Conoce a Dewey leemáslibros, el gato que inspiró el título de mi blog


3 de mayo de 2022

“NUNCA PASA NADA” de José Ovejero

Cubierta de la novela de José Ovejero, 2007, inmigración e integración de los inmigrantes
Si había tenido una niña fue por el asedio de Nico, al que acabó rindiéndose con una condición tajante: tú eres el responsable principal, yo le daré el amor que me sea posible, pero sin coartar mi libertad; saldré por las noches si lo deseo, tendré una vida independiente de la maternidad, no permaneceré esclava al lado de la cuna y a la puerta de la guardería. Seré la tía más cariñosa del mundo, pero sólo eso: tía, no madre.

A Carmela le aterraba que el resto de su vida quedara definido por el mero hecho de parir. ¿No había manera de «tener hijos» sin «ser madre», de convertir la maternidad en algo pasajero, susceptible de ser interrumpido o abandonado? Al contrario que otros padres, Carmela estaba deseando que la niña creciera. Su infancia se le hacía innecesariamente prolongada; su extrema dependencia, una carga excesiva.


Hace ahora un año ya que leí “Humo”, la novela más reciente de José Ovejero (Madrid, 1958). Os reconozco que cuando empecé “Nunca pasa nada” estaba convencida de que tenía entre manos su último escrito y no. Después me he enterado de que fue publicada por primera vez en 2007 por la editorial Alfaguara, y que ahora en 2022, la editorial Galaxia Gutenberg la ha rescatado y reeditado.

No me extrañaba entonces, ni me extraña ahora saber que, desde 1997, año en el que este madrileño escribió su primera novela “Añoranza del héroe”, no haya parado de cosechar Premios, y de haber visto su nombre en la mayoría de las quinielas de los galardones literarios (En 2005 consiguió el Premio Primavera con la novela “Vidas ajenas”, el Anagrama de Ensayo de 2012 con “La ética de la crueldad” y el Alfaguara en 2013 con “La invención del amor” 

La trama sin spoiler
Los protagonistas principales son los miembros de una familia de clase media normal que viven en el campo, en una vivienda unifamiliar próxima a Pinilla, un pueblo de la sierra tranquilo y pequeñito no demasiado lejos de Madrid.
Por la ventana de la cocina se veía un prado con encinas en el que pastaban algunas vacas. De vez en cuando se escuchaba un cencerro. A Olivia le gustaba esa sensación de estar en el campo, aunque en cuanto se salía del jardín se descubría una calle flanqueada por chalés.

Nico y Carmela tienen una relación de pareja abierta, ella se acuesta con otros hombres, él lo sabe y Nico, hasta ahora totalmente centrado en su hija Berta de cinco años, comienza a sentirse atraído por Olivia, la empleada de hogar que les ayuda con la casa y con el cuidado de la niña y su mujer le anima a seducirla, le incita a acostarse con ella. Carmela nunca quiso ver su vida reducida a cuidar de su hija, nunca tuvo demasiado instinto maternal, por eso Nico y ella hicieron un pacto antes de tenerla: ella viviría su vida y él se encargaría de la niña.

Olivia, una inmigrante ecuatoriana sin papeles de 19 años ha conseguido entrar en España endeudándose hasta las cejas, por medio de Julián que la puso en contacto con las mafias que trapichean con la inmigración y con la familia de Nico. Vive en Madrid en un piso compartido con dos amigas y compatriotas, Jenny y Carla, que la aconsejan y la ayudan a adaptarse y a integrarse. El trayecto diario hasta el trabajo es largo y debe madrugar mucho para llegar a tiempo al inicio de su jornada laboral. Julián es el jardinero ocasional de la casa y se ocupa también temporalmente del padre de Carmela que es alcohólico. 
Olivia descendió del autobús que la dejaba cada mañana en la carretera de Guadarrama a Pinilla, frente a la residencia de ancianos. Desde allí no tenía más que bajar una cuesta de unos doscientos metros, asfaltada sólo la primera mitad, para llegar a la casa de Nico y Carmela.

Olivia es una chica humilde ¿ingenua? que hasta ahora no había salido de su poblado en plena selva cerca de Coca (Ecuador), profundamente religiosa, practicante, y aunque se ha adaptado bastante bien a las costumbres españolas, algunas no termina de entenderlas ni de asimilarlas, como la manía de Carmela de andar en bolas por la casa sin ningún tipo de pudor y la confianza que se suele crear entre los señores y los empleados, tuteándose, intercambiando confidencias. . .
La gente en España se tocaba mucho por la calle. Aunque lo de la mano en el pecho se le hacía más raro. Cuando lo hizo, Olivia pensó que lo mismo había sido un descuido, que no se había dado cuenta de lo que hacía. La verdad es que la había retirado enseguida. Pero un par de días más tarde, cuando Olivia llegó a casa por la mañana, Nico la recibió con otro beso, esa vez en la mejilla, un poco como los que le daba a Carmela cuando se despedían, y le puso una mano en la cadera. Bueno, la cadera al fin y al cabo no tenía nada malo. También cuando bailas te ponen la mano en la cadera o en la espalda. Pero hubiese preferido que no la tocase.

