sonrío en un destello de ternura, pero él no me ve. Se sienta al lado de Håkon, solo le veo parte de la cara, los pómulos marcados y la punta de la nariz, que se ve azulada con la luz del portátil que tiene delante.
Podrían ser cualquiera. Podríamos ser cualquiera.

 La trama a grandes rasgos sin spoilers
Podrían ser cualquiera, pero no, no son cualquiera. Son tres hijos adultos, Liv, Ellen y Håkon que van de viaje con sus padres, Sverre y Torill, sus propias parejas e hijos. Son los nueve miembros de “una familia moderna” que han decidido pasar unos días de vacaciones, invitados por Sverre, como regalo en su setenta cumpleaños, "ahora están aquí, ahora estamos aquí, sentados a la mesa: mamá, papá, Ellen, su novio Simen, Agnar y Hedda, Olaf y yo. Y Håkon", nos cuenta Liv, la hermana mayor de los tres. Nos cuenta al principio de la trama que van a estar dos días en Roma, y el resto del tiempo, en la casa de un pueblo costero que les ha prestado el hermano de Olaf, el marido de Liv. Todos notan a los padres raros, distantes, todos excepto Simen, el nuevo de la familia que todavía no es capaz de captar los matices en las miradas, en las expresiones, en las voces, los pequeños detalles en las cosas inexplicables que han cambiado entre el matrimonio. 

Y de pronto, todo estalla por los aires, literalmente, cuando Sverre informa al resto de la familia que Torill y él se van a divorciar, que van a romper el matrimonio tras cuarenta años compartiendo la vida. Esa es la premisa inicial de la historia que desencadena todo lo que viene después.
Hace muchos años que lo nuestro no funciona —dice papá. Y me pregunto qué tiene que funcionar en un matrimonio a los setenta, aparte de mirar atrás y ver lo que se ha creado juntos, algo que mis padres podrían hacer con cierta satisfacción en la mayoría de los aspectos de su vida

A través de diversos capítulos que se van alternando narrados en primera persona, los tres hermanos nos van haciendo partícipes de cómo ha sido y es el entramado familiar, la situación actual de cada uno de ellos de forma individual y con sus parejas. Liv, Ellen (hay dos capítulos de cada una de ellas) y Håkon (hay solo un capítulo de Håkon, el último) nos cuentan las mismas cosas desde su punto de vista, óptica y forma de sentir y percibir la complicada situación que la noticia genera durante y posteriormente al viaje, un viaje que generará una evidente línea divisoria, un antes y un después ineludible, cambios que propiciarán reflexiones, silencios nuevos, comparaciones, celos, culpas, separaciones, nuevos pactos y uniones en esa “familia moderna“
Esa cena ha sido como una escena de una estereotípica película escandinava dramática y oscura, no voy a decir nombres, dijo Simen riéndose cuando nos fuimos a la cama ayer. Yo asentí. Pero sin que se revelara nada al final, le dije. Aunque sí que se reveló que mis padres son dos viejos que han decidido que la vida tiene más cosas que ofrecer y van a sacrificar la familia para encontrarse a sí mimos, añadí. Puede que las respuestas estén por llegar, dijo Simen. No sabemos lo que ha pasado entre ellos. No ha pasado nada, dije, y estaba convencida. No ha pasado nada más que por una parte hablan de jubilarse y por otra reprimen su edad

 Los personajes: son muy reales, podríamos vernos reflejados en cualquiera de ellos. Los protagonistas absolutos, el núcleo de la trama son los tres hermanos e hijos del matrimonio que se va a divorciar, a través de sus propias voces conoceremos las personalidades de cada uno y lo que piensan sobre los demás 

▶︎ Liv es la mayor, periodista, tiene cuarenta años y un cuerpo envidiable según su hermana, es la que más se parece físicamente a la madre y de todos los hermanos, la más dependiente de los padres a nivel emocional, la más necesitada de reconocimiento, aceptación y atenciones por parte de ellos. Está casada con Olaf y su matrimonio parece ir muy bien. Quizás sea la que más sufre y se desespera por el ambiente enrarecido que ahora rodea a toda la familia, la que más acusa el daño por la nueva situación familiar. 
Pero la sensación de catástrofe me ha golpeado con fuerza y todo esto es indiscutiblemente personal. Todo se está deshaciendo, como el jersey que me tejió mi madre hace unos años, a partir de un agujero que le salió en la parte baja de la espalda y que cuanto más intentaba coserlo y sellar los hilos sueltos, más grande se hacía. Y aunque he intentado pensar con la cabeza, como Olaf me ha pedido que haga, no consigo encontrar nada a lo que agarrarme

Ahora que tiene hijos (Hedda de cinco años y Agnar con catorce) no quiere cometer los mismos errores que su madre cometió con ellos. 
No quiero ser como mi madre era conmigo. No quiero ser crítica con Agnar y Hedda, no quiero que sientan que el mundo no tiene sentido si algo me hace daño ni que voy a controlar su mundo emocional a partir del mío

Olaf, su marido, está bien integrado en “la familia moderna” e incluso si la compara con la suya propia, prefiere y envidia la de Liv 
Olaf siempre ha apreciado mucho a mis padres, a Ellen y a Håkon, con una relación mucho más cercana que con su propia familia. Al contrario que yo, opina que es un alivio que mi madre sea tan directa, le parece que mi padre es modesto y se da muy poca importancia, y que en nuestra casa hay un ambiente que siempre ha echado de menos en la suya, una libertad y una tolerancia que me señaló una de las primeras veces que estuvo en casa de mis padres

▶︎ Ellen es la mediana, trabaja de asesora y redactora de discursos a los políticos, disléxica, pero de pequeña era tan lista que desarrolló un sistema para entender las palabras y leer perfectamente a su manera, de forma que los padres tardaron en darse cuenta de su problema. 
Al principio, a Simen le parecía raro que yo, que soy disléxica, hubiera elegido una carrera que tiene tanto que ver con el lenguaje. Al revés, le respondía yo. Siempre me han interesado más el lenguaje y la comunicación que a nadie que conozco, precisamente por lo de la dislexia. La sensación de que hay un sistema que no consigo descifrar aún sigue ahí, tal y como la recuerdo desde primaria. Una larga lista de códigos que no era capaz de comprender, hasta que encontré mi propio método que consistía en no leer palabra por palabra, sino en adivinar la frase

Tiene 38 años, sabe que no dispone de demasiado tiempo para poder ser madre, y quizás demasiado influida por su pareja, Simen, siente que debe formar su propia familia rápido, antes de que se le pase el arroz y sea tarde.
¿Quieres tener hijos con él?, ¿te lo imaginas como padre?, etc.— y la corté. Es demasiado pronto para pensar en ello, le dije, pero solo un par de meses más tarde, Simen empezó a hablar de tener hijos y dijo que le apetecía, y que siempre se había imaginado que tendría muchos. Mi familia piensa que ya voy tarde, me explicó, y añadió que su hermano pequeño ya tiene dos. Y yo pensé en tener hijos en serio por primera vez, ya no como una idea de algo que ocurriría en algún momento del futuro

Ambos están en ello, llevan tiempo intentando quedarse embarazados, obsesionados con la idea de tener un hijo. Ellen envidia que Liv es madre y ella no, y siente pánico pensando que Simen la pueda abandonar si no lo consiguen. De todos los miembros de la familia, Ellen es la más conflictiva, junto a la madre, siente la necesidad de hablarlo todo sin dejar nada en el tintero, lo contrario que Liv. 

