Conoce a Dewey leemáslibros, el gato que inspiró el título de mi blog


8 de diciembre de 2023

“NADA ES VERDAD” de Verónica Raimo


   Pasaje destacado
Portada de la novela de la autora Verónica Raimo, ganadora del Premio Strega Giovani y el Premio Literario Viareggio-Rèpaci."En mi familia cada uno tiene su manera de sabotear la memoria en beneficio propio. Siempre hemos manipulado la verdad como si fuera un ejercicio de estilo, la expresión más completa de nuestra identidad.

En ocasiones nos concedemos por lo menos el beneficio de la duda en lo que a nuestros sabotajes se refiere, guardamos un pequeño resquicio en nuestro interior para restablecer la exactitud de los acontecimientos, pero lo contrario es mucho más frecuente: olvidamos la mentira inicial o el hecho mismo de que se trate de una mentira."


Verónica Raimo (Roma, 1978) es una escritora, guionista y traductora italiana que tiene en su haber varias novelas: “Il dolore secondo Matteo” (2007), “Tutte le feste di domani” (2013), “Miden” (2018). La última y única publicada en España, “Nada es verdad” (2022; Libros del Asteroide, 2023), ha resultado ganadora del Premio Strega Giovani y el Premio Literario Viareggio-Rèpaci en su país. Ha publicado también algún poemario y en 2012, el guión de la película "Bella addormentata", dirigida por Marco Bellocchio. Ha traducido del inglés a autores como F. Scott Fitzgerald, Ray Bradbury y Octavia E. Butler, y colabora en diversos periódicos.

Sinopsis oficial de la novela

Verónica pasa su infancia y adolescencia en un barrio de Roma junto con su excéntrica familia: una madre omnipresente que vive permanentemente angustiada, un padre lleno de estrafalarias obsesiones y un hermano mayor, casi perfecto, que es el centro de toda la atención. Día a día tendrá que sortear situaciones tan embarazosas como desternillantes y descubrirá la impostura como forma de mantenerse cuerda y lidiar con la vida que le ha tocado en suerte.

Los puntos fuertes de la novela

La trama, el estilo y la ambientación: con la ciudad de Roma de fondo a finales de los ochenta y principios de los noventa, está escrita y narrada de una forma muy peculiar por la protagonista, Verónica, (curiosamente se llama también como la propia autora) que nos habla de tú a tú como si estuviéramos charlando con una amiga y nos empieza a dar cuenta sin orden ni concierto, de delante hacia atrás y de atrás hacia adelante, de detalles generales y algunos sucesos particulares mas significativos de su vida.
Pueden quitárnoslo todo excepto nuestros recuerdos, dicen. Pero ¿a quién le interesaría tal expropiación? La mayor parte de los recuerdos nos abandonan sin que nos demos cuenta; en cuanto al resto, somos nosotros los que los transmitimos en secreto, los difundimos por ahí, los promocionamos celosamente, como vendedores puerta a puerta, como charlatanes, en busca de alguien a quien engatusar para que se suscriba a nuestra historia. Con descuento, a mitad de precio.

La trama es de esas que no tienen un principio definido ni un final concreto, como una ventana abierta al mundo que deja entrever fragmentos de vida, en este caso de vida pasada pero también del momento presente. Hace tiempo, una servidora ponía numerosas objeciones a este tipo de historias, pero ahora, reconozco que cada vez me gustan mas, sobre todo si el camino entre ese comienzo y ese final de lectura es del todo disfrutable, como es el caso, merece mucho la pena el recorrido.

Personajes sólidos e interesantes: todos los miembros de esta disfuncional familia son mentirosos y manipuladores, ninguno se salva, pero al mismo tiempo hay que reconocer que como personajes de novela son magníficos y están muy bien perfilados. Los que mas destacan en la trama, sin duda, son la estirpe de las cuatro mujeres, a cuál de ellas mas extravagante y con personalidad mas disonante y peculiar: la protagonista (Verónika), la madre (Francesca), la abuela Muccia, (la madre de su madre), y la abuela Flora (la madre de su padre y la esposa del abuelo Pepino que vivían con ellos en la casa y dormían en habitaciones separadas)
Luego ella se pintaba los labios y se pasaba la noche tonteando con el presentador de turno. Con los años se convenció de que ella era la Elegida, aunque no estaba claro en qué consistía tal elección. Decía que Dios le hablaba, a veces manifestándose en forma de luz llameante en el cielo, a veces —más cómodamente— llamándola por teléfono, pero entonces tenía que ponerse el audífono porque no le oía bien. Si no estaba hablando con Dios, le gustaba charlar en el balcón con los pájaros y las estrellas.