El elenco de personajes se completa con Laika, la perrita, que también es un miembro más de la familia y con los dos malos bichos que aportan cierto toque de misterio a la historia: el más excéntrico, extravagante y destructivo de todos, Claudio, un alumno superdotado e inadaptado de Nico que le tiene envidia porque a él también le gusta la india esclava, como él llama a Olivia, aunque también la desprecia, como desprecia a todos los inmigrantes porque para él no son más que objetos sin valor e intercambiables. Su propósito es descubrir y airear las vergüenzas de su profesor, destruir su buena reputación, dejarle con el culo al aire. El más violento, Julián, dispuesto a todo para conseguir el dinero que supuestamente le debe Olivia. La tranquila y sosegada vida de la pareja se verá avocada a una serie de desgracias propiciadas tanto por Claudio como por Julián.

Y hasta ahí puedo contar…


Los puntos fuertes de la novela

El título de la novela es bastante irónico, porque en esa casa sí pasan cosas, a pesar de estar en una urbanización tranquila alejada de la ciudad, quizás por ello estén más expuestos. Y a los personajes les pasan cosas, que pueden tambalear la aparente estabilidad familiar de la noche a la mañana.

El autor pone sobre la mesa el tema de la inmigración y de los sacrificios que tienen que hacer los inmigrantes para conseguir una vida mejor, y lo hace de forma delicada, pero contundente. Expone la intervención de las mafias que organizan los viajes y la odisea por la que tienen que pasar una vez que llegan, si es que consiguen llegar a su destino, a un país extraño, con una cultura distinta y una sociedad que los ve y los trata como seres inferiores. Y lo de encontrar un trabajo sin tener los documentos en regla, misión casi imposible a no ser que se pongan en manos de desalmados como Julián, que solo buscan sacar tajada a costa de su imperante necesidad y desvalidez.

También anda el tema religioso de fondo, Olivia es creyente y acude al cura de su parroquia para pedirle ayuda porque está desesperada. De él solo obtiene la típica palabrería vacía, lo de siempre, “reza hija, reza, yo rezo por ti cada día”, “Dios te va a proteger” “si crees en Dios, no tienes nada que temer”, pero de verdadera ayuda e implicación, nada de nada.
Todo el mundo le metía prisa, pero nadie le encontraba una solución.

Y se incide en la obsesión que tienen los recién llegados por ganar dinero a costa de casi cualquier cosa, de pagar un precio vergonzoso para poder enviarlo a su familia que se ha quedado allí. Como Olivia, que ha dejado en Ecuador a su madre enferma de cáncer y a sus hermanos, algo que les oculta a Nico y a Carlota para intentar aprovecharse de la atracción que siente Nico por ella y las ganas de este de ayudarla, pero ¿a cambio de qué?
—Estaba pensando…, ¿tú te has planteado estudiar? Podrías aprovechar que estás aquí, ¿no? Terminar la escolarización, si aún no lo has hecho; aprender algo que te sea útil, no sé, idiomas, turismo, secretariado…
—Yo no sirvo para estudiar.
—Carmela y yo te ayudaríamos, también económicamente.
—Pero es que no tengo tiempo. Debo ganar dinero, porque allá lo necesitan mucho. No me voy a poner con libros mientras ellos…
—Una cosa no quita la otra. Tú puedes seguir trabajando con nosotros.

“Nunca pasa nada” tiene ocho capítulos que van aumentando paulatinamente la tensión. Los cuatro primeros reciben los nombres de “Olivia”, “Carmela”, “Claudio” y “Nico”, son más extensos y se centran en los personajes y en sus mundos, en sus relaciones, y dejan en el aire las incógnitas sobre lo que va a suceder. Y los cuatro últimos, titulados “Olivia”, “Carmela”, “Nico” y “Julián”, son algo más breves y van desgranado los interrogantes, para confluir en un final bastante inesperado. La historia está perfectamente estructurada, narrada y expuesta, aunque es cierto que se deja algún cabo suelto a interpretación del lector, he leído en alguna entrevista que Ovejero lo decidió así, que le apeteció dejar algo abierto, y a mí, personalmente, no me ha desagradado para nada, porque lo importante sí que lo deja bien atado. Os cuento una curiosidad: el autor reconoce que “Nunca pasa nada” ha sido ambientada en la casa de unos amigos suyos (yo espero que sin los aspectos truculentos) a los que pidió permiso para invadirla con sus personajes.

