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29 de diciembre de 2021

Reseña Exprés: “EL CONSENTIMIENTO” de Vanessa Springora

Cubierta de la novela de Vanessa Springora, autobiográfica, acoso sexual, pedófilo escritor francés Gabriel Matzneff
“Aparte de en los artistas, solo hemos visto semejante impunidad en los curas. ¿La literatura lo disculpa todo? Durante mucho tiempo he pensado en esa brecha incomprensible en un marco legal que sin embargo está muy delimitado, y solo se me ocurre una explicación.

Si las relaciones sexuales entre un adulto y un menor de quince años son ilegales, ¿por qué esa tolerancia cuando son obra del representante de una élite, un fotógrafo, un escritor, un cineasta o un pintor? Se supone que el artista pertenece a una casta aparte”.

A esta novela se le dio mucho bombo en Francia cuando se publicó en 2020. De calidad literaria asegurada, se decía, fue número uno en ventas desde su publicación, se ha vendido a veinte países, y ganó dos Premios: el Gran Premio de las Lectoras de Elle y el Premio Jean-Jacques Rousseau. El tema me llamaba mucho, y más cuando supe que “Los consentimientos” narra, más de treinta años después de los hechos, las vivencias de la propia autora, que, una vez recuperada de sus heridas, decide dejar de callarse y contarlo todo.

Investigo un poco y voy descubriendo cosas tremendas, tan terroríficas como verídicas: parece ser que, con 13 años, Springora (V. en la novela) conoce al escritor francés Gabriel Matzneff (G. en la novela), treinta y seis años mayor que ella, un ferviente defensor de las relaciones de adultos con menores. Este depredador sexual, además se jactaba de sus conquistas, del sexo que mantenía con niños, prepúberes y adolescentes, en sus escritos. De hecho, en los años setenta (concretamente en 1974) escribió un manifiesto en favor de la pedofilia, que para colmo le llevó a la fama, “Los menores de dieciséis años” se titulaba.
Doce años antes de que nos conociéramos, G. publica un ensayo titulado Les Moins de seize ans, una especie de manifiesto en favor de la liberación sexual de los menores que provoca un escándalo y a la vez lo hace famoso. Con este panfleto enormemente corrosivo, G. añade a su obra una dimensión provocadora que acrecienta el interés por su trabajo. Aunque sus amigos lo consideran un suicidio social, en realidad será el texto que lanzará su carrera literaria al darlo a conocer al gran público. Como no lo leí, solo entendí su importancia muchos años después de haberme separado de él. En este libro, G. defiende básicamente la tesis de que la iniciación sexual de los jóvenes por parte de una persona mayor que ellos es un bien que la sociedad debería incentivar.

Por eso, la publicación de esta novela-testimonio-denuncia, ha sido todo un acontecimiento social y cultural sin precedente, que ha provocado un auténtico tsunami de crisis de conciencias en la sociedad francesa, y en los lectores habituales de Gabriel Matzneff, que de repente son conscientes de que este hombre lleva décadas escribiendo libros que narran con detalle lo que hacía con estos niños. Y encima, siempre ha contando con la protección, aceptación y total impunidad por parte del Estado y de toda una élite de artistas e intelectuales que le idolatraban. Incluso varios Premios le dieron. Vergonzoso. . . ¿verdad?

Centrándonos en este caso (parece que hay muchos más similares), V. mantuvo una relación durante años, eso sí, siempre consentida, con este escritor. Ella cree que está enamorada y él se aprovecha de ella, de su inocencia e inexperiencia, y además la utiliza como carnaza para los argumentos de sus novelas. Pero lo más increíble de todo, lo que me parece más alucinante es que su madre lo sabía, su madre lo consentía, en realidad todos lo sabían y todos lo consentían.
Un adolescente vulnerable siempre buscará el amor antes que la satisfacción sexual. Y a cambio de los gestos de cariño (o de la cantidad de dinero que necesita su familia) a los que aspira, aceptará convertirse en objeto de placer y renunciará durante mucho tiempo a ser sujeto, actor y dueño de su sexualidad.

