"EL VERANO QUE LO DERRITIÓ TODO" de Tiffany McDaniel

   Pasaje destacado

"El calor llegó con el diablo. Era el verano de 1984, y mientras que el diablo había sido invitado, el calor no. En realidad, era de esperar que llegase. Al fin y al cabo, el calor es el nombre del diablo, ¿y cuándo fue la última vez que saliste de casa sin el tuyo? Era un calor que no solo derritió las cosas tangibles como el hielo, el chocolate o los helados. También derritió todas las cosas intangibles. El miedo, la fe, la ira y esas guías tan fiables del sentido común. Pero además derritió vidas y dejó a su paso un futuro que enterrar con la tierra de la pala del enterrador.

Yo tenía trece años cuando todo pasó. Una edad en la que me vi sobrepasado y transformado por la vida como no me había ocurrido antes. Hace mucho que no tengo trece años. Si fuese de los que todavía celebran los cumpleaños, ahora tendría ochenta y cuatro llamas parpadeando sobre la tarta, sobre esta vida y su terrible genio, su inevitable tragedia, su verano de dientes que se abrieron y devoraron el pequeño universo que llamábamos Breathed, Ohio"

Curiosamente “El verano que lo derritió todo” (2016, St Martin’s Press; 2023, Hoja de Lata,) es la primera obra escrita y publicada por la autora norteamericana Tiffany McDaniel (Ohio, 1985), aunque aquí en España, haya sido publicada un año después de su exitosa "Betty" (2020, Knopf; Hoja de Lata, 2022), realmente su segunda novela de la que todo el mundo hablaba maravillas y de la que os confieso empecé a leer en su día y abandoné no recuerdo muy bien porqué. Pero ahora, tras haberme deleitado con esta tórrida historia, estoy convencida de que fue una equivocación y sé con certeza que volveré a Betty en algún momento de mi vida lectora.

 

Sinopsis oficial de la novela

Querido señor Diablo, su alteza Lucifer y todas las cruces con las que carga: Le invito cordialmente a Breathed, Ohio. Tierra de colinas y balas de heno, de pecadores y de indulgentes. Con gran fe, Autopsy Bliss.

Este es el anuncio que el fiscal Bliss puso en el periódico local a principios del verano de 1984. Unos días más tarde, el diablo en persona se presentaba en el porche de su casa. Vestía un mono de trabajo azul hecho jirones y pedía helado insistentemente. Se llamaba Sal, era negro y tenía trece años. Ese mismo día el señor Elohim, afamado techador y vegetariano extremista, fundiría todo el helado del supermercado con su soplete. Ese día se desataría la ola de calor y desgracias más insólita que jamás abrasó Breathed.

Los puntos fuertes de la novela

✔ Un comienzo especial: La novela empieza con el pasaje destacado arriba, no me podéis negar que es bastante impactante, de los que te hacen presentir que vas a tener ante ti una historia muy curiosa y especial. Adoro esos comienzos que ya de primeras consiguen atraparme, no son fáciles de encontrar en mi caso, a pesar de que a veces ese comienzo magistral no sea suficiente para mantenerme todo el tiempo agarrada a la lectura. Pero en esta ocasión y hasta el final, he estado total y absolutamente enganchada a “El verano que lo derritió todo”.

✔ La trama es magnífica, de las que te cogen y no te sueltan: Para poneros en situación, un supuesto demonio que llega a un pequeño pueblo del Medio Oeste norteamericano en formato “niño negro como el carbón, de trece años, descalzo y con un mono azul” llamado Sal (nombre que viene del principio de Satanás y la primera letra de Lucifer: Sa-L), que ha sido invocado por el padre de los Bliss, Autopsy Bliss, el primer día del verano, a través de un anuncio-invitación publicado en el periódico del pueblo, The Breathanian. Y como no. . ., Sal llega trayendo de su mano una asfixiante ola de calor que lo derrite todo, un verano infernalmente caliente en el que además ocurren extraños fenómenos, así como múltiples desgracias todas relacionadas con él.

De repente cobré conciencia del calor como una burbuja que explota en el agua que empieza a hervir. Me sentí encendido, un cambio apreciable en grados, que subieron en mi termómetro interno. De lejos, tal vez era un coche con los faros encendidos. De cerca era como unas llamas ardiendo. El pasado tibio había sido sustituido por el bochorno. La temperatura perfecta había desaparecido. La brisa. Todo reemplazado por un calor casi violento que convertía tus huesos en volcanes y tu sangre en la lava que escupían sus erupciones. La gente hablaría luego de esa sensación de calor súbita. Para ellos era la prueba más concluyente de la llegada del diablo.

Fielding es el que se topa con el supuesto diablillo recién llegado al pueblo y visto que tan sólo parece ser un niño indefenso que ha escapado de su hogar, o uno de los niños recientemente desaparecidos por la zona, se lo lleva a casa con sus padres y su hermano. La familia decide adoptarlo entrando desde ese momento a formar parte de la misma como un miembro más. Ambos tienen trece años y no tardan en convertirse en mejores amigos, casi en hermanos inseparables que se protegen y defienden con uñas y dientes. 