La prosa de Ovejero es bonita, pulcra, muy cuidada, de eso te das cuenta en cuanto que lees su primer párrafo. Su estilo me gusta mucho, me parece un escritor especial y especial me ha parecido también la mezcla conseguida de una trama tierna, pero también con cierto grado de maldad y perversidad.
Olivia abre la ventana. Suena distinto. Ver llover en la selva también era triste, pero más bonito, aunque entonces nunca se le ocurrió pensarlo: los caminos embarrados, el humo que salía de las chimeneas para mezclarse con el vapor que se levantaba del suelo y perderse en el cielo gris; el chapoteo sobre las hojas; el verde más oscuro que nunca; los perros refugiados bajo los aleros; niños asomados a las puertas, escarbando con un palo en el suelo, malhumorados, un pájaro que de todas formas se atrevía a volar bajo el aguacero, un vecino que salía empapado de entre los árboles, agua chorreando de la punta del machete. Quizá lo bonito era que una miraba las cosas porque no tenía nada más que hacer, las miraba hasta aprendérselas; y sólo se escuchaba el ruido de la lluvia —ni máquinas, ni motores de coche, ni bocinas, ni portazos.


Resumiendo: “Nunca pasa nada” es una novela de fondo inquietante que narra el drama de los que, "están pero no cuentan", y nos acerca a los problemas de integración de los inmigrantes cuando llegan a ese país añorado de destino que les resulta totalmente ajeno y hostil, y donde a veces, más que solucionar sus problemas económicos y de estatus social, se les complica más aún la existencia y se encuentran inmersos en encrucijadas absolutamente insalvables.

Lo que se ve nunca es verdadero: sólo existe lo que está oculto.


Os animo a leer a José Ovejero, al menos os recomiendo las dos que yo he leído. Mi nota esta vez es la máxima:


23 comments:

  1. ¡Hola, Marian!

    Nunca había conocido a un escritor que se hiciera auto-boicot con un título, en mi opinión, bastante desafortunado. Sin embargo, y como bien comentas, la trama me parece súper interesante tanto en la fecha de publicación de la novela como en estos momentos. De hecho, en relación con la inmigración las cosas han ido a peor y especialmente en el caso de las empleadas domesticas. Me gusta la parte de la maternidad que entronca con la peli de "La hija oscura" y la parte de Olivia que engarza con "Código emperador" de alguna manera. Siempre asocio con referencias cinematográficas je, je.

    Besos.

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    1. Jaja, sí, es normal, no te creas que yo también suelo visualizar los argumentos de las novelas en futuras adaptaciones cinematográficas, de hecho esta sería una buena candidata. El título no creo que sea un boicot, es la expresión de lo que la mayoría de los habitantes de ese pequeño pueblo piensa y un poco cierto sí es, es la típica población en la que nunca pasa nada, pero calro, hasat que pasa, jeje Me encanta las similitudes que haces con las pelis, de hecho me has recordado que quiero ver La hija oscura, me llama mucho. No sabía de Código emperador, he visto que está ahora en cartelera y que tiene muy buena pinta (he visto que también hay una asistenta filipina (en el libro es ecuatoriana), me ha venido bien tu mención, porque también la veré Ya ves que agradezco tus referencias cinematográficas
      Besos

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    2. Sí, efectivamente en Código Emperador, la asistenta es filipina pero a efectos narrativos cumple una función similar. No sé si aguantará aún en cines pero está entretenida :). La hija oscura es una película más poderosa e importante.
      Más besos!

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  2. Hola, Marian. Qué mal pinta todo en esa casa. Vaya con Julián y Claudio. Nico de mano me cae bien y ella muy mal, en serio, no soporto ese tipo de gente con esa actitud, y me da igual que sea hombre que mujer. Lo de dejar cosas abiertas tampoco me hace gracia, me da la sensación de que el autor no hace todo su trabajo pero bueno, si son cosas secundarias puedo ceder. La historia me parece una auténtica pedrada y demasiado realista. Ahora prefiero otras lecturas.
    Por cierto, yo no le hubiera dejado que se basara en mí, que seguro que hay gente que se queda con la duda.
    Besines

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    1. ¡Hola Norah!
      Pues sí..., no pinta nada bien, jeje. A mi tampoco me hace gracia en principio que se deje algo abierto, pero en serio que en este caso no me ha importado porque lo de verdad interesante sí lo ha cerrado, pero vamos que si no te apetece, pues ya sabes, a otra cosa, mariposa. Si será por libros...
      Supongo que los amigos que le dieron permiso para contar parte de su historia lo hicieron sin problema ya que son totalmente desconocidos, y con no decir nombres, ni dar pistas, pues nos quedamos igual, solo lo saben ellos.
      Besines!!!

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  3. Holiiiii!!
    Nunca pasa nada...hasta que pasa. Y suele ocurrir que pasan muchas cosas y no buenas, por norma. Para empezar no hay ningún personaje que me caiga bien al 100%, para ser súper amiguis, como en la vida real normalmente la mayor parte de la gente me cae mal y algunos, con el tiempo, descubro cosas que hacen que me caigan menos mal, pero del todo bien pues siempre hay cosas que me molestan. Como decía mi hermana: todo el mundo me cae mal hasta que se demuestra que me pueden caer peor 😂😂😂 A ver, Carlota no me cae mal, ella lo ha dejado claro desde el principio, quiere a Nico y le da una hija, me parece una gran ofrenda de amor sobre todo cuando tú no quieres ser madre 24 horas, no lo veo mal pero todo llevado al extremo pues no me gusta y Carlota seguro, que si leo la novela me saca de quicio.
    Nico, una cosa es que tenga aguante y otra cosa es que soporte carros y carretas, no me gustan los mártires, y si te sientes atraído por Olivia es que te sientes atraído por ella no porque te lo diga tu mujer, vamos a ver, que quieres sacar el pajarito a pasear pues muy bien, pero es decisión tuya no porque tu mujer quiera.
    Olivia ya te digo que no me va a caer bien, mosquitas muertas a las que todo ha de valer porque como es por una buena causa, y la madre enferma y... no no no perdona, tú eres dueña de tus actos y apechuga con tus decisiones, culpables los justos. Dar pena es crear un sentimiento de segunda categoría, no me gusta.
    Y de esos dos indeseables ya ni los nombro, porque con esos directamente me lío a mandobles con ellos, a mí ese tipo de gente me viene bien porque sacan ni vena violenta y me desahogo mucho.
    Laika seguro que me cae bien, ya me cae bien, la adoro, la quiero, voy a comprarle algo para que juegue 😂
    Y dicho todo esto lo resumo en: me gusta el libro, anotado queda. Es.

    Muy buena reseña Marian, Kiss kiss 💋💋💋

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    1. Jajaja, querida Yoli, si es que siempre me parto contigo. No sé por donde empezar a contestar tu jugoso comentario...
      Sí pasan cosas, sí y no muy buenas como bien ha imaginado tu calenturienta mente (si es que las ves venir, jeje). Seguro que Carlota te cae mal (pero ¿sabes? me encantan los personajes literarios que me caen mal, para poder despreciarlos en la ficción). Nico no, Nico no es que vaya dando pena, él es feliz con la vida que lleva, haciéndose cargo de su hija y cuando se siente atraído por Olivia pues a por ella que va, no necesita que su mujer se lo permita, pero la verdad es que Carlota está deseando que su marido tenga una aventura y le pincha y le pincha.
      Olivia no ha caído mal del todo, la mujer se espanta por todo porque no conoce otra vida que la que tenía en su poblado de la selva y para colmo es la leche de creyente y fervorosa religiosa, pero tiene buen corazón y la niña la adora, esa relación niña-empleada del hogar es genial, quizás lo mejor de todo.
      Por supuesto que Laika te va a caer bien, si es que las perrunas tenemos eso, que los personajes perrunos nos molan mucho y les cogemos cariño, más que a los personajes de carne y hueso incluso.
      Pues mira, pensaba que al final no te lo ibas a llevar que no te había convencido, pero me alegra saber que sí, creo que te gustaría, el autor escribe muy muy bien y eso se agradece.
      ¡Gracias por tus palabras! Creo que me ves con buenos ojos, por cierto, espero no estar entre la mayor parte de la gente que te cae mal, para poder ser tu completa amigui.
      Besos mil!!!

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  4. Leí hace unos años La invención del amor de este autor. Fue Premio Alfaguara, como dices, y es un premio que trato de seguir, aunque ahora tengo varios pendientes. No recuerdo demasiado, solo que me gustó.
    Anoto también este porque me atrae mucho el tema. Esas parejas tan abiertas, aunque en principio parezca una buena idea, creo que hay que tener mucha madurez y mucha seguridad en uno mismo para qué funcionen. No suelen salir bien. Respecto al tema de la inmigración, qué decir. Como se canta en una canción de Sabina "le sacan brillo al culo de Europa" y encima les despreciamos como si nos debieran algo.
    magnífica reseña.
    Un beso.

