“Lo mismo que un día quitas para siempre los peluches de la cama, crecer también significaba quitar de en medio otras gentes que ocuparon un espacio importante en tu infancia. Vas olvidando poco a poco sus voces, sus rostros, los juegos compartidos, los descubrimientos conjuntos, esos fogonazos que te iluminaron en medio de la oscuridad, los secretos primeros.
Y da igual que a aquellas personas les jurases amistad eterna o amor de por vida siendo un niño. En la edad del instituto solo existe el futuro. Eres todo lo que te queda por delante.”.
Y da igual que a aquellas personas les jurases amistad eterna o amor de por vida siendo un niño. En la edad del instituto solo existe el futuro. Eres todo lo que te queda por delante.”.
“Se produjeron avances clínicos, y la Salpêtrière se transformó en un centro de tratamiento e investigación neurológicos. Una categoría totalmente nueva de pacientes empezó a recibir atención en diversas unidades del complejo: se las denominaba «histéricas», «epilépticas», «melancólicas», «maníacas» o «dementes».
Las cadenas y los andrajos dieron paso a la experimentación con sus cuerpos enfermos: los compresores ováricos conseguían calmar los ataques de histeria; la introducción de un hierro caliente en la vagina y el útero reducía los síntomas clínicos; los psicotrópicos —nitrito de amilo, éter o cloroformo— pacificaban los nervios de las más jóvenes; la aplicación de diversos metales —zinc e imanes—”
Las cadenas y los andrajos dieron paso a la experimentación con sus cuerpos enfermos: los compresores ováricos conseguían calmar los ataques de histeria; la introducción de un hierro caliente en la vagina y el útero reducía los síntomas clínicos; los psicotrópicos —nitrito de amilo, éter o cloroformo— pacificaban los nervios de las más jóvenes; la aplicación de diversos metales —zinc e imanes—”