● La propia Verónica, crece y se desarrolla siempre a la sombra de su hermano, el preferido de la madre, el superdotado de la familia. De chiquitita pilló al abuelo Peppino en una mentira, descubriendo el poderoso efecto que ejerce sobre los demás el engaño e incorporándolo desde ese momento a su vida como si de algo normal se tratara. Como la pobre no sobresalía en nada, su primera mentira, la que le dio alas para todas las que estaban por venir, consistió en apropiarse la autoría de un dibujo que ella no había dibujado. Todos la creyeron y a partir de ahí, cuando salían a relucir los innumerables dotes del hermano menor, la madre siempre añadía: "Y a Verika le gusta dibujar, decía. Y ya está. Lo que ni siquiera era cierto, pero en cualquier caso, a falta de alguna genialidad desbordante, se había decidido que no se me daba mal el dibujo". 

A Verónica le encanta vivir en casas ajenas, descubrir sus libros, sus discos, sus artilugios eróticos, usar champús ajenos, y beber café en tazas ajenas. Sueña con vivir en el campo, tener una granja, y convertirse en una estrella de rock planetaria.
De niña quería ser la estrella del rock Veronika, luego quise ser campesina y, en algún momento, dado el éxito de mis pinturas robadas, barajé la idea de reinventarme como artista, al menos mi tía estaría contenta. En cuanto al estrellato del rock, nunca aprendí a tocar nada y, en general, cuando me ponía a cantar siempre me pedían que parara, algo que yo lamentaba un poco.

La madre, Francesca, era profesora de enseñanza media, nunca ha cogido un taxi en su vida porque “está convencida de que cualquier taxista podría resultar un maniaco y llevarla quién sabe dónde”. Cuando va a misa dice sentirse amenazada por el aquelarre de los viudos, los chicos que le piden un euro para ayudarla con las bolsas de la compra tienen según ella la evidente intención de tocarle el culo, y el único principio moral que reconoce, es su propia ansiedad. Francesca, está obsesionada con su hijo, le controla constantemente y si no le coge el teléfono, llega incluso a denunciar su desaparición. ¡Menudo personaje! ¿verdad? 
Mi hermano muere muchas veces al mes. Es mi madre quien me llama para avisarme de su fallecimiento. —Tu hermano no me contesta al teléfono —dice en un susurro. Para ella el teléfono certifica nuestra presencia en la tierra, en caso de falta de respuesta no hay más explicaciones que el cese de la actividad vital. Cuando me llama para decirme que mi hermano ya no está con nosotros no pretende que la tranquilice, lo que quiere es más bien que participe en el duelo. Padecer juntas es su forma de felicidad: mal de muchos, consuelo total.

El hermano de Verónica, Christian,  igual que ella también es escritor así como Concejal de Cultura en el distrito donde sigue viviendo la madre. Desde siempre es el aventajado de la familia, aprendió a leer con 3 años y a los cuatro ya se sabía de memoria las capitales del mundo, los nombres de los presidentes americanos en orden cronológico con la fecha de su toma de posesión y los de los jugadores de la Juventus desde 1975, con su año de su nacimiento incluido. Tela marinera. . .
Hay una anécdota que siempre cuenta mi madre. Una vez, en un restaurante, él —que aún no había cumplido los tres años— agarró el menú y empezó a declamarlo desde lo alto de la trona. Marcaba los puntos y aparte, adivinaba los hiatos y duplicaba las consonantes adecuadas. El camarero que había venido a tomar el pedido se limitó a esperar con gesto aburrido a que el mocoso terminara su actuación. Cuando mi hermano llegó al final de la lista de postres, el camarero seguía allí de pie con el bolígrafo en la mano sin demostrar el menor signo de admiración.

El padre (no tiene nombre) es quizás el mas normalito de todos, aún así también tiene su aquel: le pone los cuernos a la madre, es adicto al trabajo, gruñón, siempre está chillando y tiene variadas obsesiones, entre ellas construir tabiques y habitaciones con puertas correderas  en las casas donde viven. Educa a sus hijos de forma muy severa y estricta, sin dejarles jugar con otros niños ni hacer cosas temerarias como nadar, montar en bicicleta, patinar o saltar a la comba.
Era cuestión de un instante el ahogarse, partirse la cabeza, romperse una pierna, acabar ahorcado. Nos pasamos la infancia encerrados en casa aburridos como ostras. Era una actividad tan intensa que no tardó en convertirse en una pose existencial. Sabíamos aburrirnos como nadie.

