Conoce a Dewey leemáslibros, el gato que inspiró el título de mi blog


6 de enero de 2019

“MEJOR LA AUSENCIA” de Edurne Portela, cuando la presencia solo produce dolor y la huida es siempre la mejor opción.

Cubierta de la novela de Edurne Portela
“Todos me miran asustados y me levanto de la silla y muevo los brazos porque me ahogo y abro mucho la boca porque no entra aire porque sale algo por ella que no deja que entre el aire y ya no veo a los tatos ni a la abuela ni a Pili.

Y me ahogo y siento frío en todo el cuerpo y me doy cuenta de que estoy en el suelo de la cocina y que el tato Aníbal me coge la cabeza. Y oigo que me dice tranquila, Amayita, txiki, tranquila, estoy aquí. Y yo esfuerzo los ojos y veo que no es el tato Aníbal, que es Aitor y me acuerdo del dedo gordo de la abuela y quiero decir a Aitor que me deje en paz, que yo quiero al tato Aníbal pero no puedo, no tengo fuerzas.

El dolor de garganta es muy fuerte pero no puedo quitármelo. No puedo hablar ni llorar ni vomitar ni escupir ni gritar. Es una bola que me raspa y me ahoga.”

Crecer siempre implica alguna forma de violencia, contra uno mismo o contra aquellos que quieren imponer su autoridad. Cuando además la vida trascurre en un pueblo de la margen izquierda del Nervión durante los años 80 y 90, y todo es heroína, paro, detritus medioambiental, cuando en las calles silban cada semana las pelotas de goma y los gases lacrimógenos y las paredes están llenas de consignas asesinas, la violencia no es sólo un problema personal.

Mejor la ausencia nos presenta una familia destruida, atravesada por la violencia de su entorno. Amaia, la pequeña de cuatro hermanos, narra ese entorno brutal desde su mirada de niña y adolescente. Compartimos con ella su miedo, su perplejidad, su rabia, ante un padre que hiere, una madre que se esconde, tres hermanos que, como ella, sólo buscan salir adelante. Amaia es la joven que se enfrenta, hasta alcanzar sus propios límites, a este mundo hostil.

Amaia es también la mujer que años después vuelve a su pueblo para encontrarse con un pasado irresuelto. En ese camino de ida y vuelta, en sus huidas y regresos, descubrirá, a su pesar, que nadie escapa del entorno en el que se cría, de la familia que le toca en suerte. Y que reconocerlo es la única manera de sobrevivir.

Edurne Portela nació en Santurce (Vizcaya, 1974). En Estados Unidos, realizó un doctorado en Literaturas Hispánicas en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, para después trasladarse a la Universidad de Lehigh (Pensilvania). Durante 13 años compaginó su trabajo docente con la dirección del centro de investigación para las humanidades de la universidad (Humanities Center) y otros puestos de gestión.

En enero de 2016 decidió poner punto final a su carrera universitaria en Estados Unidos y volvió a España. Hoy en día se dedica por completo a la escritura y colabora con El País, La Marea y El Correo.

La editorial Galaxia Gutenberg le ha publicado sus hasta ahora dos obras: el ensayo “El eco de los disparos: cultura y memoria de la violencia” (2016) y la novela “Mejor la ausencia” (2017) que ha recibido el Premio 2018 al Mejor Libro de ficción del Gremio de las librerías de Madrid. Para el 6 de marzo de 2019, está prevista la llegada a las librerías de su segunda novela, “Formas de estar lejos”.