Hubo un día especialmente duro. Se ponía hecha una furia en cuanto me acercaba a ella, daba patadas y manotazos en el aire. Estampó la cabeza contra la pared y luego me miró para ver cómo reaccionaba. Y entonces volvió a hacerlo. No había comido nada en todo el día. Sé que se moría de hambre, pero no consentía llevarse nada a la boca porque era yo quien se lo ofrecía.
Me había pasado llorando todo el rato que estuvo dormida, buscando en internet los primeros signos de trastornos del comportamiento y luego borrando el historial del buscador. No quería que lo vieras, y no quería ser la madre de una niña así
Me había pasado llorando todo el rato que estuvo dormida, buscando en internet los primeros signos de trastornos del comportamiento y luego borrando el historial del buscador. No quería que lo vieras, y no quería ser la madre de una niña así
La trama sin spoiler
“El instinto” alterna capítulos en dos líneas temporales. Por un lado, narra el momento pasado, la dura infancia de Blythe, y la de su madre Cecilia. A ninguna de las dos las querían sus madres, las rechazaban y ninguna de las dos consiguieron querer a sus hijas, aunque por distintos motivos.
Por otro lado, en el presente, Blythe tiene un marido perfecto y ha quedado embarazada de su primera hija, Violet. La verdad es que ella no tiene demasiado instinto maternal, pero Fox está muy ilusionado con la idea de tener hijos, más bien siente esa necesidad y ella lo hace por él, porque quiere demostrarle y demostrarse a sí misma que puede ser una buena madre, una madre “normal”.
Por otro lado, en el presente, Blythe tiene un marido perfecto y ha quedado embarazada de su primera hija, Violet. La verdad es que ella no tiene demasiado instinto maternal, pero Fox está muy ilusionado con la idea de tener hijos, más bien siente esa necesidad y ella lo hace por él, porque quiere demostrarle y demostrarse a sí misma que puede ser una buena madre, una madre “normal”.
Me enternecía verte tan ilusionado. Ibas a ser un padre estupendo. Y yo sería la maravillosa madre de tu hijo.
Tras el alumbramiento viene el no dormir, el cansancio perpetuo, la desgana, surgen las dudas y esa típica condescendencia por parte de los que rodean a las recién paridas: que si es primeriza, que si las hormonas tienen la culpa, que si la depresión postparto es normal, etc.
Nadie me habló de cómo se siente una al despertar a los cuarenta minutos de haberse quedado dormida, con las sábanas manchadas de sangre y el pánico por lo que viene a continuación. Me sentía como la única madre en el mundo que no lo superaría. La única madre incapaz de reponerse después de que le cosieran el perineo desde el ano hasta la vagina. La única madre que no podía soportar el dolor de las encías de una recién nacida en los pezones, como si fueran cuchillas. La única madre que no podía fingir que le funcionaba a la perfección el cerebro sin haber dormido nada. La única madre que miraba a su hija y pensaba: «Haz el favor de desaparecer de mi vista».
A ella le preocupa que el ser una mala madre sea algo heredable, le preocupa no convertirse en una madre como la suya, o como su abuela Etta, ambas “madres tóxicas” que ignoraban a sus hijas e incluso rozaban el maltrato psicológico con ellas. Teme que sea realidad lo que Cecilia siempre le decía: “Algún día lo entenderás, Blythe. En esta familia las mujeres somos... diferentes”
Pero lo peor de todo es que desde el principio siente que algo falla con Violet, ellas no conectan, se rehúyen, se repelen. La niña la odia, la desprecia, y así se lo hace saber a su padre, que está cegado por el amor de su pequeña.
Su desprecio había pasado de las agotadoras rabietas que me dejaban hecha un mar de lágrimas a una premeditada y manipuladora frialdad. Me rechazaba con un cuajo y una intensidad que excedían con creces sus casi siete años. Las miradas gélidas. El más completo desdén. La resistencia pasiva a hacer lo que le pedía: ¿quieres, por favor, acabarte la cena?, ¿puedes recoger los juguetes? Se desentendía sin mostrar la más mínima reacción y punto, no me daba margen para interactuar con ella.