Por su culpa, ambos hermanos crecen inmersos en la hipocondría, y con un férreo control sobre todo lo que comen, provocándoles déficits vitamínicos y algunas carencias de nutrientes. 
Yo tenía ocho años cuando se produjo la explosión del reactor de Chernóbil. Mi familia, incluso cuando la emergencia parecía haber terminado, siguió inmersa en un escenario de película postapocalíptica, fingiendo que vivíamos no en una ciudad relativamente próspera de Occidente, sino en una de esas Zonas X de ciencia ficción con un alto nivel de aire contaminado. Así que durante tres años mi padre nos impidió comer fruta y verdura, huevos, leche fresca, ir a restaurantes o comprar un trozo de pizza en la calle. Los únicos alimentos permitidos eran productos enlatados envasados antes del 26 de abril de 1986.

✔ Relaciones familiares complicadas en una novela que curiosamente parece ser una autoficción de la vida y familia de la autora, Verónica Raimo. Ella misma nos cuenta que “la intención de este libro era hablar sobre una familia que tampoco tiene nada de especial, aparte de su propia idiosincrasia. Estamos ante el retrato de una familia de clase media, que reside en una capital europea, con dos hijos que tampoco tienen nada de particular, más allá del hecho de que aprendieran a leer y a escribir muy pronto porque tampoco tenían nada que hacer.”

La lectura entera desde el principio hasta el final viene aderezada de un toque humorístico ácido e irónico, que en mas de una ocasión me ha provocado sonrisas e inesperadas carcajadas.
La verdad es que mi madre siempre ha sido la auténtica punk de la familia. ¿Qué podía demostrar yo a los quince años con mis medias de rejilla rotas si ella iba por ahí con la falda completamente abierta en el culo? Si intentaba señalárselo me respondía: «Vaya, aquí tenemos a la princesa del guisante».
La prosa de la autora, es lo mejor de toda la novela. Me ha parecido elegante, ingeniosa, en ocasiones poética, incluso brillante diría yo:
Cuando por fin llegó el descubrimiento de los libros, no fue una forma de evasión, sino más bien una apaciguadora coalescencia de hastío. Casi podía visualizarla, blanca y fangosa: leer era como hundirse en una ciénaga de leche. Permanecía sumergida durante horas, hasta que incluso mi cuerpo se volvía flácido, con el agua estancada filtrándose por mis poros. Sentía que todo tenía sentido de repente, un fenómeno de transubstanciación, mi carne se convertía en hastío.

Resumiendo: “Nada es verdad” es el retrato de una familia cuanto menos atípica, disfuncional, el relato de una historia cotidiana que aborda temas cotidianos como el aborto, los desengaños en las parejas y en las amistades, esos miedos muchas veces absurdos, irracionales y extravagantes que se transmiten inevitablemente de padres a hijos, a unos hijos que en este caso les tocó vivir además una infancia mas que aburrida y claustrofóbica.

La memoria es para mí como el juego de dados al que jugaba de pequeña, solo es cuestión de decidir si es inútil o está trucado.

¿Os recomiendo esta novela? Por supuesto, por varios motivos: por todos los puntos destacables que os he contado arriba, pero sobre todo porque quiero compartir con vosotr@s un gran descubrimiento, la autora Verónica Raimo, su exquisita prosa, su particular estilo y porque la lectura ha conseguido engancharme desde el principio, nada fácil de conseguir hoy en día. Repetiré con ella, seguro.

He leído y comentado "Nada es verdad" junto a mi gran amiga Mariana, del blog Los libros de Mava, una lectura más para meter en la saca de nuestro Club de lectura MavaMar. Si os apetece o tenéis curiosidad por saber si ella ha disfrutado la novela tanto como yo, podéis hacerle una visita y leer su reseña AQUÍ, seguro que no os arrepentiréis.

Mi nota esta vez es la máxima, para variar, dicho sea irónicamente:




32 comments:

  1. ¡Querida Marian!
    Te cuento que no tenía idea de qué iba este libro, cuando te sugerí que lo leyéramos, ja, ja, ja.
    Sin duda que Veronica Raimo ha sido todo un descubrimiento y "Nada es verdad" se ha convertido en una lectura divertida, original, brillante. Me ha encantado cómo la autora equilibra la ironía y el sarcasmo incluso en las situaciones más inverosímiles, la elegancia sin filtro con la que describe las obsesiones de sus padres y la manera ingeniosa e inteligente de tratar cada episodio de su vida.
    Pero lo mejor de todo ha sido que la prosa de la autora te ha enganchado y cautivado desde las primeras páginas 😊
    A por más libros que atrapan 😉
    Un fuerte abrazo y feliz fin de semana.

