Pasaje destacado
"Porque estoy rota y no hay arreglo. No, no hay arreglo. Solo hay dolor. Omnipresente, omnipotente. Un dolor deidad. Un dolor al que dedico las veinticuatro horas del día, un dolor casi placentero, porque solo gracias a él sé que no he muerto. Antes del dolor y Después del dolor, un muro de Berlín entre mis dos vidas. Antes del dolor, los rizos rubios de Milo. Antes del dolor, la luz, los colores, ocho años juntos. Después del dolor, nada. Vacío. Desconsuelo. Angustia. Más dolor.
Me abrazo las costillas para no partirme en dos. Necesito contener la desesperanza que me agrieta por dentro cortándome la sangre, la respiración, el llanto que nace desde lo hondo del vientre y que lenta, muy lentamente, me mata. Me mata, sin acabar la faena porque por desgracia sigo viva".
Me abrazo las costillas para no partirme en dos. Necesito contener la desesperanza que me agrieta por dentro cortándome la sangre, la respiración, el llanto que nace desde lo hondo del vientre y que lenta, muy lentamente, me mata. Me mata, sin acabar la faena porque por desgracia sigo viva".
Los puntos fuertes de la novela
Debería haber escapado de aquello. Levantar toda mi vida, meterla en tres maletas y, a tiempo, huir de allí. Lo miraba entrenar desde las gradas de la piscina y pensaba que, si la tierra se abriese bajo mis pies y me precipitase directa al vacío, la sensación no sería muy distinta a la que tenía en ese momento. Me hipnotizaba la arbitrariedad en sus brazadas o la subjetividad a la que las sometía: un instante antojándoseme caricias y, al siguiente, golpes egocéntricos que me aprisionaban. Podía observarle durante horas, siempre escoltada por esa convicción de no valer para nada más, de estar segura de lo inexorable.
Estoy jodida. No hay forma más clara de explicar la situación. Y, sin embargo, volvería a abandonar una y otra vez cualquier forma de existencia por grabar cinco minutos de su tacto en la memoria de mi piel.
✔ La trama está ambientada en Londres. Al municipio de Islington va a parar Creta huyendo de su novio Milo, huyendo de una relación tóxica y obsesiva que solo le ha causado puro dolor, aceptando que eso que a ella le parecía amor, no era amor. Allí, intentará recuperar la libertad, la parte de sí misma y su individualidad perdida. Una relación, que la ha dejado tocada y hundida, con la autoestima por los suelos y nulas ganas de seguir la vida sin él.
Lo he perdido todo, hasta el orgullo, y me da igual. Porque no me soporto. No hay nada que soporte menos que lo que soy sin ti. Este escombro humillado que no sabe qué hacer. ¿Qué voy a hacer? Si no me soporto. No me soporto. Ni un segundo más. Quiero gritar, estampar vajillas en suelo, que vuelen misiles los pedazos. Que me encierren, que me encierren por loca. Que me pongan una camisa de fuerza, ¡que me droguen! Quiero arrancarme mechones de pelo, desgajar la piel y, de paso, esta dependencia insufrible, este mono de ti. Que alguien acabe con esto, que me saquen de este infierno y me manden al otro, que no puedo más. No me soporto. No me soporto. No puedo más. Silencio es lo que me queda de ti.
Ha sido contratada por Minseo como au-pair para cuidar de su bebé, Sunoh, un trabajo que la satisface y la mantiene entretenida. Un día, tras una caída haciendo running, conoce por casualidad a Pablo Ribas, el único que se para a ayudarla y que, después del típico ritual de intercambio de teléfonos, la invita a una de sus fiestas en su casa de Mile End para presentarle a todos sus amigos.
Bueno, al menos ese chico ha sido majo. Ha dicho que me avisará algún día para hacer planes con él y sus amigos. Quizá es lo típico que se dice por compromiso. Pero ha estado bien. Quiero decir, podría haber pasado de largo a mi lado. Incluso se ha ofrecido a acompañarme a que me curaran la herida.
Cuando por determinadas circunstancias debe dejar el trabajo y la casa donde está alojada con Minseo y su “pequeño dragón” (como ella llama a Sunoh), Pablo la acoge en Mile End donde conviven también Fabio, Marco y James. En dicha morada, sintiéndose relativamente feliz y estable con Fabio y Rivas muy pendientes de ella, Creta cree engañosamente haberse olvidado de Milo, hasta que este regresa de forma abrupta a su vida y la pesadilla vuelve a comenzar. . .
✔ Los personajes son buenos y están bien construidos, se profundiza en ellos, sobre todo en los principales:
▶︎ La protagonista absoluta, Creta: debe empezar de cero en una ciudad desconocida con un idioma distinto al suyo, hacer nuevos amigos, rodearse de nuevas compañías. Con el corazón roto, encogido de dolor, debe aprender a encarar su existencia sola, a desprenderse de su absoluta dependencia de Milo, sin sus padres, sin su hermana Pune, sin sus amigos de siempre, aprender a reencontrarse consigo misma, con esa Creta que se había perdido.
