
Pues en Madrid lo encontraréis en boca de todos. Parece tener fascinados a todos sus habitantes, y aunque yo mismo no he asistido a sus sermones, me asombra el entusiasmo que ha despertado. La adoración que le tributan los jóvenes y los viejos, los hombres y las mujeres, es sin igual. Los grandes le colman de regalos; sus esposas se niegan a tener otro confesor, y en toda la ciudad se le conoce con el nombre de «Hombre santo»”.
Dicen que su sabiduría es de lo más profunda, y su elocuencia de lo más persuasiva. En el curso de toda su vida, jamás ha infringido una sola regla de su orden, ni se ha descubierto la más leve mancha en su persona; y se dice que es tan estricto observador de la castidad que desconoce en qué consiste la diferencia entre el hombre y la mujer
Dicen que su sabiduría es de lo más profunda, y su elocuencia de lo más persuasiva. En el curso de toda su vida, jamás ha infringido una sola regla de su orden, ni se ha descubierto la más leve mancha en su persona; y se dice que es tan estricto observador de la castidad que desconoce en qué consiste la diferencia entre el hombre y la mujer