“La jauría se ha detenido, olisquea tratando de recuperar nuestro rastro. Desde mi escondite, descubro que el grupo principal lo componen unas veinte personas, seis de ellos machos jóvenes, casi todos tan enloquecidos que enarbolan hachas, navajas y cuchillos.
Cuando capturan una presa, la cortan en rodajas y se la comen a bocados en plena calle.
El hambre ha borrado hasta el último vestigio de alma humana en sus corazones. Así pues, me equivoqué, no son sólo Masticadores sino que también hay lo que en la ciudad conocemos como caníbales asesinos, Come Personas o, en un lenguaje más moderno, zombies”
Cuando capturan una presa, la cortan en rodajas y se la comen a bocados en plena calle.
El hambre ha borrado hasta el último vestigio de alma humana en sus corazones. Así pues, me equivoqué, no son sólo Masticadores sino que también hay lo que en la ciudad conocemos como caníbales asesinos, Come Personas o, en un lenguaje más moderno, zombies”
Tres millones de personas encerradas sin comida, condenadas a elegir entre morir de inanición, o convertirse en caníbales Masticadores o zombies asesinos.
En Leningrado hay gente que sobrevive y gente que muere, sencillamente. Esas dos categorías son las únicas que cuentan.Esto, que podría parecernos el principio de cualquier cuento terrorífico, resulta ser una historia real. La historia que Catarina Werner le relata a su nieto, sobre sus vivencias setenta años atrás en uno de los escenarios más terribles y dantescos de la segunda guerra mundial.
Ella es una de las tres niñas huérfanas (junto a Tania Savicheva y Nina Pechanova) que intentan salir adelante y no ser devoradas en medio de toda esta sinrazón, con la ayuda de Dimitri y Anantoli, dos agentes de la policía secreta rusa.
El hambre es peor que la peor infección zombie que pueda imaginar ningún escritor del futuro.
¿Conseguirán sobrevivir en un mundo donde la realidad supera la ficción?
Ha publicado varias novelas gráficas y en 2010 presentó su primer libro de narrativa juvenil, “Diario de una adolescente del futuro”, escrito junto a Eva Rubio. En 2012, publicó otro libro de zombies ambientado en España, en la época de Franco: “1936Z. La Guerra Civil zombi”
En enero de 2013 ganó el premio ciudad de Palma de Novela Gráfica con "Las Damas de la Peste", que fue publicada en diciembre de 2014 en Dibbuks. Fue su 35 premio literario. En marzo del 2015 salió a la venta su primera novela gráfica en Francia: “Monsieur Levine” (Éditions Sarbacane).
Finalmente, en mayo de 2015, presentó en Dolmen Editorial “Zombies de Leningrado”, la primera novela Z basada en hechos reales, en el más de un millón de muertos civiles caídos en Leningrado, en el asedio nazi de 1941 al 1944, durante la Segunda Guerra Mundial.
Me topé con esta novela cotilleando en la última Feria del Libro de Madrid. En principio, me llamó la atención el título (ya sabéis que todo lo relacionado con zombies me atrae mucho). Y cuando le eché un vistazo a la sinopsis y leí que estaba basada en un hecho real, se me pusieron los pelos como escarpias. Tenía que leerlo, sí o sí.
En las últimas páginas, el autor nos cuenta que su libro es un homenaje a una ciudad que luchó hasta el límite de sus fuerzas contra los nazis, sus bombas, sus soldados y sobre todo frente a parte de su propia población, convertida en caníbales.
Es escalofriante tan sólo el hecho de imaginar que los hombres puedan llegar hasta el extremo de comerse los unos a los otros para subsistir, para tener algo que llevarse a la boca y a las madres para dar de comer a sus hijos hambrientos ¿verdad?
Una mujer partió en tres pedazos a su hija de dieciocho meses, recién fallecida, para dar de comer a sus otros hijos de seis, cinco y tres años. Hizo un guiso con su último manojo de zanahorias y aquellos tres pedazos de carne. Un plato hasta arriba para cada uno. Sólo quería que sus otros pequeñines no murieran igual que el bebé.
Pero más escalofriante resulta todavía saber que algo así ocurrió de verdad. Porque está documentado que, incluso los presos se comían entre sí en las cárceles y que habían dos tipos de caníbales: los “zombies rápidos”, gente todavía con energía para correr, para cazar por ellos mismos y los “zombies lentos” o Masticadores que vagaban sin apenas fuerzas, carroñeros que aprovechaban los cadáveres que se iban encontrando por ahí.
También es un hecho que había una unidad policial destinada a frenar el canibalismo y el mercado negro de traficantes de cuerpos. Tremendo…
Escapar de los zombies lentos, de los Masticadores, es mucho más fácil que de los asesinos zombies, aquellos que llevan hachas o cuchillos, como nuestros amigos de la carnicería de un par de horas antes. Pero los Masticadores atacan en manadas y, si quedas completamente cercado por ellos, tus días acaban de la misma forma abrupta que atacado por un grupo de zombies asesinos.