Mis pensamientos son vapor que me empaña los ojos y me sale por las orejas y me flota la lógica y nubla el cielo de mi boca. Mis emociones son líquidas; suben y bajan, me desbordan, me mueven los órganos y ya no sé dónde está el hígado, dónde el estómago, dónde el corazón. ¿Y mi cuerpo? Monumento al invierno, conmemora mi fragilidad y refleja pálido la alegría que ya no le queda, expandido, hinchado, como el cadáver de alguien que se ha ahogado en el naufragio en medio de un océano helado. Mi cuerpo es hielo.
▶︎ El capullo integral de la historia, Milo : le conoció con seis o siete años y ya nunca se separaron. Experto manipulador emocional, maltratador, abusador, un misógino que ni siente ni padece y que arrasa con todo como una apisonadora. Con él, cuando no es él y es “el Otro”, cuando se transforma en un completo desconocido para Creta, todo son peleas, gritos, golpes en la mesa
El Otro tardó unos meses en volver. Fueron meses amables, en los que se difuminó el recuerdo. Pero empezó a visitarnos en las peleas, con comentarios que sonaban a imaginados, de esos que son lugares de los que no se puede volver. Después solía darnos tregua, atrincherarse para coger fuerzas. Hasta que volvía. Porque siempre volvía
▶︎ Los viejos amigos de siempre, sus colegas, los que ha dejado atrás: Vico, Camila y Edo.
Los sábados por la tarde solemos quedar en un bar del muelle. Es nuestra central de operaciones, nuestro cuartel general. Desde una de sus mesas con taburetes altos, Cami, Vico, Edo y yo podemos arreglar el mundo. Analizando, tramando, delirando. Confesándonos.
Cami, y Edo han tirado la toalla, la han dejado sola con su problema porque no terminan de entender su obsesión destructiva por Milo. Tampoco su padre, Otto, la apoya, porque no le soporta, ninguno puede soportar ver como el tipo la manipula a su antojo. Pero Vico y la madre, Rebeca, sí que permanecen a su lado, se interesan por ella e intentan sin éxito ayudarla, aconsejarla, reconducirla.
—Todo se ha ido a la mierda, Vico. Lo siento, lo siento… No quería que me vieras así.
—Creta, escúchame, te digo una cosa… No, te la digo no. Te la prometo: volverás a estar bien.
En ese momento no soy capaz de creerla.
▶︎ Los nuevos amigos que hace en Londres: los más importantes son Fabio y Pablo Ribas. Ellos hace dos años que se conocen y comparten casa junto a James y Marco. Ambos chicos quedan prendados de Creta nada más conocerla y alrededor de ella se gesta poco a poco un trío curioso, un triángulo amistoso-amoroso consentido e interesante, con reglas y límites nunca hablados descubiertos únicamente a base de ensayo, a base de prueba y error.
El resto del tiempo hay que mantener un equilibrio. A veces es estresante. Ninguno queremos sentirnos fuera. Hay que compartir como hermanos que comparan los vasos en los que la madre ha repartido el contenido de una sola lata de Coca-Cola. Las películas las vemos siempre juntos. Los tres. En el cine o en el salón. Pero siempre los tres. También existen terrenos exclusivos. Puedo salir con Fabio y al volver me acurruco junto a Pablo en la cama. Las noches las duermo con Ribas, sin importar con quién haya pasado el día. A determinados restaurantes solo voy con Fabio y solo con él comparto platos de cuchara. Solo con él venzo mis escrúpulos. Ellos dos suelen reservarse algún día de tanto en tanto. No pregunto adónde van ni qué hacen. No me inmiscuyo. Esa es, probablemente, la norma implícita más importante: nadie hace preguntas, ni siquiera con la mirada.
Pero ya se sabe que en la vida real los tríos no suelen funcionar y acaban mal, se escinden a causa de celos, envidias, y a Creta le llega el momento de elegir, de decantarse por uno u otro.
▶︎ El estilo y la prosa:
● La mayor parte del tiempo habla Creta, al lector y muchas veces se dirige a Milo, comparte con él los pequeños detalles de cada día, expresándole en voz alta cómo se siente y lo mucho que le echa de menos. Nos cuenta el presente de su recién estrenada estancia en Londres y lo va intercalando con recuerdos de su niñez con los padres, la hermana y la abuela, con momentos y vivencias compartidas con sus amigos de siempre. Pero también hay otras voces que dan su punto de vista y cuentan su situación respecto a Creta, voces que comienzan los capítulos con sus iniciales: Rivas (R.), Fabio (F.), Vico. (V.), Pune (P.), los padres de Creta, Otto y Rebeca que también hablan.
