Pasaje destacado
![Tres Portada de la novela Tres de Dror Mishani, Editorial Anagrama](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNOKw8aeAmJ-BaB-P288q6Yi76qgzsCIb2k7wcimbhn-r1l9ScHqRL-nTHSdsiW4IkgrgvKMmz2Xyj9onGDuDfWDeXh3OQiacxhwvYfQcUzhBCklGwEbBCVSxIftCqRWecvKxZSKt-QRKJmD0KMlxu1ai_OzDuPOsRv7vVO5dw29zjoMd7vCNYEOeIBnYI/w262-h400/Tres%20de%20Dror%20Mishani.webp)
La pastilla de jabón en el lavabo del cuarto de baño estaba ennegrecida y seca, como si no se hubiese usado desde hacía semanas, y en cambio Guil se lavaba muy a menudo las manos. Y había otras cosas que ya observó entonces, como el hecho de que no hubiera rastro de la bicicleta de la que le había hablado, ni en la casa ni en el portal de la vivienda".
Los puntos fuertes de la novela
● En la primera, un narrador omnisciente nos habla sobre la relación que surge entre Guil y Orna Azrán cuando estos se conocen en una web de contactos para personas divorciadas (una especie de Tinder israelí), porque ambos están recién divorciados y buscan pareja. Nos va aportando datos sobre cómo evoluciona el vínculo, sobre cómo va la cosa entre ellos
Y efectivamente hablaron al día siguiente. Y, en realidad, casi todos los días durante las dos o tres semanas posteriores. Se veían al menos una vez por semana, sobre todo en el hotel y en una ocasión en casa de Guil. Era como si intentasen subir de nivel, probarse a sí mismos, evaluar su relación, subiendo el fuego para saber si convenía seguir cocinando el guiso en la olla. A pesar de sus muchos encuentros, Orna no estaba segura y vacilaba entre los momentos en los que pensaba continuar la relación y los que se sentía extraña con Guil y no comprendía muy bien qué hacían juntos.
El autor combina tiempos, narra a veces en pasado y en tercera persona, contándonos cómo era la relación entre Orna y su ex, Ronén, cómo se conocieron, cómo les fue en su matrimonio. Y también, algunas veces en presente, y siempre desde su punto de vista, acerca de la situación actual con su hijo Erán, la madre, y cómo ha ido y está yendo el proceso de divorcio y el post divorcio.
El nombre de Erán en la voz de Guil le causa una sensación ambivalente, incluso la echa para atrás. Le molesta no haberle contado a Erán nada acerca de sus encuentros con Guil, pues le sigue diciendo que sale con un amigo. Su madre ya le ha preguntado si se ve con alguien y ella se ha negado a contestar.
● La segunda parte ambientada tiempo después, trata sobre la segunda mujer, Emilia, a la que Guil, que es abogado, conoce cuando la madre de él les pone en contacto para que la ayude con su permiso de trabajo en Israel. En este caso también hay dos tiempos narrativos en los que se nos va contando cómo es el pasado de Emilia en su país de origen y sus trabajos desde que llegó al país, primero contratada por Ester para cuidar durante dos años de su marido minusválido Nahum hasta que él muere, y después por Eva para cuidar de su madre de noventa y dos años, Adina, en una residencia de Bat Yam. Y el presente, el avance de su relación con Guil.
● La trama de Ella, la tercera mujer, está narrada tres años después de la de Emilia y tiene también un estilo curioso, con similares mezclas de tiempos narrativos, aunque aquí, el narrador omnisciente que todo lo ve, introduce constantemente el futuro para hablar sobre lo que ocurrirá, sabiendo lo que ocurrirá. Y curiosamente, su voz se dirige en repetidas ocasiones a una o a las dos mujeres de las historias anteriores, a Orna y a Emilia que se suicidaron y fueron halladas con bolsas de plástico en sus cabezas.
A la tercera mujer la conocerá en el café de Guivataim donde una vez estuvo contigo, Orna. Ella irá a ese café cada mañana poco después de las ocho y se sentará siempre en la misma mesa en la zona de la terraza acristalada durante el invierno. Él llegará al café media hora después que ella, al principio solo una o dos veces por semana, de camino a su despacho. La primera conversación entre ellos se producirá así: ella estará sentada frente a su ordenador portátil, concentrada en su trabajo, aunque observando quién entra y sale del café. Más o menos cada hora se levantará y saldrá fuera a fumar y hablar por el móvil. Una mañana él irá tras ella y le pedirá un cigarrillo.