Y es que como suele decirse, las malas personas salen a la luz en los momentos más críticos y son muchas las caras que puede adquirir la crueldad humana.
¿Qué me ha parecido? ¿Me ha gustado?
El libro me ha gustado mucho, aunque más que la trama en sí, me ha parecido muy interesante todo lo que el autor nos cuenta sobre lo ocurrido durante la segunda guerra mundial, en la actualmente llamada ciudad de San Petersburgo.
La historia tiene dos hilos argumentales: por un lado el viaje en la actualidad de Catarina para enseñarle a su nieto los lugares donde creció y vivió su particular calvario, el regreso a sus orígenes setenta años después de que todo terminara. Y por otro, el propio relato de su pasado en Leningrado, cuando no era más que una adolescente de 15 años.
Porque a sus noventa y dos años, Catarina Kubatkina seguía siendo la misma de siempre. Incluso a menudo se peinaba con dos coletas, como cuando niña. Seguía amando y odiando con la misma intensidad del primer día. Porque era una de esas personas que viven en un presente continuo, que nunca olvidan, eternamente fieles y enamoradas de quienes les fueron fieles y les amaron, pero por eso mismo rencorosas hasta la médula, incapaces también de olvidar a quienes les dañaron.
Me han parecido un acierto las aclaraciones del autor al final de la novela, diferenciando entre lo verídico y lo que es fruto de su propia invención. Por ejemplo, nos cuenta que el personaje de Catarina es medio real, medio imaginario, pero que Tania sí existió y casi todo lo que se cuenta sobre su vida es real, así como el personaje de Nina y de su familia. En cambio Dimitri y Anatoli son también iideados por él.
En definitiva, nos encontramos ante una novela curiosa, bien documentada sobre zombies, pero no de esos a los que estamos más acostumbrados y que forman parte de la ficción, sino de auténticos muertos vivientes fruto de las circustancias de la vida real. Una historia que seguro no te dejará indiferente, porque para vuestra información:
El hambre es peor que la peor infección zombie que pueda imaginar ningún escritor del futuro.Mi puntuación:
Voy a sufrir mucho con esta novela, pero voy a tener que leerla.
ResponderEliminarBesotes!!!
Hola!! Bueno, sufrir sufrir no es que se sufra, pero el autor no se enseña demasiado con las muertes, pero es tremendo imaginar que algo así pasó de verdad
EliminarBesos
Mucha gracias y un fuerte abrazo desde Asturias
ResponderEliminarJavier, que sorpresa más agradable tu comentario. ¡Gracias a ti por haber escrito una novela así!
EliminarUn abrazo!!!
¡Hola!
ResponderEliminarUf, qué mal cuerpo se te pone solo de imaginarlo. No me veo con esta lectura. Me conformo con lo que nos has contado. La realidad a veces es mucho más terrible que la ficción. No creo que aguantara esta lectura.
Besos
¡Hola! Pues sí, imaginar lo que ocurrió pone mal cuerpo, pero en serio que la lectura y el argumento en sí, no. No es en plan "The walking dead" ni nada parecido.
EliminarPero claro, te tienen que gustar las novelas de terror.
Besos
Marian, creo que me quedo con lo que has escrito sobre el libro. Los zombies no son lo mío, más lejos de alguna que otra película, que además tenía momentos "gore"...pero poco más.
ResponderEliminarDe todos modos, no estaría mal que hubiera habido zombies en aquella época y que rondaran a algunos que parecían buenos...en fin...
Un abrazo grande y que tengas un buen día lleno de libros...(o de zombies).
¡Hola María!!! Este no es un libro sobre zombies al uso, a los que estamos acostumbrados en las películas (aunque esos zombies también me gustan). En el libro se les llama así a los que para sobrevivir comen carne humana porque no tienen otra cosa que llevarse a la boca. Muy duro...
Eliminarme llama bastante la atención, no me importaría para nada leerla.
ResponderEliminarun beso.
¡Hola!
ResponderEliminarTiene buena pinta, así que no me importaría leerlo.
Una reseña estupenda.
¡Nos leemos! :)
¡Gracias!!! Me alegra que te haya gustado mi reseña
EliminarBesos
Tengo que admitir que me llamó mucho la atención esta novela, no la había visto antes y en cuanto a la época en la que la narra siempre me ha gustado, así que me la anoto sin dudarlo.
ResponderEliminarUn besiño
A mí me pasó lo mismo, me llamó mucho la atención en cuanto la vi en una caseta de la Feria del Libro
EliminarBesos
Hola, no lo conozco pero de momento lo dejo pasar, tengo muchos en espera, ya soy seguidora de tu blog, yo tambien tengo uno por si te puedes pasar, y así nos leemos, besos
ResponderEliminarhttp://estoyentrepaginas.blogspot.com.es/
Cristina, hace tiempo que soy seguidora de tu blog y me paso de vez en cuando para leerte
EliminarBesos
No creo que pueda leer algo así, aún no estoy preparado! Pero gracias por la reseña! Ah! y gracias por seguir mi blog! Yo ya te sigo y espero no leamos a menudo! Un abrazo!
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