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    1. ¡Hola Mariana!
      pues sí, todo un acierto tu propuesta. Si al final me conoces mas que yo misma a la hora de elegir lecturas, jaja, ¡me encanta! Ya sabes que tengo muchos problemas a la hora de engancharme, y Nada es verdad lo consiguió desde el principio, como dices, por la prosa de la autora y por la peculiar forma de narrar, ademas de la extravagancia de los personajes.
      El componente irónico y divertido como la autora y protagonista cuenta todo, es un plus a favor nada desdeñable
      Un beso enorme y feliz finde para ti también

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  2. ¡Hola! No conocía el libro, pero después de leerte me ha entrado curiosidad por la lectura de él, así que me lo llevo apuntado. Además, me gusta su ambientación. Besos :)

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    1. Hola! Genial que te lo lleves, espero que te guste tanto como a nosotras
      Besos

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  3. Me suena la portada de haberla visto en algunos blogs, pero no me suena lo que cuentas del libro. Igual no he llegado a leer las reseñas, puede que porque la portada me causa una cierta desazón con ese gesto tan agobiante de la foto. Sin embargo, me ha gustado mucho todo lo que cuentas. Esa familia con esos personajes tan peculiares; esas mentiras que se cuentan unos a otros y a sí mismos, imagino; esa forma de escribir que se aprecia en las citas que pones... Todo me empuja a leer este libro.
    A mí sí que me gustan de siempre las historias que no tienen principio ni fin, esas que son un retazo de una vida que ha empezado antes y que continuará después. Y es que así son todas las vidas y todas las historias. Lo hace de maravilla Raymond Carver en sus relatos de De qué hablamos cuando hablamos de amor.
    Anoto la novela.
    Un beso.

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    1. Hola! La cubierta es algo que llamó mi atención así a primera vista, pero entiendo que pueda causar desazón. Esta novela estoy convencida de que te gustaría mucho, es de las tuyas y mas sabiendo que no te molestan este tipo de historias sin principios ni finales definidos. Te animo a leerla
      Un beso

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  4. Hola. Pues me gusta todo excepto una cosa, quizás dos. Lo de que no haya un final definido, simplemente se acaba la conversación, es algo que a mí me sigue pesando. Lo del relato desordenado no me importa, realmente cuando charlamos con alguien y le contamos nuestra vida hacemos eso. Así que por ahí bien. La segunda pega es menos importante y es que me faltan hombres, el padre por lo visto era un figura (para mal) y el hermano sí me vale. Francesa tiene posibilidades de ser mi personaje favorito. Me apunto, ya lo sabes. Pero ya para después de Navidad, que está la cosa apretada con las lecturas, jeje.
    Besines

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    1. ¡Hola!
      como te conozco..., estaba convencida de que me ibas a decir lo del no-final jeje, pero veo que a pesar de lelo te vas a animar, cuando sea, creo que no te arrepentirás. Antes me pasaba como a ti, pero ahora ya no, ahora disfruto también de este tipo de historias, sobre todo si merece mucho la pena como es el caso
      Que curiosidad por saber si te gusta, ya me contarás
      Besines

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  5. Una magnifica reseña, aunque no conozco el libro y tampoco la escritora, has despertado un interes para conocer sus letras.
    Un abrazo!!

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    1. ¡Hola Rosana! me alegra haber despertado tu curiosidad por la novela y la autora
      ¡Un abrazo!

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  6. Curioso planteamiento de historia la de esta novela. Pues lo que se suponen hacen de manipular la verdad, supongo a su beneficio, es llánamente mentir. La trama es curiosa.

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    1. ¡Hola!
      sí, es un libro peculiar con una trama curiosa y muy bien escrito. Te lo recomiendo

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  7. La mentira y todas las derivadas que conlleva desde luego dan mucho juego en la literatura y en la propia vida jeje. Me gusta que el libro tenga humor y desde luego esa prosa tan delicada es un acicate más para ponerse con una lectura llena de personajes interesantes y muy trabajados. Veo que has disfrutado y con ello has dejado una nueva gran reseña.
    Besos, Marian.

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    1. ¡Hola Miguel!
      es una gran novela que te recomiendo sin dudarlo, para mi un gran descubrimiento que no puedes perderte
      Cierto que las mentiras dan mucho juego en la literatura y en el cine también, jeje
      Besos!