La relación entre Guil y las tres mujeres resulta al lector en todo momento extraña, desde el principio se perciben cosas que no cuadran sobre lo que hace, sobre lo que dice, que te hacen pensar que hay gato encerrado: entre otras cosas, se lava las manos a menudo, siempre las llama desde un teléfono fijo, de vez en cuando deja de estar localizable, no responde a las llamadas ni a los mensajes y desaparece un tiempo según él porque viaja a menudo al extranjero por temas de trabajo, sobre todo a Bucarest.
Eran tantas las cosas que no comprendía: sus encuentros tan tranquilos, su casa, el hecho de que siempre atendiera a sus llamadas de teléfono y que pudiera quedar con ella casi todas las noches que ella proponía, las noches que habían pasado juntos en el hotel y el fin de semana en Jerusalén. El hecho de que no le hubiera ocultado nada a ella. Todo eso no cuadraba bien con que estuviera casado.
Y como también veníamos sospechando desde el principio, al final las tres historias de las tres mujeres confluyen, se entrecruzan de alguna forma llevándonos a dudosos suicidios, investigaciones policiales defectuosas y casos que quedaron cerrados por evidentes para según quién los investigue.
✔ Los personajes principales son Guil, nexo de unión de las tres historias y las tres mujeres:
▶︎ Guil: cuarenta y dos años, divorciado con dos hijas adolescentes, Noa y Hadás. Es abogado y se dedica a tramitar pasaportes polacos, rumanos y búlgaros para israelíes. Un tipo atractivo, amable y paciente, que nunca presiona y que tiene dinero, aunque no alardea de ello. De Guil, de sus sentimientos, de lo que se le pasa por la cabeza y porqué hace lo que hace, el lector no llega a conocer nada, porque el narrador solo nos cuenta los hechos sin ahondar en su mente. Solo sabremos lo que él les dice a ellas siendo conscientes de que puede ser verdad, o ser todo una farsa, y lo que ellas piensan y sienten sobre él.
Guil le respondió que suele ponerse a leer. Vuelve del despacho sobre las seis y media o siete, u ocho si va antes al gimnasio. Si sus hijas están en casa, pasa un rato con ellas. A veces cenan juntos, a veces ven las noticias en la televisión o un capítulo de alguna serie que a ellas les guste. Orna, entonces, se avergonzó de haber supuesto hasta ese momento que él era el superficial de los dos, pese a que durante más de un año los únicos libros que había abierto eran los que le leía a Erán.
▶︎ Orna Azrán, la primera de las “Tres” mujeres: israelí de treinta y ocho años recién divorciada, maestra que da clase en un instituto y que tiene un hijo introvertido y muy vulnerable que vive con ella, Erán, de nueve años, con problemas de comunicación e integración escolar. Su ex marido, Ronén, se ha ido a vivir a Nepal con otra mujer y no parece interesarse mucho por su niño.
▶︎ Emilia, la segunda: cuarenta y seis años, es de Riga (Letonia) y habla bastante mal el hebreo aunque se esfuerza por aprenderlo. Llegó a Israel a través de una agencia de empleo y todos los domingos en su tiempo libre acude a una iglesia de Yafo, para escuchar una misa en polaco, lengua que tampoco comprende. Allí conoce al cura Tadeusz, que ayuda emocionalmente a Emilia, y se convierte en una especie de guía espiritual para ella. Se dedica a cuidar ancianos. Está soltera aunque estuvo a punto de casarse hace ya muchos años, acabando todo con un corazón roto y un feto muerto de siete meses y medio.
Cuando le preguntó si tenía familia en Israel, le respondió que no.—Pero sí en Letonia, ¿no? ¿Es que no tienes familia en Riga? —le preguntó en hebreo.Y ella negó con la cabeza.—¿Tampoco en Letonia? ¿No tienes hijos allí?Emilia no tenía hijos. Y ya tampoco padres. Quería decirle que sus padres eran la última familia que le quedaba, pero no era cierto, porque tenía a su tía Stefka y a sus dos primos, ambos con hijos.
▶︎ Ella, la mujer número “Tres”: treinta y siete años, ha estudiado historia del pueblo de Israel en la Universidad de Bar Ilán y luego trabajó varios años como guía para turistas en el Museo de la Diáspora. No está demasiado contenta con su vida actual dedicada al completo a su bebé recién nacido y a sus otras dos hijas más mayores, una de cuatro años y medio y otra de seis. En el poco tiempo libre del que dispone, escribe su tesis sobre el Holocausto, sobre el gueto de Lodz y sobre la vida de la gente que vivió en él durante ese periodo.
