
“El cuerpo estaba boca arriba, sobre un gran charco de sangre. Los pantalones y el calzoncillo, a la altura de las pantorrillas, dejaban al descubierto, de forma obscena, el amasijo de carne allí donde antes habían estado los genitales.
La camisa estaba subida por encima del ombligo. Los brazos en cruz con las palmas de las manos hacia arriba. La cabeza, ligeramente ladeada. Los ojos abiertos, con la mirada fija en ninguna parte. Y la boca abierta en una mueca grotesca, desencajada, por donde sobresalían parte de los testículos y el pene."
La camisa estaba subida por encima del ombligo. Los brazos en cruz con las palmas de las manos hacia arriba. La cabeza, ligeramente ladeada. Los ojos abiertos, con la mirada fija en ninguna parte. Y la boca abierta en una mueca grotesca, desencajada, por donde sobresalían parte de los testículos y el pene."

“En algún momento faltaré y nadie segará la pradera. Primero se llenará de matojos y después los árboles avanzarán hasta la pared y reconquistarán la tierra robada por el hombre.
A veces se me enmarañan las ideas, es como si el bosque echara raíces en mí y utilizara mi cerebro para sus pensamientos ancestrales y eternos. Y el bosque no desea que el hombre regrese.”
A veces se me enmarañan las ideas, es como si el bosque echara raíces en mí y utilizara mi cerebro para sus pensamientos ancestrales y eternos. Y el bosque no desea que el hombre regrese.”