"En realidad, no había preparado su marcha. Simplemente, un día, una gota derramó un caldero.
A partir de ese momento, brotó en él la idea de la fuga como una ilusión necesaria para poder soportar el infierno de silencio en el que vivía. Una idea que se empezó a formar en su mente en cuanto su cerebro estuvo listo para albergarla y que ya no le abandonó nunca más.
Salvo el morral y la precaución de escapar en una noche sin luna, no había hecho ningún otro preparativo ni cálculo. En todo caso confiaba en sus conocimientos para abrirse paso con mayor soltura. Al fin y al cabo, él era tan hijo de aquella tierra como las perdices y los olivos"
A partir de ese momento, brotó en él la idea de la fuga como una ilusión necesaria para poder soportar el infierno de silencio en el que vivía. Una idea que se empezó a formar en su mente en cuanto su cerebro estuvo listo para albergarla y que ya no le abandonó nunca más.
Salvo el morral y la precaución de escapar en una noche sin luna, no había hecho ningún otro preparativo ni cálculo. En todo caso confiaba en sus conocimientos para abrirse paso con mayor soltura. Al fin y al cabo, él era tan hijo de aquella tierra como las perdices y los olivos"
Dos seres solitarios muy necesitados el uno al otro, que si bien podrían haber seguido rumbos distintos y no haberse cruzado nunca en el camino, probablemente estaban predestinados a encontrarse, a unir sus destinos.
El cabrero recibirá del niño ayuda en sus quehaceres cotidianos, compañía, alguien con quién hablar. Y el pequeño obtendrá a cambio alimentos, protección, amparo, calor humano.
"Así era como empezaba a regularizarse su convivencia. El pastor, reducido por la creciente sequedad de sus articulaciones, tendido bajo el cielo inclemente. El chico, como una extensión tónica del viejo, dispuesto para el laboreo que el llano y la intemperie les imponían".
Pero los perseguidos no tendrán ni un minuto de tregua, de descanso, conociendo de primera mano hasta donde es capaz de llegar la crueldad del ser humano.
"Entendió que el viejo no sería quien le entregara la llave al mundo de los adultos, ese en el que la brutalidad se empleaba sin más razón que la codicia o la lujuria"
¿Podrá el niño sobrevivir a la intemperie? ¿Será capaz de deshacerse de sus hostigadores y volver a casa?