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  8. Menuda familia. La verdad que resulta una novela muy apetecible por todas las cosas que has ido señalando. También me han gustado mucho las citas que nos has dejado. Me gusta lo que se entreve tras esa ironía que despliega la autora. Ya sabía de esta novela, pero la tuya es la primera reseña de ella que leo, así que te lo agradezco.
    Besos

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    1. ¡Que bien Lorena!
      me alegra haber conseguido llamar tu atención hacia la novela con mi reseña, me encanta incitar a la lectura de algo que me ha cautivado, estoy convencida de que esta novela la disfrutarías mucho, así que ¡anímate!
      Besos

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  9. Ni conocía la novela ni a su autora. Y me llama mucho lo que cuentas. Me has dejado con ganas de conocer a sus personajes y sus historias.
    Besotes!!!

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  10. ¡Hola, Marian! Hay varias cosas que me atraen de esta lectura, empezando por la trama, que toque temas como las relaciones de familia, la prosa que engancha y por último, pero no menos importante, la ambientación, ya que la ciudad de Roma, es maravillosa. De más está decirte que me la llevo apuntada. Gracias por la reseña. ¡Besos!

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    1. ¡Hola Marita!
      me alegra mucho que te haya llamado la atención de la novela y espero que si la lees te guste tanto como a nosotras. La verdad es que la ambientación, en la ciudad de Roma es un buen punto a favor. ¡Gracias a ti por pasarte!
      Besos

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  11. Leyéndote, me ha recordado mucho a "La familia" de Sara Mesa, donde también sus miembros tienen telita, con un padre autoritario, controlador, y unos hijos que se crían en un ambiente de censura y temor. Creo que podría gustarme. Gracias por la recomendación.

    Un beso ;)

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    1. Normal que te lo haya recordado, a mí también me pasó. Creo que disfrutarías con esta autora y esta "familia" suya tan disfuncional y atípica
      Gracias a ti por pasarte!
      Un beso!

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  12. Me lo apunto, porque me has descubierto bastantes escritores que valen la pena. Por cierto, siguiendo ti consejo del otro día sobre Tiffany McDaniel, me he comprado "Betty" en el cacharrito de leer. Pues, la verdad es que no le estoy entrando por el momento. no es que me aburra la historia, pero todavía no le veo la gracia. Me he pasado a los clásicos franceses (en papel) como "Notre Dame de Paris" de Victor Hugo.
    Besazos

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    1. Yo Betty no la leí, la que leí fue "El verano que lo derritió todo" de hecho te cuento que tengo Owen mente haber comenzado Betty en algún momento y haber abandonado. Aunque también es cierto que pensé en darle otra oportunidad después de haberme gustado tanto la del verano.
      Ufff yo clásicos hace tiempo que tengo claro que no, que de momento no, en la actualidad mi curiosidad me lleva a descubrir libros y autores nuevos constantemente
      Bueno, a ver que te parece al final Betty y si logras acabarla. Según tu experiencia pues igual paso de darle una oportunidad
      Besazos

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  13. ¡Hola, Marian!

    Pensaba que esta historia tendría tintes de novela negra, más que nada porque es un género que te encanta, pero veo que estaba muy equivocada jajaja.

    Me ha encantado el humor que tiene la historia y la personalidad estrafalaria de los personajes. ¡Ha sido una sorpresa fantástica!

    ¡Un beso!

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    1. ¡Hola Laura!
      últimamente no te creas que leo mucha novela negra, hay otras cosas que me atraen mas, aunque seguro que regresaré al género, seguro, jaja
      Me ha encantado la novela, te la recomiendo
      ¡Un beso!

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  14. solo vengo para desearte lo mejor
    Y ver que tu blog
    es una maravilla
    de arte de letras
    que la vida te siga dando lo que le pidas

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  15. Hola, Marian:
    Pues a Verónica Raimo no tenía el gusto de conocer. Lo que cuentas sobre su novela "Nada es verdad" es atractivo. Desde luego la familia es un poco hipocondríaca y muy particular en todo (la nena mentirosa temprana, el papá previsor en exceso, la mamá, una angustias, el hermano...), en fin una 'atractiva' especie. Me llama la atención la poesía que dices has detectado en varias partes de ella; también la ironía o notas de humor que aparecen esparcidas por ella.
    Un fuerte abrazo, un beso grande y mis mejores deseos para ti, Marian

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    1. ¡Querido Juan Carlos!
      esta novela estoy convencida de que te encantaría, sin duda, así que te animo a que conozcas a Verónica Raimo y a su especial y peculiar familia
      Mis mejores deseos para ti también y ¡Felices Fiestas!!!
      ¡Un beso y un gran abrazo!!

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