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    1. ¡Gracias Rosa!
      me alegra saber que a ti La invención del amor sí te gustó. He leído también algunas reseñas negativas, es curioso que cuando hace mucho tiempo que hemos leído. una novela, a veces solo nos acordamos de que nos ha gustado, pero es suficiente. Tanto Humo como esta, me han gustado mucho y te las recomiendo, yo voy a seguir leyendo al autor
      Un beso

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  5. Los temas que toca la novela me parecen muy interesantes. La tendré en cuenta sin duda.
    Un beso y feliz día, Marian.

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  6. No sabes, Marian, lo que te agradezco esta reseña. Resulta que hace cosa de cinco años que leí de Ovejero con mucho gusto su libro de poemas "Nueva guía del Museo del Prado" donde se planta ante 22 cuadros y unas cuantas esculturas y en unos muy sentidos versos transmite lo que la obra de arte en concreto le sugiere. Una preciosidad de libro.
    Sin embargo a día de hoy ninguna novela suya he leído. Por esto tu reseña además de comentar de manera magnífica "Nunca pasa nada" me encanta porque dejas en ella los títulos de otras novelas de José Ovejero. Me va a venir muy conocerlos para en un día no muy lejano sacar de la biblio o comprar alguno de ellos. Y es que el disfrute que, comunicas, has tenido leyendo esta historia de la inmigrante ecuatoriana yo también quiero sentirlo. Ya sabes, si la envidia fuera tiña... (ja, ja...).
    Besazos

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    1. ¡Hola Juan Carlos!
      fíjate que desconocía ese libro en concreto de poemas que tanto te gustó y que parece tan original.
      Yo te animo a que leas o bien Humo o bien Nunca pasa nada, cualquiera de las dos me han gustado mucho, si tuviera que elegir diría que incluso me gustó un poquito más Humo. Seguro que en la biblio la encuentras, los encuentras
      Besazos!!!

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  7. ¡Hola, Marian!

    Madre mía, yo no me acercaba a esa casa ni loca ja,ja,ja. La dinámica de la pareja protagonista me ha llamado mucho la atención, pero es que el resto de personajes no se queda atrás.

    En la vida real no querría tener ningún contacto con ellos, pero como personajes literarios son un caramelito.

    La historia es muy potente y no la descarto como una posible lectura.

    ¡Un beso!

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    1. Jajaja, yaaaa. Todos los personajes son buenos, la pareja, la niña, Olivia, hasta la perrita tiene su papel en la historia. Pues sí, algunos personajes nos gustan mucho en la ficción pero en la vida real, mejor bien lejos
      ¡Un beso!!

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  8. Y hasta ahí puedes contar y nos dejas así con la miel en los labios.
    Olivia ya me ha enamorado solo con leer tu reseña. Y el resto, aunque no me hayan enamorado, creo que pueden dar mucho de sí como personajes.
    Definitivamente, tengo que estrenarme con José Ovejero.
    Besos

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    1. Tienes razón, Lorena, tienes que estrenarte con Ovejero, estoy convencida de que es de los tuyos. Te recomiendo cualquiera de las dos que he leído, Humo también es una maravilla
      Con Olivia, no se puede evitar empatizar desde el principio, aunque a veces te gustaría traspasar las páginas y darle una colleja en plan, ¡espabila, hombre!!!
      Pero tiene buen corazón y la niña la adora
      Besos

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  9. Vaya, pues me dejaste con ganas de conocer más detalles sobre esta curiosa familia de hábitos fuera de lo común. Los personajes, cada uno en su rol, creo que pueden dar bastante juego. Me lo llevo apuntado.

    Feliz finde ;)

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    1. ¡Hola Ray!
      me encanta que lo lleves apuntado y más si no conoces la pluma de este escritor, merece la pena conocerle
      ¡Feliz finde para ti también!
      Besos

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  10. ¡Hola Marian!

    Pues veo que es una novela muy bien construida, con esa tensión creciente hasta llegar a un final muy bien hilado. Además, los temas que trata, el dinero, la inmigración, la religión... en fin, veo que da para mucho y que es un buen drama, no lo descarto.

    ¡besotes!

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    1. ¡Hola! sí es un dramón de los buenos, la verdad es que tiene de todo
      A ver si te animas
      ¡Besotes!

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  11. Hola, qué tal. Ando ahorita de rol por blogs visitando de vuelta de rápido. Que tengas buen fin de semana, saludos.

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  12. me gusta como reseñas sabes vender
    un beso

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