"El río observaba cómo los largos mechones de pelo flotaban en su superficie, como gusanos que los peces intentaban comer.
El río sabía lo que tenía que hacer. Entró en los pulmones y volvió el cuerpo lo bastante pesado para que se hundiese hasta el lodo del fondo mientras los halcones se alejaban sobrevolando las colinas. Cuando los ojos se hincharon y el corazón se empapó, el río lo olió. A veces el corazón tenía un olor dulce y amargo. Otras tenía un olor tan parecido a su agua que el río no podía distinguirlos. Se obsesionó con el momento en el que el cuerpo decía: Soy.
Bajo estas nubes de Ohio, un río seguirá discurriendo y una madre gritará. En las corrientes avivadas por la lluvia y la niebla, ¿cuánto se alejará un cuerpo de casa? "
"El calor llegó con el diablo. Era el verano de 1984, y mientras que el diablo había sido invitado, el calor no. En realidad, era de esperar que llegase. Al fin y al cabo, el calor es el nombre del diablo, ¿y cuándo fue la última vez que saliste de casa sin el tuyo?
Era un calor que no solo derritió las cosas tangibles como el hielo, el chocolate o los helados. También derritió todas las cosas intangibles. El miedo, la fe, la ira y esas guías tan fiables del sentido común. Pero además derritió vidas y dejó a su paso un futuro que enterrar con la tierra de la pala del enterrador.
Yo tenía trece años cuando todo pasó. Una edad en la que me vi sobrepasado y transformado por la vida como no me había ocurrido antes. Hace mucho que no tengo trece años. Si fuese de los que todavía celebran los cumpleaños, ahora tendría ochenta y cuatro llamas parpadeando sobre la tarta, sobre esta vida y su terrible genio, su inevitable tragedia, su verano de dientes que se abrieron y devoraron el pequeño universo que llamábamos Breathed, Ohio"