Si el diablo iba a venir de verdad, yo esperaba ver su imagen mítica. Me lo imaginaba con piel de reptil y ataviado con un traje cuyas solapas en llamas hacían saltar las alarmas de incendios. Las uñas puntiagudas como dientes de tiburón y caníbales. Serpientes deslizándose sobre el como el alquitrán. Moscas zumbando a su alrededor como un extraño sentido del humor.

La historia está narrada en pasado, contando todo lo ocurrido ese verano desde el encuentro entre Sal y Fielding, haciéndonos partícipes de cómo los vecinos se van uniendo para odiar conjuntamente al demonio y culparle de los terribles sucesos que tienen lugar coincidiendo con su aparición. Todos, incluso el lector, duda. Duda y se pregunta ¿estamos realmente ante el diablo en persona? ¿puede un demonio enamorarse perdidamente, tener amigos, tener hermanos, padres y quererlos tanto? 

—¿De verdad eres Satanás? 

—Sí.

—¿Lucifer el jefazo? Él asintió con la cabeza. 

—¿El malo de la peli? 

—Yo no he dicho eso. 

—Si eres el diablo, entonces eres el malo. —Así son las cosas. Bueno, vamos.

—¿Adónde? 

—A conocer al hombre que te invitó.

También hay capítulos en los que se intercalan los recuerdos de aquel junio de 1984 con el presente del ya anciano Fielding, que ahora tiene ochenta y cuatro años y se encuentra en Arizona mas solo que la una, viviendo en un camping de caravanas llamado King Cactus junto a una panda de desharrapados que solo intentan sobrevivir. 

No tengo esposa a la que esta caravana destartalada pueda decepcionar. No tengo hijos ni nietos para preocuparme por la caja de leche volcada que utilizo como escalón de la entrada. No tengo amigos que pasen a verme y que me hagan avergonzarme de mis tumbonas o de los montones que se acumulan a mi alrededor y que crecen todo lo alto que les permite el espacio. Es una pérdida de tiempo vivir mejor cuando no tienes a nadie que te importe ni nadie a quien tú le importes.

✔ Los personajes: brillantes, bien construidos, muy creíbles, de los que consigues odiar con todas tus fuerzas, o amar de forma incondicional: 

Los protagonistas absolutos de la trama son Sal, el demonio y Fielding, que es el narrador de la historia y un niño extremadamente imaginativo que nos cuenta la historia con gran sentido del humor

Sus ojos tenían algo que me hacía pensar en Rusia. Tal vez se debía a que eran muy grandes, el país más grande del mundo en su cara. Claro que, sabiendo lo que ahora sé, tal vez era porque sus ojos me recordaban mucho las muñecas matrioshka, ocultando su auténtico yo dentro de cajas de misterio barnizado. Abrías una caja y encontrabas otra idéntica. Por muchas cajas que quitabas, siempre había una más.

También son muy importantes en la trama los padres, Stella, una madre a la que le da miedo la lluvia y por ello no sale de la casa y el padre, abogado, Autopsy Bliss, el que invitó al diablo “porque quería ver con mis propios ojos” y su querido, adorado e idolatrado hermano mayor, Grand, para él un héroe, casi un dios. 

Nunca sabré cómo le afectaban a mi hermano mis sonrisas de adoración. ¿Eran amarillas y agradables, como la mantequilla por la tarde? ¿O suponían una presión sobre él? A veces pienso que los hermanos mayores no deberían estar permitidos. Nos prendamos demasiado de ellos. Lo son todo para nosotros, y mientras tanto sufren por nosotros sin que los veamos.

Es bastante relevante sobre todo en el desenlace final otro personaje bastante peculiar, Elohim, un vecino de sesenta años que ayudado por Fielding arregla los tejados, techos, y chimeneas de los lugareños. Elohim estuvo prometido en el pasado con una novia que murió ahogada en 1956. Fue enterrada en Breathed, pero él sigue viviendo como si ella estuviese viva, como siguiese a su lado y no bajo tierra. 

Cuando recibía cartas o las mandaba, añadía señora al lado del señor con su nombre, y cuando colgaba ropa en el tendedero, era inevitable reparar en los vestidos y los sujetadores. En el tocador de su habitación había perfume y lápiz de labios, y los mechones de pelo de la última vez que su novia se lo había cepillado en Kettle Lane estaban fosilizados en las cerdas. Vivía rodeado de una mujer que no estaba allí. Era la mitad de una relación que no existía.

Elohim está obsesionado con Sal, hasta el punto de crear su propia secta para confabular en contra de él, reuniendo a sus seguidores en el bosque donde es imposible escapar del insoportable calor 

El calor era su socio. Era lo que conectaba las palabras de él con el sudor de ellos, el horno de él con el derretimiento de ellos. Por todas partes había locura. Locura en el bosque, pero también en el pueblo. Sí, el sentido común se estaba derritiendo. 