Las dos hermanas son muy distintas la una de la otra, sienten cierta envidia entre ellas digamos que de la sana, pero se adoran, se necesitan porque se complementan.
Ellen y yo nos hicimos buenas amigas a principios de la veintena. Cuando conocí a Olaf y Ellen empezó a desempeñar un nuevo rol en mi vida. De repente se convirtió en alguien a quien podía hacer confidencias, una persona, una hermana, alguien cercano, no solo una manifestación de todo lo que yo quería ser y no era

▶︎ Håkon: es el benjamín de la familia, con treinta años en la actualidad (dos menos que Liv y ocho menos que Ellen). Nació con un problema cardiaco y todos pensaban que moriría en las primeras semanas de su llegada al mundo y por eso, siempre ha sido el niño mimado de la familia, la debilidad de los padres (o eso piensan las hermanas). 
Los hijos más independientes reciben menos atención, como es natural. Se las arreglan solos y no despiertan el mismo instinto de protección en los padres. La atención y el amor no son sinónimos, respondí. No, pero a veces es difícil distinguir una cosa de la otra, dijo Simen, tanto para los hijos como para los padres

Ese exceso de protección recibida, parece en cierta forma haber modulado su personalidad de adulto, comportándose a veces como si todavía fuera un chiquillo. Aparentemente, es el que menos se sorprende con la noticia porque tiene sus propias ideas respecto al matrimonio como entidad, está convencido de que es antinatural tener la misma pareja años y años, cree en el amor libre y las parejas abiertas. 
El caso es que Håkon fue un hijo muy deseado y lo sigue siendo. En contextos familiares todavía se comporta como un niño pequeño, adopta el papel del menor de la familia, como si estuviera indefenso. Cuando Ellen, Håkon y yo estamos solos, cambia totalmente y se convierte en un hombre adulto que participa en conversaciones adultas y tiene problemas de adulto. 

Las alianzas entre los tres hermanos son curiosas, la mediana es la que parece tener vínculos más especiales tanto con la mayor como con el hermano menor. Por un lado, Liv y Ellen comparten todas sus intimidades y por otra parte Ellen y Håkon también son especialmente amigos y se cuentan todas las cosas. Aunque entre los tres hay una unión muy especial, que confieso me ha dado una envidia tremenda
Me pregunto cuánto de todo eso es genético, si estamos programados de la misma manera y por eso nos entendemos de forma intuitiva entre nosotros, o si es una forma aprendida de pensar, de hablar, de hacer asociaciones y llegar a conclusiones. Sea como sea, Ellen, Håkon y yo tenemos esas conexiones, tácitas y constantes, que no dependen ni del tiempo ni del espacio. Mis hermanas y yo podamos discutir, a menudo acaloradamente, como si nos peleáramos, y después hablar como si nada hubiera pasado. A mí me resulta muy natural y entiendo que es porque hemos discutido mucho y porque, a pesar de eso, siempre nos sentimos seguros por tenernos unos a otros.

▶︎ Bastante más secundarios son los padres, Sverre y Torill, que tras cuarenta años de matrimonio han decidido seguir cada cual por su lado, lo que provoca un ambiente de duelo absoluto, un sentimiento en los hijos de rabia, traición y el caos en la familia al completo. Ya no quieren estar juntos porque aseguran no tener nada en común, ni compartir las mismas inquietudes ni hobbies. 
Y ya lo había pensado mucho antes, que ven y se acercan al mundo de formas totalmente distintas. Ella es confrontativa, intensa y sensorial, mientras que él es mucho más distante, lógico y sensible en distintos campos. Tampoco tienen intereses comunes aparte de nosotros, le dije. Como dice papá, han firmado un contrato en el sentido más literal de la palabra, y lo han cumplido. ¿Crees que han estado enamorados alguna vez?, le pregunté a Simen. Sabía que no me podía responder, pero la pregunta era en parte retórica para que pudiera entender la diferencia entre ellos y nosotros. Yo creo en las relaciones y en las familias cuya base es que dos personas se quieran, no que se elijan por motivos prácticos o por miedo o lo que sea, añadí para tranquilizarlo