A través de esta obra, la escritora se enfrenta al escritor, le planta cara, se venga de él, se libera a través de la escritura, le paga con la misma moneda. 
Hace unas semanas empezó a escribir sobre nosotros, sobre nuestra historia, sobre lo que él llama «su redención»: una novela inspirada en nuestra relación que dice que será el gran testimonio de este amor «solar», de la «reforma» de su vida disipada gracias al amor de una chica de catorce años. ¡Qué tema tan romántico! Don Juan curado de su frenesí sexual, decidido a no volver a dejarse dominar por sus pulsiones y jurando que es un hombre nuevo, que la gracia ha caído sobre él a la vez que la flecha de Cupido.

V. analiza lo que pasó, ya desde su visión adulta, desde los comienzos, intenta averiguar que fue lo que la llevó a caer en las garras de este hombre, porqué estaba tan ciega y se dejó manipular: 
«Un padre ausente que ha dejado un vacío insondable en mi vida. Una gran afición a la lectura. Cierta precocidad sexual. Y sobre todo un enorme deseo que me miren. Ahora se cumplen todas las condiciones.» 

Nos cuenta como G. la va a buscar cada día al colegio y le escribe cartas, se escriben cartas y cómo comienza la manipulación, el control psicológico de su yo, la posesión de su cuerpo, de su alma, ante la mirada impasible y benevolente de la madre, que además se siente orgullosa de que un escritor de prestigio se fije en su “niñita”. Nos habla de su adolescencia perdida que nadie le va a devolver, y de las tremendas consecuencias que sufrirá en su vida adulta, las secuelas psicológicas y su lenta reconstrucción y salida a flote.
Creímos que nos hacía existir, cuando en realidad nos utilizaba.

¿Qué me ha parecido? ¿Me ha gustado?

La novela me ha gustado mucho, es dura, pero considero que también necesaria, porque incita a la reflexión, a reflexionar sobre esos consentimientos. No solo el de la víctima, también en el de todos los que lo sabían e hicieron la vista gorda, o miraron hacia otro lado, el consentimiento de esos adultos desbordados e irresponsables que deberían haber ejercido como tales y haberla librado de tal experiencia. Porque a esas edades no hay consentimiento válido, ni posible, por parte de nadie. Te planteas la permisividad que el mundo ha mostrado ante los hechos evidentes que estaban ahí, descritos, a la vista de todos, proclamados a los cuatro vientos en los libros de Gabriel Matzneff, que no eran ficción, que eran y son la realidad pura y dura.

Una lectura breve pero intensa, que además está muy bien escrita. Os dejo una entrevista a la autora muy interesante donde descubrimos entre otras muchas cosas que, ironías del destino, hoy dirije la Editorial Julliard, la que publicó en 1974, el manual de pedofilia de Matzneff.

¿Cómo admitir que han abusado de nosotros cuando no podemos negar que lo hemos consentido? ¿Cuando, como en este caso, hemos deseado a ese adulto, que no tardó en sacar provecho? Durante años también yo lucharé contra la idea de ser una víctima y seré incapaz de reconocerme en ella.

Os la recomiendo, porque estas cosas hay que conocerlas, hay que denunciarlas, tenemos que saberlas. Hay que reconocer la valentía de Springora.
Mi nota es la máxima:




19 comments:

  1. Puf, yo la verdad es que ese tema me resulta demasiado duro. Reconozco la valentía de la autora y el hecho de que haya que denunciarlo, eso sí.
    Un besote.

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    1. Es un tema duro, sí, pero bueno, ya sabes que yo no le hago ascos a los argumentos duros y como dices, viene bien saber de estas cosas que pasa

      ¡Un besote, Rocío!

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  2. En los años setenta quedarían impunes estas prácticas, pero hoy en día ya es más difícil, y cuanto más conocido es el agresor más se da publicidad a los hechos. Afortunadamente, creo que en eso se ha avanzado mucho en estos más de cuarenta años.
    Hasta hay celebridades que a pesar de haber sido absueltos, siguen siendo repudiados por denuncias que no se han podido sustentar.
    Las cosas positivas a veces tienen su contrapartidas, pero aun así, bienvenidas sean estas posturas tan distintas de las de hace años.
    Tomo nota y voy a leer la entrevista.
    Un beso.

