Pasaje destacado

Se decía que era un gen hereditario que había pasado de generación en generación, pero Ainize sabía que no. La soledad de aquella vida, la tristeza de aquel clima y la rudeza de aquellas tierras eran lo que, con el paso de los años, mermaba el buen humor y las energías de cualquiera. Artziniega de por sí ya era un lugar solitario, pero en aquella colina la soledad se acentuaba con fuerza e intensidad."