Torill, la madre, se jubiló de su trabajo de editora al cumplir los sesenta y siete, aunque todavía realiza algunas tareas de consultoría para la editorial. Sverre ya ha cumplido los setenta pero él aún no se ha jubilado del todo, trabaja de consultor dos veces a la semana, lo que, junto con el deporte, es lo único que parece darle sentido a su vida. 
La gente firma contratos distintos en distintos tipos de relaciones, pero no todos los contratos se mantienen cuando cambian las premisas. ¿Qué premisas?, pregunté. Tanto Torill como yo hemos cambiado. No somos como cuando nos conocimos, no se puede dar por hecho que todavía encajemos

 Los delicados temas que se abordan de una forma sensible, magistral: las consecuencias y los problemas de aceptación de unos hijos ante el divorcio de sus padres, las complejas relaciones entre hermanos, padres/hijos, la maternidad, el amor y su ocaso entre parejas que llevan mucho tiempo juntas, la monogamia, la gestión psicológica de los grandes cambios. La obsesión por tener hijos a toda costa y el deterioro en la pareja que ello puede ocasionar

 La prosa, el estilo y la autora: 
La prosa es buena, no es que sea de esas que fascinan, pero la novela está muy bien escrita. Pero para mí, lo más destacable ha sido sin duda la destreza de la autora para conseguir meterse en las mentes de unos hijos/hermanos cuyos padres se van a divorciar, saber lo que piensan, cómo lo viven, y hacernos sentir su rabia, su frustración y lo mejor de todo, saber transmitírnoslo a través de ellos mismos y a través de los ojos de los demás hermanos. El estilo de la narración es un gran acierto, un acierto que el lector pueda confrontar las emociones por separado, los mismos hechos y situaciones descritos según le afecta a cada uno y la forma de interactuar entre ellos


Resumiendo: “Una familia moderna” es eso, el retrato de una familia “moderna” que se desmorona ante el divorcio de unos padres ya ancianos que amenaza con desquebrajar la unidad familiar, es la radiografía de una separación muy complicada de llevar, de aceptar para unos hijos que, aunque ya son adultos, pone en tela de juicio los viejos lazos forjados y ven de repente saltar por los aires todas sus creencias debiéndose replantear los roles de siempre en el nuevo orden familiar surgido. 

Ninguna familia ve a los demás con claridad. Solo se ven a través del velo de las relaciones que crean entre ellos.


¿Os recomiendo esta novela? Por supuesto, por varios motivos: por todos los puntos destacables que os he contado arriba, pero también porque estamos ante una historia muy real, que podría ser la de cualquier "familia moderna", actual, con mucha miga, que engancha e irradia destellos de humor, y porque desprende mucha sensibilidad y empatía ante las complejas situaciones que plantea. Una historia como la vida misma. . .. ¡No os la perdáis! 

Esta novela ha sido un "Debate a tres", la hemos leído y debatido a tres bandas en nuestro club de lectura particular, un Debate en el que en la mayoría de nuestras opiniones hemos coincidido, aunque no en todas. Si tenéis curiosidad por ver otros enfoques, otras perspectivas distintas, u os apetece saber si Mariana y Rosa han disfrutado la novela tanto como yo, podéis hacerles una visita y leer sus reseñas AQUÍ y AQUÍ, seguro que no os arrepentiréis

Mi nota esta vez es la máxima, para variar, dicho sea irónicamente:


17 comments:

  1. La vida misma como dices está llena de estas historias y eso las hace cercana al lector. Los hijos podrían sentirse presionados a "elegir" entre uno u otro progenitor, especialmente si la separación es conflictiva, lo que puede generar tensiones familiares. Y aunque no fuera conflictiva también. Y es que lógicamente reuniones, celebraciones o rituales familiares pueden cambiar o desaparecer, afectando el sentido de pertenencia y continuidad. Me parece interesante el explorar los nuevos órdenes familiares así que grata la recomendación y lectura de tu reseña. Besos, Marian.



