Conoce a Dewey leemáslibros, el gato que inspiró el título de mi blog


25 de febrero de 2012

"LOS JUEGOS DEL HAMBRE" de Suzanne Collins

Los desastres naturales han acabado con Norteamérica. En su lugar, tras una cruenta guerra por acaparar los pocos recursos que quedaron, ha resurgido un nuevo País, Panem, compuesto por 13 Distritos y una ciudad, El Capitolio. Aquí reside el tirano Gobierno de la nación y los ricos, los afortunados…

Como los habitantes de los Distritos no estaban por la labor de acatar las nuevas normas y además pasaban mucha hambre, tuvo lugar “la Revolución”, días oscuros para todos.

Lógicamente ganaron los fuertes y el distrito 13 fue aniquilado. Murió mucha gente y como tamaña rebeldía no podía quedar impune, se creó el "Tratado de la Traición" con nuevas leyes para garantizar la paz. Además, como recordatorio, se idearon los anuales “Juegos del hambre” o “La cosecha”.

Sus reglas consisten en que cada distrito debe entregar dos tributos, un chico y una chica entre los 12 y los 18 años para su intervención en dichos juegos. A los veinticuatro, se les encierra en un estadio al aire libre, que puede simular cualquier ecosistema, desde el desierto abrasador del Sáhara, hasta el mismísimo Polo Norte.

Dentro, tendrán que luchar entre ellos a muerte y sólo habrá un ganador.

Pero el colmo de tal tortura, es que El Capitolio ha convertido este evento en una festividad, un gran acontecimiento deportivo televisado en directo, ávido de audiencia, como si de una mezcla macabra entre “Gran Hermano” y “Supervivientes” se tratara.

Nuestra valiente y rebelde Katniss Everdeen (16 años), conocida más tarde como "La chica en llamas", vive en el Distrito 12, uno de los más pobres, dedicado casi exclusivamente a la minería, a la extracción del carbón.

De su padre ha heredado la habilidad para usar el arco y las flechas para cazar. Desde su muerte, en una explosión en las minas, ella es la encargada de sacar a su familia adelante, arriesgando su propia vida al adentrarse clandestinamente en el bosque, junto a su apuesto amigo Gale. Ambos comparten peligros, riesgos y ¿atracción mutua?

El día más triste del año, ya ha llegado. De las urnas saldrán los nombres de los dos desafortunados que se enfrentarán a todo tipo de calamidades y a una muerte casi segura.

Katniss casi se desmaya en la ceremonia, al escuchar por los altavoces el de su hermana pequeña Prim. Sin pensárselo dos veces, sube al podio ante el silencio desaprobador de todos los presentes, ofreciéndose voluntaria, algo insólito en la historia de los juegos.

El otro chico elegido es Peeta Mellark el "El chico del pan", enamorado de ella desde que tiene uso de razón. Entre ellos hace tiempo que hay una gran complicidad, una conexión especial solo con miradas, desde que, a escondidas de su madre, la panadera del distrito, les consiguió dos panes medio quemados, hecho que probablemente las salvó ese día de morir de hambre. “Ella siente que le debe algo y que debió darle las gracias. Pero ahora ¿cómo podrá hacerlo si tendrán que matarse entre ellos?

Es la hora. Ya no hay vuelta atrás. Los juegos van a comenzar. Los tributos deben salir a la Arena y… luchar por sobrevivir.

-- ¡Que empiecen los septuagésimo cuartos Juegos del Hambre!”

Ahora sí que empieza la verdadera pesadilla...

¿Conseguirá Katniss sobrevivir y regresar al Distrito 12 para reencontrarse con su madre, Prim y Gale? ¿Tendrá que matar a Peeta?

5 de febrero de 2012

"LAS RANAS TAMBIÉN SE ENAMORAN" de Megan Maxwell

Es nochevieja. El 2010 acaba de empezar. Marta, Patricia y Adrián, se preguntan que les deparará el nuevo año. Los tres trabajan en el taller de trajes de flamenca de la conocida sevillana Lola Herrera y además de compañeros de trabajo, son buenos amigos, de esos con los que puedes contar en todo momento.

Marta, la protagonista de esta historia, no ha tenido una vida fácil. De bebé fue abandonada y criada en un orfanato de Valencia. Tuvo dos familias de acogida y las dos le salieron "rana" (nunca mejor dicho...).

La primera, porque cuando la mujer murió, el hombre no quiso hacerse cargo de ella.

Cuando el padre de la segunda familia intento propasarse con ella, escapó, viviendo entre los once y los quince años, con un grupo de chicos de la calle.

Para rematar esos tiempos tan duros, se enamoró de Gabriel y la mala fortuna hizo que quedara embarazada. Este hecho supuso su tercera gran decepción con los hombres porque el padre de su hija se desentendió por completo del tema y desapareció como por arte de magia, al enterarse de su estado de buena esperanza.

Al principio su idea pasaba por darla en adopción, pero cuando la tuvo en sus brazos, ya no la pudo soltar. Unas monjas las acogieron a las dos, cuidando de su hija Vanesa mientras ella limpiaba portales y casas. Y ¡¡lo que es la vida!! En uno de esos portales conoció a Lola, la famosa diseñadora de trajes de flamenca, que se apiadó de ella y la contrató de interna en su hogar.

A los 19 años le ofreció un empleo en su taller como aprendiza y poco a poco Marta fue ascendiendo en la empresa, "aquella muchacha le demostró que valía para todo lo que se propusiera. Su decisión y su fortaleza fue algo que a Lola siempre le admiró". Pero ella no era una jefa, era la madre que nunca tuvo y que además adoraba a Vanesa.

En los primeros capítulos, Patricia le propone jugar a "la rana": 
--"¿Cual es el juego de la rana?
-- Como el de la oca. Pero esta vez se dice: de rana en rana y busco otra porque me da la gana.
-- Ah... pensé que era de rana en rana y me tiro otra porque me da la gana.
-- Mujer... pretendía ser más fisna y elegante"

Y entonces  Marta conoce a Philip. Empieza el juego con "su rana", disfrazada de rubio guiri trajeado.  Entonces no podía ni tan siquiera imaginar que, entrando al trapo, se podría estar tirando piedras sobre su propio tejado.

Sus primeros encuentros son más bien encontronazos, ambos tienen bastante genio y hacen gala con demasiada frecuencia de comentarios irónicos, dando la sensación de que nunca van a conseguir entenderse, de que se caen fatal.

Sólo coinciden en una cosa: ninguno de los dos quiere un compromiso serio, una relación duradera, ni nada más allá de pasar un buen rato, un poco de compañía, un poco de calor... Y es por eso que firman un trato que ninguno debe incumplir:
--"Pero que quede claro que esto es sólo sexo. Algo sin importancia entre tú y yo. Nada de relación. Nada de exclusividad ni reproches. Ambos somos personas adultas y libres para hacer lo que queramos ¿hay trato?
Aquello era el mejor ofrecimiento que le habían hecho nunca. Dispuesto a disfrutar de lo que tenía entre sus brazos asintió besándola.
--Trato hecho, honey".

Pero como ya se sabe, los designios del amor son inescrutables y los polos opuestos se atraen, ¿quién sabe adónde les llevará tanta discusión? ¿Incumplirán su trato o dejarán escapar ese tren que sólo pasa una vez en la vida?