Para Fox ya solo es la madre de su hija, pero ella no se siente realizada siendo madre. Y para colmo, según Violet va creciendo, Blythe empieza a notar cosas raras, se va dando cuenta de que la niña alberga malos sentimientos, pura maldad, como cuando la maestra les cuenta que le ha clavado un lápiz en el muslo a una niña de la clase, y que otro niño le tiene miedo porque a veces le retuerce los dedos hasta hacerle llorar. ¿es la única que lo percibe? ¿son cosas de niños? o ¿hay en verdad algo malvado en ella?
Con el matrimonio casi roto, deciden tener un segundo hijo, Sam, para intentar arreglarlo, pensando que con él todo va a ser distinto. ¡Craso error!, todo se tuerce aún más.
Los puntos fuertes de la novela
Se contaban los problemas que teníamos con los pétalos de mi ramo de novia, pero bien pronto quedaríamos sumidos en un campo entero de margaritas.
“El instinto” me ha enganchado desde la primera página, no podía soltar el libro. Me ha parecido una novela muy valiente, siempre me parecen argumentos valientes los que narran puntos de vista de la maternidad distintos, contando sin tapujos el lado negativo que por supuesto también conlleva. Porque está feo, está mal visto quejarse de los hijos y reconocer que la maternidad no es como la pintan.
Pensaba en formas de escapar. Allí a oscuras, mientras me fluía la leche y me mecía en el sillón. Pensaba en dejarla en la cuna e irme de allí en mitad de la noche. Pensaba en el pasaporte y los cientos de vuelos anunciados en los paneles de los aeropuertos. Calculaba cuánto dinero podría sacar del cajero de una tacada. Me preguntaba si debía dejar el teléfono móvil encima de la mesilla. Y cuánto tardaría en retirárseme la leche para que mis pechos pudieran dejar de ser la prueba de que había nacido.
La novela te golpea con una cruda realidad, te echa abajo dos mitos, el mito de la inocencia y pureza infantil y el de que ser madre es lo mejor que te puede pasar (seguramente para muchas sí lo sea, pero no para todas) pero también es cierto que cuesta mucho creer que una madre pueda sentir ese repelús, desapego y falta de cariño por un hijo, quizás eso sea algo un tanto irreal, aunque supongo que habrá casos en la vida real, seguro. . . Y más si te sale una niña como Violet, porque los hijos te pueden salir de cualquier manera, tú no los elijes, así como no elegimos a nuestras madres.
Una madre no cuenta con traer al mundo un hijo que sufra, no cuenta con tener un hijo que se muera y tampoco cuenta con criar a una mala persona.
Estamos ante un drama familiar bastante crudo, cuyo tema de fondo es el lado más oscuro de la maternidad. Un drama que nos invita a reflexionar sobre si realmente existe la maldad en los niños, si es cierto eso que siempre se ha dicho que los niños pueden llegar a ser muy crueles.
No puedes evitar meterte en la piel de Blythe y preguntarte ¿Cómo actuar si tu hija te da miedo? ¿Como actuar si tu hija no acepta el amor incondicional que le ofreces? ¿Estamos condenados a repetir los errores de nuestros padres y madres? ¿es suficiente con querer ser diferente?
Sentía mucha curiosidad por saber si esta autora canadiense, Ashley Audrain, es madre, y he leído por ahí que sí, que tiene dos hijos y que reconoce que en la concepción de ‘El instinto’ ha pesado más su experiencia con la maternidad, que su conocimiento del sector editorial. Y que su novela pretende denunciar las elevadas expectativas sociales que rodean la maternidad, que son una carga enorme para las mujeres.
Por cierto, el argumento me ha recordado mucho a una peli muy buena que vi hace tiempo "Tenemos que hablar de Kevin" (Lynne Ramsay, 2011) y que me dejó absolutamente impactada. Vale que "El instinto" no es tan dura, es algo más suave, pero igualmente brutal, tremenda. Si no la habéis visto, tenéis que verla.
Resumiendo: “EL instinto” es un thriller psicológico adictivo e impactante, de esos que te dejan huella. Es la historia de de una madre, una abuela y una hija, tres generaciones de madres marcadas por el abandono. Una historia con un final inquietante que, aunque te lo vas oliendo, no por ello deja de ser terrible. Te lo esperas y aún así se te quedan los ojos como platos, porque en el fondo piensas que igual todo son imaginaciones de esa madre. Terminas de leer y no dejas de darle vueltas y más vueltas.