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    1. ¡Hola Miguel! me alegra que te haya parecido interesante la novela. Los divorcios siempre son complicados, como dices tanto sí son conflictivos como si no, en este caso es de mutuo acuerdo, de hecho entre ellos siguen estando bien, se hablan y se siguen tratando con cariño, pero claro, los hijos ven desmoronarse su mundo.
      Muy recomendable
      Besos

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  2. ¡Hola, Marian!
    Una historia y una autora que nos ha encantado, lástima que esta sea su única obra traducida al español, esperemos que pronto haya más novelas en nuestro idioma.
    El párrafo con que cierras tu reseña me dejó pensando y mucho, estuve a punto de colocarlo yo también como cierre de mi post.
    Definitivamente Helga Flatland ha descrito el psicodrama de esta familia que de repente se desmorona, dejando atónitos también a nosotros los lectores 😊
    He disfrutado mucho conocer la historia desde el punto de vista de cada hermano, ver como cualquier acontecimiento, un gesto, una frase, adquiere valores diferentes, interpretaciones múltiples, todas plausibles y justificables, como en la vida misma.
    Me ha encantado tu reseña, como siempre muy completa y detallada y he disfrutado un montón leer y debatir esta novela contigo y con Rosa 😍
    Un beso fuerte.

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    1. ¡Hola Mariana!
      es una lástima, sí que no hayan más novelas pendientes de leer de la autora, sin duda quedaremos a la esperad de lo nuevo que publique.
      Ese párrafo es muy cortito, pero en esas pocas palabras se dice mucho, por eso lo elegí como broche final. Y es que es cierto que a veces vemos a algunos de nuestros familiares a través de los ojos y las relaciones que creamos con el resto y cómo se relacionan estos con esa persona
      Un placer como siempre debatir entre las tres
      Mil besos!!

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  3. «¿El futuro? ¡Por favor! ¡Que tenéis setenta años!». Me encanta esa cita que yo también resalto. Lo comentaba ahora con Marianna. Es la más patente demostración de lo distinta que se ve la vida a las diferentes edades. Los padres se ven aún llenos de futuro, de oportunidades, de recuperar una vida independiente que se están robando uno a otro. la hija ya los ve amortizados, sin futuro y piensa que no merece la pena darles ese disgusto a los hijos cuando ya no les queda nada por vivir.
    Es curiosa esa dependencia de los hijos respecto a los padres, ese egoísmo también de pretender que los padres sigan juntos y renuncien a sus deseos y necesidades para no alterar el bienestar y la seguridad de los hijos, ya mayores y, se supone, independientes.
    Es magnífica la forma de narrar de la autora mediante el testimonio de los tres hermanos que dan su visión, muy distinta, de los mismos hechos. Magnífica la novela en general.
    Y ha sido genial compartir entre las tres esta historia que a tan jugosas reflexiones ha dado lugar.
    Un beso.

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    1. ¡Hola Rosa!
      esa frase impacta, sí, como sí a los setenta años ya no hubiera un futuro para intentar ser feliz. Y sí, curioso como los hijos realmente adoptan mi parecer una actitud egoísta sobre todo Ellen que solo pensaba en estar tranquila para poder quedarse embarazada y tener un hijo, su mayor obsesión.
      Magnífico descubrimiento, sí y magníficos nuestros debates
      Un beso.

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  4. Hola, Marian.
    Me encanta todo lo que cuentas. Vengo de la reseña de Rosa y ya me había convencido. Tenía mis reticencias porque a veces no conecto con los autores nórdicos en este tipo de novelas como me pasó en mi última lectura. Pero creo que con esta me va a ir bien.
    Es genial que los hermanos se lleven bien, cuando solo son dos es más habitual esa buena relación. Si son más, ya es más frecuente que igual alguno desentone.
    En la próxima visita a la biblioteca se viene a casa.
    Besines

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    1. ¡Que bien, Norah! me alegra que te hayamos convencido, a las tres nos gustó mucho, y me alegra que hayas dejado a un lado esas reticencias, porque estoy convencida de que esta novela te va a gustar (todos los personajes tienen su nombre y el final no es inacabado, jeje), aunque bueno, nunca se sabe, pero me encantaría conocer tu opinión al respecto, así que espero que la tengan en la biblio para que se pueda ir contigo a casita.
      Besines!

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  5. Entre tú y Rosa me habéis creado la necesidad de leer este libro. Como ya le he dicho a Rosa, nunca me había planteado cómo podía afectar la separación en hijos adultos. Siempre pensamos en los más pequeños, pero nunca en los mayores. Me gusta ese enfoque en esta novela. La leeré.
    Besotes!!!

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    1. ¡Que bien! me alegra que Rosa y yo te hayamos creado una necesidad y sí hubieras leído también la reseña de Mariana pues tu necesidad de leerla se habría incrementado más aún con toda seguridad
      Es un enfoque curioso el de la novela, sí, a ver qué te parece...
      Besotes!!!

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  6. Hola Marian!, los divorcios siempre son complicados y más si los que se separan son los padres ancianos que ya tienen la vida hecha. Comprendo la reacción de los hijos, pero a veces se les (nos) olvida que nuestros padres también son seres humanos con sus apetencias y necesidades, y que la vida que les quede mucha o poca, deben vivirla a su gusto. Los hijos a veces somos muy egoístas. También hay que tener en cuenta la situación personal de los hermanos y de la relación entre ellos, y es que si somos infelices, también somos menos empáticos. Apuntada tengo la novela por la reseña de Rosa, ahora solo me queda leer la de Mariana.
    Una curiosidad, como elegís las novelas del debate a tres?. Un abrazo.

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    1. ¡Hola Mar!
      cierto todo lo que dices, nunca había caído en que "si somos infelices domos menos empáticos", una verdad como un templo...
      Me contenta mucho que nuestras reseñas te hayan decidido a llevártela anotada, creo que te gustaría mucho
      Respecto a tu curiosidad, te cuento que lo hacemos de la siguiente manera: una de las tres propone una lectura (conocemos bastante bien los gustos lectores de las demás ya que aunque no en todo, coincidimos bastante) si a las tres nos apetece pues comienzo yo primero a leer los primeros capítulos ya que yo soy la más complicada para conseguir engancharme y soy también la más abandonadora de libros, jeje. Y ya yo doy el visto bueno cuando creo que me puede enganchar del todo y comenzamos a la par, vamos leyendo a la par, y comentando por porcentaje leído
      ¡Un abrazo!

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  7. ¡Hola, Marian!

    Me encantan esos libros que empiezan con una premisa inicial que, más tarde, es la causante de todos los acontecimientos que vienen después (que suelen ser mucho más grandes y complejos). Me interesan los temas que trata la novela porque, aunque para algunas personas pueden ser temas totalmente normales, para otros puede resultar muy complicado abrirse y hablar sobre ellos, y cada familia es un mundo, eso no es ningún secreto.

    Me ha gustado mucho la reseña, Marian.

    ¡Un beso!

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    1. ¡Hola Laura!
      pues entonces este es tu libro, porque tiene una premisa inicial muy importante que lo desencadena todo, te gustará, sin duda.
      Me alegra que te haya gustado mi reseña.
      ¡Un beso!

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  8. Tal como te iba leyendo, me iba imaginando los distintas parejas pasando un finde que no olvidarán (es como muy cinematográfico). Me gusta la premisa, y que haya distintas voces, diferentes puntos de vista, le da su chicha. Me lo llevo apuntado.

    Un beso ;)

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    1. Por cierto, ahora que me fijo, hubiera sido genial que la portada hubiese guardado concordancia con la historia, ya que en ese cuadro se ven dos hijos y una hija.

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    2. Cierto, fue un finde para no olvidar, para los tres hermanos. Tienes razón, no me había fijado, es verdad que se ven dos chicos y un chica y que no habría costado nada serle fiel a los personajes y al historia. Esos pequeños detalles son también importantes. Me alegra que te la lleves, creo que a Moniki al menos podría gustarle
      Besos

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