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    1. ¡Hola Rosa!
      tienes toda la razón en lo uqe dices, hoy en día parece que las cosas están mejor, pero fíjate que no ha sido hasta la publicación de este libro por parte de esta víctima que no se ha sido consciente de la gravedad dedl caso.
      Un beso

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  3. Es tan aberrante que se hagan estas cosas, que un hombre haga esto y que una mujer consienta que se lo hagan a otra, realmente es una aberración. Pero por desgracia muy habitual, no solo entre intelectual o famosa (recuerdo un libro sobre Errol flynn que hizo que se me cayera el mito al suelo) no muy lejos de donde vivía yo de pequeña, vivía una familia con 5 hijas, ella era viuda y todo el mundo dijo que tiene una suerte enorme cuándo se casó con un policía.
    Años después se supo a través de una de sus hijas que lo denunció, las violaciones que sufrían las pobres por parte del padrastro y como su madre ponía la música alta o la tele, para que los vecinos no lo oyeran. Ellas estaban destrozadas pero cuando conocimos la historia yo personalmente también quedé destrozada por aquello, hasta entonces nunca me había encontrado con algo tan monstruoso.
    Sin duda alguna es un libro duro pero cuando me encuentre algo más fuerte quiero leerlo.

    Buenísima reseña Marian.
    Feliz año nuevo tesoro 🍾🥂🥳💋

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    1. ¡Feliz año, querida Yoli!
      es tremendo lo uqe cuentas, no me extraña que quedaras tan impactada. Lo de que una madre sepa y consienta, no me cabe en la mollera lo mire por donde lo mire, como dices es aberrante.
      Estas cosas pasan y por desgracia seguirán pasando
      Muchos besos!!!

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  4. Qué lectura tan dura! No me sonaba de nada, así que ya mismo me la estoy apuntando.
    Feliz año!!!

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    1. ¡Feliz año, Margari!
      sí dura es un rato. ese tipo de cosas son inaceptables, peroe stá genial que al final se denuncien, que se sepa
      Besos

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  5. ¡Hola, Marian!
    Una lectura inquietante, una verdadera historia de horror.
    Conocí este libro gracias a otra reseña que leí, pero no recuerdo en qué blog.
    Entiendo que la relación entre V. y G. sucedió en los 80 y que hoy día hay más conciencia sobre las violencias sutiles que sufren los menores, pero lamentablemente son hechos que siguen ocurriendo y que, tal como comentas, es necesario conocer y denunciar con todas nuestras fuerzas.
    La verdad es que sin importar la época, nunca podrá haber una relación sana entre una niña y un hombre maduro, a mi manera de ver el consentimiento no existe, no vale, siempre será un abuso sexual y psicológico.
    Gracias por sugerir este libro, sin duda una lectura dura, pero definitivamente necesaria.
    Aprovecho para desearte un Feliz y Próspero 2022, que este nuevo año venga cargado de mucha salud, bonitos sueños por vivir, nuevos caminos por recorrer y muchísimos libros por leer ;)
    Un gran y fuerte abrazo.

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    1. ¡Hola Mariana!
      sí, sucedió en los 70, eran otros tiempos, pero como tú dices, ese tipo de horrores siguen ocurriendo, por desgracia. Estoy de acuerdo contigo en que nunca serán relaciones sanas las que se den entre una menor y un señor treinta años mayor
      Mis mejores deseos para ti también en este nuevo año que comienza y que nos traigan a ambas salud y buenísimas lecturas
      Un beso enorme!

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  6. La adolescencia es una edad delicada. Delicada porque la persona no está aún hecha del todo, es infantil por una parte y se siente adulta por otra; se rebela contra sus mayores y al tiempo busca su comprensión. Cuando como cuentas la madre está orgullosa de que su 'niñita' esté en relaciones con el famoso escritor entonces la pobre chica ya no tiene otra salida que seguir adelante: ella está enamorada (o cree estarlo), él es atractivo especialmente por su prestigio, y la madre que podía haberle hecho descubrir el peligro no lo hace.
    Dura historia, sin duda alguna.
    La literatura ha dado muchas historias de este tipo, ficticias, claro. Ahora que recuerde "El lector" de Bernard Schlink o "En brazos de la mujer madura" de Stephen Vizinczey. Estas relaciones prohibidas y censuradas, incluso perseguidas, por la sociedad real siempre han dado mucho juego literariamente hablando. Cuando se cruza la línea de la ficción y se entra en la realidad entonces ya no es igual, entonces penetramos en la no-ficción, en la denuncia. Y eso está bien pues el mundo real no debe consentir destrozar vidas como la de la autora.
    Buena reseña, Marian.
    Te deseo una muy Feliz Nochevieja. Que 2022 te colme de alegrías.
    Besazos