Así es la maternidad, existe solo el ahora. La desesperación del ahora, el alivio del ahora.
Hola. Con las madres literarias tengo un conflicto. Cuando se trata de la relación madre/hija cuando ya son adultas ambas, me encanta. Los conflictos que se generan, los tira y afloja, reproches y demás. Sin embargo, cuando hay niña de por medio, el maltrato infantil no lo soporto y que una madre no quiera a su hijo no lo entiendo, me parece una falta de humanidad absoluta. Aunque sea un poco... Entiendo perfectamente esa desmitificación de la maternidad, de hecho me parece muy necesaria y por supuesto, a dónde vamos ya con el "ser madre es lo más importante o lo mejor que te puede pasar en la vida". Y sí, hay niños con un nivel de maldad, que mete miedo pero creo que muchas veces está ligado a algo que no saben expresar de otra manera.
ResponderEliminarEsta novela no me la llevo, que voy a pasar mal rato. Pero siempre me lo paso bien aquí.
Besines y aprovecho para desearte ¡¡¡Feliz Navidad!!!
¡Feliz Navidad, Norah!
Eliminara mi las relaciones madres-hijas en los libros me suelen gustar mucho, también si hay niños. En este caso, creo que no lo pasarías mal, porque la niña se las trae, es un demonio, insoportable, debe costar mucho querer a una niña así por más que seas su madre. Lo que sientes es pena por la madre, por haber parido algo así. Y el padre sin coscarse de nada, tremendo...
Yo sí creo que puede haber niños con maldad pura y dura.
Besines!!
¡Hola, Marian!
ResponderEliminarEn días pasados conocí "El instinto" gracias a Rocío Tizón.
Definitivamente creo que uno no sale ileso de esta historia, por lo que cuentas, una maternidad no idealizada, una novela dura y una invitación a reflexionar, pues no todas las madres son amorosas, ni todos los niños son bebés adorables...
El lado oscuro existe y esconde sentimientos y deseos que muchas veces no se expresan.
Luces y sombras, pocos cuentan las sombras, pero existen y a veces, cuando se cuentan, se escriben en letras pequeñas :(
Una sugerencia que me llevo, aunque esta sea una historia distinta, el tema de la maternidad me ha recordado un poco a "Golpéate el corazón" de Amélie Nothomb.
Un gran abrazo y ¡Feliz Navidad!
¡Hola Mariana! ¡Feliz navidad!!
Eliminarcierto todo lo que dices, es un libro curioso, un thriller psicológico de los que te enganchan sin remedio, quieres saber más y más, saber como acaba la cosa y aunque te lo hueles, te golpea igual.
En este caso Violet no es uno de esos bebés adorables, le hace la vida muy complicada a esta madre que lo intenta y sí pone de su parte, pero es imposible con una niña así
Un abrazo y muchos besos!!
Hola Marian, tengo este libro en casa desde hace un montón de tiempo y espero leerlo pronto porque tiene muy buena crítica. Veo que te ha gustado bastante!!
ResponderEliminarÚltimamente se publican muchos libros sobre la maternidad nada idílica, y me parece genial que existan porque la vida es muy diferente a la pureza que se muestra en las pelis. ¿Has leído Las madres no? De Katixa Aguirre. A mí me pareció un bombazo!!
También mencionas Tenemos que habar de Kevin, la peli no la visto pero el libro está publicado por Anagrama y también quiero leerlo, lo que pasa que es un tocho enorme y lo voy retrasando.
Muy buena reseña, un besote!!
¡Hola María!
Eliminarpues si lo tienes a mano, yo te recomiendo que lo leas, que o lo dejes más, es un libro muy adictivo y el argumento es muy curioso. Es verdad que últimamente se publican muchos libros hablando sin tapujos sobre la maternidad y su lado negativo, eso es bueno, porque lo suyo es que una mujer que decida enfrentarse a ello, debería conocer todo lo bueno y lo malo y me encanta que una madre, tú lo eres, lo exprese, que no es nada idílica.
No he leído el libro que comentas aunque sí lo conozco, no lo tenía en mente porque una amiga lo leyó y le gustó aunque tampoco le emocionó, pero ¡gracias por la recomendación!