La novela está escrita con capítulos cortos, algunos muy cortos, que sin duda agilizan el avance de la lectura. La autora utiliza frases afiladas, certeras, que a veces golpean por su dureza, valentía y sinceridad.
Sí, eso, llora, tú llora. Llora, llora que es lo único que sabes hacer: llorar. Hacerte la víctima. ¡Llora, venga, llora! Gilipollas. ¿Ves? ¿Ves cómo haces que me ponga? Es una reacción a tu acción. Es tu culpa, te lo buscas tú solita. No hay quien te soporte. ¿Qué dices? ¿Que me vas a dejar? Pues muy bien, vete a tomar por culo, a ver quién te aguanta. ¿Crees que con otra persona las cosas serían distintas? ¿Que serías feliz sin mí? Nunca vas a ser feliz, Creta. Porque estás loca. Eres una puta loca y vas a acabar sola. Sola y amargada. ¿Tú te has visto? ¿A ti quién te va a querer?
● La prosa es de las que llaman la atención, subyugante y delicada, con un toque ciertamente poético que encandila:
La pasividad y la desidia dejan paso a una ola que me inunda repentina, un tsunami de desaliento. Arrasa mi lucidez y me aplasta los pulmones. Quiebra mi espíritu, lo rompe a tiras. No puedo contenerme más. El agua se me desborda. Dos cascadas de tinta negra me estrían las mejillas, aprietan en la garganta. A su paso deja un paisaje yermo, sucio, amargo.
▶︎ Los temas que se tocan, variados y trascendentes para los tiempos que corren: la amistad, el amor tóxico y obsesivo que se convierte en adicción, una adicción que arrasa con todo y con todos, no solo con quién la sufre, sino con todos los que la rodean, acompañan e intentan abrirle los ojos. ¿Es posible rehacer una vida que ha quedado destruida por una relación así?
Soy una adicta. Soy adicta al hipnótico subir y bajar de tu pecho al respirar lento mientras duermes. No quiero dejar de mirarte, no puedo. No hay un segundo que quiera perderme del espectáculo que es tu cuerpo dormido. Estoy enganchada al ancho de tu espalda de nadador, a tus rizos, a tu cara. Esa en la que beso tras beso tras beso, casi sin rozarte, evito interrumpir tu sueño. Me pego aún más a ti, en un intento de que cada centímetro de mi piel cubra la misma medida de la tuya. Quisiera que no quedase ni un espacio libre entre los dos, que mi piel de cera se derritiese y se adhiriese a tu cuerpo para estar siempre pegada a ti.
También se abordan temas como el maltrato psicológico y emocional ejercido en la pareja, la masculinidad tóxica, los errores reincidentes cometidos en el pasado, un pasado que cuando crees haberlo dejado atrás regresa incluso más potente que nunca, golpeando más fuerte si es que eso es posible. El afán perpetuo de las mujeres por perseguir la aceptación de los hombres, su admiración, su deseo, rebajándose lo que sea necesario para conseguirlo.
A veces eres dos personas completamente distintas. Se te tuerce el gesto, aprietas la boca, te cambia la cara, se te pone la voz de Otro. Esa voz que me hace sentir pequeña, tan pequeña que a veces creo que soy invisible; que afirma que me lo estoy inventando todo cuando hablo de ti.
▶︎ Dos curiosidades:
● El título tiene un significado especial para Paula Babot, según nos cuenta en esta entrevista: “El agua representa la purificación, la transformación, la vida. Es un simbolismo que está muy presente dentro de la novela”.
● La cubierta: las carpas también tienen una gran carga metafórica ya que simbolizan el amor en la cultura japonesa, así como su capacidad de perseverar contra la corriente, ambas cosas muy presentes en la novela. Según la autora, esos cuatro peces pudieran ser Creta, Ribas, Fabio y Milo, para ella una forma muy visual de transmitir lo que ocurre en el libro.
● Babot parece saber de lo que habla, piensas, te preguntas si habrá vivido ella algo similar, algo así. En dicha entrevista también se le plantea y ella responde: "En una novela tan emocional como Mejor cerca del agua es inevitable que se refleje algo de mi propia vida, ¿no? He utilizado algunas de mis experiencias para construir a Creta, la protagonista, y darle autenticidad. Pero en la novela hay una gran parte de ficción y de creación literaria".
El dolor es una onda expansiva. Nace en un pinchazo y su terrible eco rebota en cada membrana, en cada recoveco de su ajada anatomía.
Tardé mucho en entender que, de tanto aguantar la respiración, casi me ahogo.
Necesito otro tipo de lectura ahora mismo, menos dolorosa. Pero desde luego me ha llamado la atención. Tomo muy buena nota.
ResponderEliminarBesotes!!!
Ok, cada lectura tiene su momento
Eliminar¡Besotes!