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    1. ¡Hola Juan Carlos!
      has dado en el clavo en todo lo uqe dices, se nota que eres profe y que sabes de lo que hablas sobre esas edades difíciles.
      Ese tipo de historias en la ficción, como otros temas peliagudos, sí dan juego, pero si son historias verdaderas noveladas, repele mucho.
      Esta autora ha sido muy valiente atreviéndose a escribirlo todo ¿verdad?
      Yo también te deseo un Feliz año 2022 repleto de salud, buena compañía y buenas lecturas
      Mil Besos!

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  7. Hace tiempo que veo este libro por las redes y lo tengo super pendiente, tiene muy buena crítica y además es una lectura necesaria. Poco a poco vamos avanzando hacia un mundo en el estos actos se denuncian más.
    A ver si leo el libro pronto! Un besito!!

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    1. ¡Hola María! a ver si lo disfrutas como yo cuando lo leas. me tienes que contar...
      ¡n besito y Feliz año, guapa!!

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  8. Toda relación de abuso es una relación de poder. En este caso el poder lo da la edad y la experiencia, el prestigio social, y el mayor poder adquisitivo. Es fácil caer en culpar a la víctima porque ella consintió, pero siempre que se está en una situación de inferioridad tal consentimiento no es libre aunque en un principio la víctima ni siquiera sea consciente de ello. La situación en sí ya es deleznable por parte del que se aprovecha de la situación, pero es que además hay consentimiento e incluso beneplácito ya no solo social sino por parte de la familia de la víctima, en este caso de la madre, quien sí tiene madurez y debería haber defendido a su hija.
    Es un tema peliagudo y con muchos aristas pero que está bien que se ponga sobre la mesa. En estos casos suelo preferir las historias de ficción (siempre que la ficción sea buena y que el tema no se utilice por morbo o para atraer lectores sino que se aborde en profundidad). Me siento más cómoda con ella y pienso que la ficción da más libertad para alcanzar toda la dimensión de la problemática. No digo que no sea así en este libro. Son cosas mías.
    Besos

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    1. ¡Hola!
      sí, la experiencia, el estatus social, es poder para que el que se aprovecha de la situación. Lo del consentimiento es tremendo, lo de la madre, inexplicable. Pues fíjate Lorena que pienso que en este caso que está contado en primera persona, desde la çoptica de la víctima, se abarca completamente la dimensión del problema, de lo sucedido, entiendo que una historia de ficción no te hace sentir tan incómoda. Ver este tipo de cosas como la cruda realidad es impactante
      Besos

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  9. Pues me ha llamado mucho la atención, pues me interesan los temas polémicos que incitan al debate. Lo investigaré.

    Un saludo,
    Laura.

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    1. ¡Hola Laura! ya somos dos a las que nos atraen los argumentos polémicos
      Un saludo

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  10. Querida Marian. Qué bien que nombres este libro. Es como dices...un libro denuncia-novela-autobiografía...Tristemente "consentimos" y tristemente sigue pasando. Lo mejor es que este hombre se tuvo que marchar del país por este libro. Qué curioso que tengamos que rescatar contextos para mantener a hombres que escribieron cosas que entonces parecían ser "reflexiones"...y sobre todo de aquellos personajes "famosos" a los que se les puede consentir todo. En fin...me pongo mala...pero como bien dices, esto es necesario...Y hay que hablar de ello.
    Ella, en su reconstrucción personal, tiene una conversación muy bonita con su madre, aunque falta aún mucho por construir...porque el consentimiento también se lo da una adulta. Imagino que ser consciente de eso...uf...tiene que ser muy duro.
    No sé si has enlazado la entrevista que ella mantuvo en Pagina2. Si no es esa, te recomiendo que la veas. Muy buena.
    Gracias, mi querida Marian, por regalarnos tus palabras al lado de libros tan increíbles.

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