Respecto a Tenemos que hablar de Kevin, si el libro te da pereza, te recomiendo que veas la peli, es muy buena e impactante. Es de las que si alguna mujer está pensando en tener hijos, al verla se le quitarían de golpe todas las ganas, eso pensé yo cuando la vi.
Un besote fuerte y ¡Feliz Navidad!
Ayer leía en el blog Cuentos pendientes lo siguiente: «cada vez uno entiende mejor los funcionamientos del mercado editorial y comprende cuánta verdad (muy poca) hay en esas llamadas a la excelencia que hacen que ciertos libros sean lo mejor del mes, incluso del año, y nadie (ni quien los encumbró) los recuerde pasado un nuevo año. O que haya quien encadena obras maestras, una detrás de otra, sin relajo ni descenso en la calidad de su producción. No buenos libros, no buenas novelas, sino puras obras maestras. De esas de las que Thomas Mann escribió quizá tres, Dostoievski tal vez cuatro».
ResponderEliminarEso viene a cuento de esos prejuicios que nos entran cuando vemos lo de «boom editorial» o «el libro del año».
Conocía el libro y lo tengo apuntado en mi lista. Yo también tengo mis prejuicios, pero las enormes (y generalmente falsas) expectativas de la maternidad, y todo lo que rodea a ese hecho es más de lo que me puedo resistir en cuanto a temas literarios. Lo que sí has hecho es darle un buen empujón en mi lista de prioridades.
Un beso y Feliz y saludable Noche Buena.
Pues sí, Rosa, seguramente nuestros prejuicios tengan su fundamento, al menos en cuanto a libros se refiere. Me alegra haber dado un empujoncito a esta novela en la lista de prioridades, a mí me lo dio Rocío y a ti te lo doy yo, jeje, a ver que te parece...
Eliminar¡Feliz y saludable Noche buena para ti también, Rosa!
En la maternidad no es oro todo lo que reluce Marian ¿Sabes lo que dijo una vez mi madre? Qué si hubiera podido elegir entre ser madre o ser feliz, no lo hubiera dudado: ser madre a pesar de todo. Es fuerte, lo sé, ella murió joven y esto yo no tenía que haberlo escuchado, pero fuerte lo mires como lo mires.
ResponderEliminarTe he leído a saltos esta vez porque lo tengo para leer, y yo soy muy influenciable 😂😂😂
Besos y Feliz Navidad 🎄🥳💋🎁
¡Hola Yoli!
Eliminarcierto que no es oro lo que reluce, pero muchas veces no lo hacen creer así. Muy fuerte, sí, lo de elegir entre ser madre y ser feliz, ella hubiera elegido ser madre a pesar de todo, pero yo también conozco algún caso de una madre que dice tranquilamente (son las pocas, otras lo callan, porque decir algo así no está bien) que si hubiera sabido de verdad lo que era, a todo lo que tuvo que renunciar, si hubiese podido volver atras, no hubiera tenido nunca hijos, hubiera decidido por elección propia no ser madre. Supongo que hay de todo.
Respecto a la novela, tienes que leerla.
Besos y Feliz Navidad!!!
¡Hola, Marian! Este estilo de libros, que tocan estos temas, me encantan, además, el género es uno de mis favoritos...Así que, apuntado queda para mi lista del próximo año. Aprovecho para enviarte un fuerte abrazo navideño a la distancia, esperando que la pases muy bonito. ¡Feliz Navidad! 😘💙🎄🎅
ResponderEliminar¡Hola Marita! ¡Feliz Navidad para ti también!
Eliminarsí, creo que esta lectura es de las que te gustaría, a ver si la disfrutas como yo
Besitos!!
Entiendo que te recordara a la película de Tenemos que hablar de Kevin porque leyendo tu reseña hay cosas de El instinto que me recuerdan a la brutal novela de Lionel Shriver en la que se basa la película. Vi la peli después, pero, habiendo leído el libro, se me quedó un poco descafeinada.
ResponderEliminarEntiendo que las calificaciones tipo libro del año y demás te disuadan de leer un libro porque suele ocurrirme lo mismo. Hay técnicas de marketing que consiguen efectos contrarios a los pretendidos.
En cuanto a la novela en sí, suena interesante y con unos temas muy jugosos. No me importaría darle una oportunidad.
Besos y muy feliz Navidad, Marian.
Me gustó mucho esta novela, a pesar de compartir tus prejuicios. Me gusta cómo trata sin paños calientes la parte más dura de la maternidad, la que suele obviar todo el mundo. Y lo de las dos líneas temporales está muy bien logrado.
ResponderEliminarUn beso enorme y feliz Navidad.
¡Hola Rocío!
Eliminaragradezco mucho haber leído tu reseña y que me animara a leerla, porque he disfrutado mucho esta novela, a pesar de los prejuicios. La verdad es que además del argumento, tiene otras muchas cosas buenas, está muy bien narrado, la prosa es de las cuidadas. Vamos, que te repetiré con la autora, sobre todo si hace más thriller psicológico, que es uno de mis géneros preferidos
Un beso enorme y Feliz Navidad para ti también
¡Hola! Es un libro que me llama mucho y no lo tengo entre mis prioridades pero espero poder leerlo tarde o temprano. Un besote :)
ResponderEliminar¡Hola! pues si te ha llamado la atención la novela, a por ella, espero que puedas hacerte con ella pronto, ya me contarás que tal
EliminarBesos y Feliz Navidad
Veo que el tema de las "malas madres" está de cierta actualidad en la narrativa actual. Lo entiendo perfectamente pues en el fondo es una lucha contra el tópico de mujer=madre=felicidad absoluta. Pues habrá de todo, digo yo; para unas personas el tópico se cumplirá más o menos así, y para otras (muchas o pocas) será lo contrario. También es verdad que pocas mujeres he conocido que hayan renegado del hecho de haber sido madres. Esto no quita que muchas veces ese ser parido con dolor pueda causar aún más dolor; pero eso es la propia vida y nadie nace vacunado contra esa posibilidad.
ResponderEliminarMe llama el libro por esas dos líneas temporales que señalas y también por esa relación que haces de la novela con "Tenemos que hablar de Kevin". Yo la novela de Lionel Shriver no la leí pero sí vi -y creo que por recomendación tuya, como tantas otras veces y siempre a plena satisfacción- la película que me encantó.
De las tácticas editoriales para vender..., en fin, la vida misma. Se venden libros con los mismos argumentos que pastas dentífricas: "la mejor...", "el más vendido...", ""el libro [dentífrico] del año...", y así.
Espero que tu Nochebuena haya sido una buena noche, querida Marian
Muchísimos besos
¡Hola Juan Carlos!
Eliminarclaro, habrá de todo, pero pienso que el tema de la maternidad sigue demasiado mitificado y que los contras no se pregonan a voz en grito, se silencian lo que se puede. Yo, alguna sí he conocido que me reconoció que si hubiera sabido lo que se le venía encima, igual se habría quitado de la cabeza ser madre, pero supongo que son las menos, eso sí.
La peli "Tenemos que hablar de Kevin" es fascinante y terrorífica ¿verdad? me alegra que la disfrutaras.
Yo también espero que la Nochebuena fuera buena (valga la redundancia)par ti también y que pases unas fiestas maravillosas en general
Muchísimos besos!!
No tengo claro que me apetezca meterme en una lectura que tiene pinta de ser bastante desasosegante. Tal vez en otro momento me llame más que ahora que estoy imbuída de espíritu navideño. 😉
ResponderEliminarSaludos y Feliz Navidad!
Pues claro, Inmaculada, cada lectura tiene su momento (para mi, las desasosegantes siempre son el momento, jeje)
EliminarFeliz Navidad!!
Saludos
¡Hola, Marian! Desde luego este libro que nos traes es terriblemente interesante, y mientras leía tu reseña me he acordado de la novela Tenemos que hablar de Kevin. De hecho, cogí esta novela el verano pasado, pero es muy dura y una amiga me aconsejó no leerla porque me encontraba en un momento familiar complicado. ¿Tú la has leído?
ResponderEliminar¡Un beso y felicidades por la reseña!
¡Hola Laura, gracias!
Eliminarla novela no la he leído, no, pero como digo en la reseña la peli sí la he visto, me gustó mucho por eso la recomiendo. Desde luego la peli es muy dura, durísima, así que imagino que la novela será igual o peor, o mejor, según por donde se mire, jeje
Besos
PUes no conocía la novela. Apuntadita me la llevo que pinta muy bien. Feliz año!
ResponderEliminarBesotes!!!
¡Feliz año, Margari!
EliminarBesotes