“PEYTON PLACE” de Grace Metalious

"Cuando se levantó y echó a andar nuevamente, el sol estaba en su cénit, y cuando llegó al letrero con las letras rojas pintadas en un lado, no tuvo que protegerse los ojos con la mano para mirar hacia el pueblecito minúsculo que era Peyton Place. 

¡Oh, te quiero! -exclamó silenciosamente. -Te quiero tal como eres. Con tu belleza y tu crueldad, con tu bondad y tu fealdad. Ahora te conozco, y ya no me asustas. Quizá vuelvas a hacerlo, mañana o pasado, pero en este momento te quiero y no te tengo miedo. Hoy sólo eres una ciudad»”

Pueblo pequeño, infierno grande. Grace Metalious no sólo desgració la vida de sus vecinos con la publicación, en 1956, de Peyton Place, fenómeno editorial que borró la distinción entre alta y baja cultura cuando confundir ambas cosas aún no estaba de moda. En opinión de muchos, sin este libro no habrían existido Melrose Place y Twin Peaks. Algunos paladines de la utilidad incluso estiman que Peyton Place dio empuje al movimiento feminista estadounidense y ocasión de revisar la hipocresía moral de la época.

Pero gracias a este incordio de libro, Metalious también se ganó la muerte social y, según el parecer de sus biógrafos, la cirrosis que acabaría con ella a los treinta y nueve años. La autora había buscado la fama, y la parábola acaba con sus últimas palabras: «Ten cuidado con lo que deseas, porque podrías conseguirlo».

Grace Metalious nació en un sector rural de Mánchester, Nuevo Hampshire, donde empezó a escribir a una temprana edad. Empezó a actuar en obras de teatro escolares, y después de la graduación se casó con George Metalious en una iglesia católica de Mánchester en 1943, convirtiéndose en ama de casa y madre. Luego se trasladaron a Durham, Nuevo Hampshire, y George ingresó en la Universidad de Nuevo Hampshire. En Durham, Grace Metalious empezó a escribir con mayor énfasis.

A los treinta años, empezó a redactar un manuscrito en el que se contaban los secretos íntimos de una pequeña comunidad de Nueva Inglaterra. Inicialmente la tituló The Tree and the Blossom ("El árbol y la flor").3 En 1955, había terminado un primer borrador. Sin embargo, decidieron que el título era inapropiado y lo cambiaron a "Peyton Place". En el momento de su publicación, la novela se convirtió en un fenómeno internacional en ventas, llegando a estar 59 semanas en la lista de best-sellers del The New York Times. Sus otras novelas vendieron bien pero no pudieron equiparar el éxito que representó su primer libro. "Return to Peyton Place" (1959) fue seguida por "The Tight White Collar" (1961) y "No Adam in Eden" (1963).

Metalious murió de alcoholismo en febrero de 1964. «Si tuviera que volver a vivir», dijo una vez, «creo que sería más fácil ser pobre. Antes de ser famosa era tan feliz como cualquiera». Fue enterrada en Gilmanton, New Hampshire.

De qué va la novela?

La novela trata sobre los pormenores de una comunidad de vecinos de una pequeña y ficticia población de Nueva Inglaterra, durante los años previos a la segunda Guerra Mundial. En Peyton Place todos tienen secretos inconfesables, pero mantenerlos ocultos en un lugar así, tan cerrado, puede llegar a resultar una misión casi imposible, porque al final todo se sabe, cualquier intimidad acaba saliendo a la luz.

Como en la mayoría de los pequeños pueblos, aquí también hay un médico, una maestra, un comisario, un juez, un abogado, la típica solterona que vive con su gato, un ricachón y su hijo malcriado, el maltratador de turno que amarga la existencia a su mujer y sus hijos y el característico “centro de juventudes” apostado en un lugar estratégico para enterarse de todo lo que pasa en el vecindario.

Aquella noche la verdadera historia sobre Betty Anderson fue servida, junto con la carne y las patatas, en todas las mesas de Peyton place.

Y como en todas partes, hay clases sociales. Por un lado están los ricos ocupando la parte más lujosa de la ciudad y los de clase media, como Constance Mackenzie con su modesta tienda de moda y su hija Allison que solo desea ser escritora. Y en el otro extremo en las barracas, viven los pobres, como Selena Cross la amiga de Allison con un padrastro alcohólico que abusa de ella y una madre que hace la vista gorda.

Ellas tres son las verdaderas protagonistas de la historia, tres mujeres valientes que luchan por conseguir prácticamente lo mismo: un reconocimiento social y una vida digna, su libertad personal y el amor verdadero, aunque los tiempos que corren (finales de los años 30 y principios de los 40) no les va a facilitar las cosas.

Empecé esta novela con muchas ganas e ilusionada, nada más leer la fantástica reseña de mi cantinera preferida Norah Benett en su blog, poniéndola por las nubes. Y es que no es para menos . . .

Hay que tener muy en cuenta que esta novela fue editada en 1956 y evidentemente en aquella época supuso un verdadero escándalo social por los temas tan controvertidos que trata: el sexo fuera del matrimonio, la violencia de género contada sin tapujos ni medias tintas, el alcoholismo, el racismo y la xenofobia, las desigualdades sociales, el incesto, el aborto. ¡Vaya!, que el librito no se priva de nada. Pero también es cierto que dicha polémica no impidió (más bien fue todo lo contrario) su enorme éxito de ventas nada más publicarse. Fue todo un bombazo literario que todo el mundo quería leer y eso que en muchos países estuvo mucho tiempo prohibida.

¿Qué me ha parecido? ¿Me ha gustado?

Peyton Place me ha parecido una pequeña joyita literaria y encima me hice con la edición de Blackie Books, ¡mira que son preciosas sus cubiertas! Es uno de esos libros que poco a poco a la chita callando, te van llevando a su terreno, a ese lugar, al lugar, de hecho nada más abrirlo, ya comienzas a sentir en tu pelo la brisa del veranillo de San Miguel (empieza y acaba en esa época del año) como uno más de sus vecinos, lees y lees y no ves la hora de cerrarlo.

Y podrías perderte perfectamente entre sus calles, parándote a charlar un poco con el bondadoso doctor Matthew Swain, o con el desagradable y adinerado Leslie Harrington, o pasear hasta el lugar secreto de Allyson MacKenzie. También podrías entrar en la tienda de Constance a echar un vistazo, o en el periódico de Seth Buswell y descansar un poco en el banco junto a los ancianos, cotilleando con ellos sobre todo lo que pasa por allí.

Me he quedado prendada de ese pueblo y de cada uno de sus habitantes, de sus secretos guardados y la lectura me ha enganchado desde el principio. Y es que además los personajes son todos geniales, perfectamente perfilados, profundos, ninguno tiene desperdicio. Y la forma de escribir de esta mujer . . . ¡una gozada! Totalmente recomendable.

Resumiendo: “Peyton Place” es una novela maravillosa, que fue todo un hito literario en su época por innovadora y quizás también porque entre sus páginas la realidad supera con creces a la ficción. Una delicia de lectura.

Mi nota es la máxima: