Pasaje destacado
"Su madre le contó, conteniendo las lágrimas pero hipando, bebiendo agua entre frase y frase, que su padre se había ido, que tenía otra mujer, que había decidido abandonarlas porque esa mujer estaba embarazada y, según él, lo necesitaba. “¿Y nosotras qué? ¿no le importamos?”, berreó su madre y ella no supo qué responder. El golpe fue brutal, no sólo el abandono, sino el desprecio, la elección de formar otra familia, la traición.
El mundo de Verónica terminó de derrumbarse, hundió la mano en el bolsillo y ya no pudo sacarla de ahí hasta que estuvo sola. Dejó de ir al colegio; junto con su madre evaluaron que era la decisión con menor costo emocional para Verónica. Tal vez para las dos, aunque no lo confesaron. "
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"Su intención no es ser vagabundo. Su intención es vivir sin ser nada en particular. No ser más hijo o novio o concubino o lo que sea que era. No tener nombre. Y si le preguntan cómo se llama, decir lo que le surja en el momento. No, no tiene que decidir con tanta anticipación. Solo decisiones inmediatas.
Si se gasta toda la plata y no consigue un trabajo en negro, tal vez se vea forzado a robar comida, y si lo agarran robando es probable que lo persigan. No, no va a robar. Que haya abandonado su vida anterior no quiere decir que exista fuera de las reglas de la sociedad. No empezó esta nueva vida para terminar convirtiéndose en criminal. Empezó esta nueva vida para deshacerse de la anterior. Lo importante no es lo que tenga de nuevo, sino lo que carezca de la anterior"
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"Has estado insoportable todas las vacaciones
—le dice Ellen antes de que mamá acierte a responder.
Así que dinos qué está pasando y déjate de indirectas.
Hemos decidido separarnos —dice papá.
Mamá da un respingo, como si él hubiera tirado de ella. Es evidente que no era eso lo que pensaba que diría.
Es una decisión muy meditada. Ambos sentimos que la relación se ha quedado vacía, que ya hemos sacado todo lo que podíamos de nosotros mismos y de nuestro matrimonio —prosigue papá. Ya no vemos un futuro juntos.
Hemos hablado del tema largo y tendido, hemos intentado resolverlo de otra manera, pero el caso es que hemos crecido en direcciones distintas —dice. Hace muchos años que la cosa no funciona. Nos quedamos en silencio. Papá y mamá parecen dos niños avergonzados.
¿Que habéis tomado caminos distintos? ¿El futuro? ¡Por favor! ¡Que tenéis setenta años!"
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"Me miró a los ojos con sincera preocupación y trató de convencerme de lo beneficioso que sería para mi futuro sacarme esa oposición, tener un puesto fijo y no depender de vaivenes ni de renovaciones. Hablaba en los mismos términos en los que hablaba mi madre, pensando en mi bien, es decir, en mi estabilidad laboral. Se apresuró a aclarar que, por supuesto, entendía que aquel, el de las oposiciones, no era el plan más apasionante del mundo, que a lo mejor a mí, una chica en la flor de la vida, me tentaban más otros caminos, pero que lo que había ahí fuera era muy hostil, muy inestable, mientras que allí dentro, al menos, tenía una tranquilidad, eso era innegable.
Alisó los papeles que había traído, los dejó encima de la mesa y dijo, tratando de sonar optimista, que el opositor que gana su plaza es quien está verdaderamente convencido de su lucha y que esa elección no es un reto para pusilánimes. ¿Y era yo, Sada, acaso pusilánime? ¡Bien sabía ella que no!"