Pero hay una cuarta mujer, un quinto personaje que resulta ser muy importante en el desenlace de la trama, la inspectora Orna Ben Hamó, que, tras cuatro meses de baja por maternidad y reciente incorporación a su comisaría, se topa tiempo después con el caso ya cerrado de Orna Azrán y decide seguir su instinto y ahondar un poco en él. Muy pronto ve indicios, cosas mal hechas y no resueltas por el policía que lo llevó en su día. La inspectora tiene un pálpito y con el beneplácito de su superiora, la comisaria Ilana Lis del departamento de inteligencia del distrito de Tel Aviv, reinicia una investigación por su cuenta y riesgo.
Despertaron su curiosidad las preguntas abiertas que A. añadió en el expediente y no comprendía por qué había considerado el caso como cerrado tras plantear esas preguntas: ¿A qué persona de Letonia le mandaba el dinero? ¿Por qué planeó viajar a Riga si no quería para nada que la hicieran volver allí?
✔ Los temas que se abordan: variados, la soledad que se siente después de una separación tras haber convivido con alguien durante muchos años, el miedo a quedarse sol@, a tener que comenzar de cero una nueva vida, y cómo les afecta a los hijos el divorcio de sus padres. También se trata el tema de la inmigración y lo perdidos que se sienten estas personas al aterrizar en un país extraño, con una lengua extraña y los trabajos legales e ilegales a los que pueden optar, pero que no les da para vivir. Y las webs de citas y los peligros que estas pueden encerrar, las malas decisiones derivadas de una situación desesperada.
✔ Un título que despista: “Tres” nos podría llevar a pensar (de hecho yo pensé) en un argumento erróneo, a imaginarnos una especie de trío amoroso o amistoso, pero no, para nada. . ., nunca más lejos de la realidad. “Tres” hace alusión a esas tres mujeres, porque el autor se enfoca solo en ellas y al personaje conductor de las tres tramas, al hombre, solo nos lo muestra a través de los ojos de las tres.
✔ Un final magistral y asombroso: estamos ante una novela que se cuece y se cocina despacio, pero que engancha desde el comienzo y no resulta lenta, o al menos a mí no me lo ha resultado en ningún momento. Porque va de menos a más hasta llegar a un giro tan sorprendente como inesperado y que me ha dejado boquiabierta. Hasta un final que ha quedado bien cerrado, bien hilado y sin ningún cabo suelto.
Resumiendo: "Tres” es una novela que encierra una historia peculiar bastante distinta a todo, una novela que más que negra, me ha parecido un magnífico thriller psicológico con personajes femeninos muy buenos, tres mujeres que nunca cruzan sus caminos pero que tienen y cargan con un desafortunado nexo común unificador de las tres historias, el de un hombre con una personalidad bastante oscura y desconcertante.
Tadeusz le dice que en la vida hay épocas incompresibles, semanas o meses o hasta años en los que aparentemente solo hay sufrimiento sin sentido y que, muchas veces, resulta después que esas eran, en realidad, épocas de preparación, de maduración.
He leído y comentado "Tres" junto a mi gran amiga Mariana, del blog Los libros de Mava, así que otra lectura más que va directa a la saca de nuestro Club de lectura MavaMar. Si os apetece o tenéis curiosidad por saber si ella ha disfrutado la novela tanto como yo, podéis hacerle una visita y leer su reseña AQUÍ, seguro que no os arrepentiréis.
Bien cerrado, bien hilado y sin ningún cabo suelto. Todo junto, gloria. Ya estaría, nada más que pedir por mi parte.
ResponderEliminarCreo que me puede gustar mucho esta historia, mucho tejemaneje emocional, con drama y acción. Me gusta todo lo que propone y tengo que decir que no creo haber leído nada de ningún escritor israelí aunque una vez intenté uno de David Grossman y otro de Amos Oz, que abandoné, sí, los dos. Los demás también abandonamos, no eres la única.
La verdad es que también me atrae por eso, por lo exótico y poco habitual. Espero sobrevivir al juego narrativo con los tiempos.
Besines
¡Hola! jaja, sí, por ese lado, por el del final, nada que objetar, está hecho para ti. Mucha acción tampoco te creas que hay, es una historia que se cuece despacio pero que no resulta aburrida, como digo arriba. Por lo de los tiempos no te preocupes, el autor lo sabe hacer genial y ni lo vas a notar.
Eliminar¿En serio a veces abandonas??? Y yo que creía que era la única persona en el mundo mundial que abandona libros... A esos autores que nombras y que abandonaste no los he leído, pero por lo que conozco de ellos, igual son demasiado espesos.
Yo creo que sí podría gustarte, tiene un giro final fantástico que para nada te esperas
Besines
Pues estaba leyéndote y pensaba que no cuadraba mucho con novela negra y me lo confirmas al final. Me ha gustado mucho lo que nos cuentas de esta historia. Me la descubres y a su autor también así que tomo buena nota.
ResponderEliminarBesotes!!!