Dresden Delmar es otra vecina de los Bliss. Solo tiene una pierna y quizás no sea la chica más guapa del pueblo, “con sus ojitos color avellana un pelín torcidos, muñecas huesudas y pecas un pelín excesivas”, pero el demonio queda irremediablemente prendado de la chiquilla nada mas conocerla.

  

✔ La ambientación está muy bien conseguida: ambientada en los ochenta, más concretamente en el 1984, en Breathed, un pequeño pueblo del Medio Oeste norteamericano al sur de Ohio, en las estribaciones de los montes Apalaches. La autora consigue en un chasqueo de dedos trasladarte hasta allí, sumergirte en ese ambiente tan pueblerino, tan rural y percibir ese sofocante calor que se irradia durante toda la lectura.

Todo el mundo tenía sus métodos para mantenerse fresco. Mamá guardaba las lociones y las cremas en la nevera de modo que estuviesen frías cuando se las ponía. La mayoría de la gente llevaba pequeños atomizadores con agua helada para rociarse la cara o la nuca, aunque el hielo se derretía demasiado rápido y no servía de gran cosa. Un par de personas incluso llegaron a pintar los tejados de sus casas de blanco basándose en el hecho de que los colores oscuros atraían el calor.

✔ La prosa: es de las bonitas, especial, y mágica, cuidada, con muchas metáforas, un toque poético y un estilo bastante peculiar 

Todo amor lleva al canibalismo. Ahora lo sé. Tarde o temprano nuestros corazones devoran, si no el objeto de nuestros afectos, a nosotros mismos. Los dientes son el milagro del corazón. Que una boca pueda salir de ese órgano sin garganta y desear la carne de otro, el corazón de otro, es poco menos que un milagro.

✔ Los temas que aborda: la moraleja que se saca de la historia o que al menos yo he sacado, es que no todos los diablos tienen la piel de un niño y que en el mundo hay demonios por todas partes de los que no lo parecen porque van por la vida disfrazados de gente normal, de gente que parece buena pero que a la hora de la verdad son capaces de cualquier cosa, de hacer un inmenso daño con tal de defender su supuesta moralidad. Hay mucha maldad encerrada entre las hojas de este libro, maldad en forma de violencia, misoginia y homofobia, de racismo y discriminación racial. 

El calor estaba haciendo aflorar lo peor de la gente. Tal vez incluso les infundía seguridad para comportarse de manera irreflexiva, temeraria, sin motivo real. Con semejante calor, las manos florecen en puños. Los puños son la flora de la estación de la locura.

Además, también abarca temas como la falta de empatía y los prejuicios que todos tenemos ante algunas situaciones y personas, que a veces no nos dejan ver la realidad. 

La gente siempre se pregunta por qué Dios permite el sufrimiento. ¿Por qué permite que un niño sea maltratado? ¿Que una mujer llore? ¿Que haya un holocausto? ¿Que una buena perra muera de forma dolorosa? La verdad es que Él simplemente quiere ver con sus propios ojos lo que hacemos. Ha colocado la vela, ha puesto al diablo en la mecha y ahora quiere ver si la apagamos o dejamos que se queme. Dios es el principal espectador del sufrimiento.

✔ Me gustaría recalcar también las curiosas palabras que el escritor Donald Ray Pollock le ha dedicado a esta gran novela: «Es como si Carson McCullers y Shirley Jackson se hubieran encontrado con Nathaniel Hawthorne en algún remoto rincón celestial para escribir juntos la primera y auténtica novela gótica del siglo XXI.»

Resumiendo: El verano que lo derritió todo” es una historia gótica diabólica, con cierto toque paranormal y humorístico en la narración, con un final a la altura, terrorífico, ardiente, que no desentona y que te deja con los ojos abiertos como platos. Una historia que nos obliga a reflexionar sobre el bien y el mal para darnos cuenta de que ni los malos son tan malos, ni los buenos son tan buenos.

Incluso el corazón de un diablo no está solo para latir.

¿Os recomiendo esta novela? Por supuesto, por varios motivos: porque es bastante distinta a todo lo que se pueda leer o haber leído, porque a la vez que dureza, derrocha ternura, y porque sus páginas y todo el calor desprendido en ellas me han dejado totalmente derretida y fascinada por esta autora. 

He leído y comentado "El verano que lo derritió todo" junto a mi gran amiga Mariana, del blog Los libros de Mava, una lectura más para meter en la saca de nuestro Club de lectura particular MavaMar. Si os apetece o tenéis curiosidad por saber si ella ha disfrutado la novela tanto como yo, podéis hacerle una visita y leer su reseña AQUÍ, seguro que no os arrepentiréis.

Mi nota esta vez es la máxima, para variar, dicho sea irónicamente: