"Antes de irse, había aceptado una pequeña entrevista. Sí, desde luego, se alegraba de su éxito y agradecía sobre todo a los happy fans su entusiasmo y su fidelidad. La periodista le preguntaba si entendía que algunas personas, incluidas algunas muy jóvenes, pudiesen escandalizarse al ver a unos niños tan pequeños expuestos de aquella manera. Mélanie sacudía tristemente la cabeza en señal de incomprensión, antes de responder con voz dulce y tranquila. Como madre, sabía perfectamente qué era bueno y qué era malo para sus hijos.
Porque eran sus hijos, precisaba, haciendo hincapié en el posesivo. Y sus hijos eran muy felices haciendo lo que hacían. La periodista se volvía entonces hacia ellos para recoger sus impresiones. Con voz parsimoniosa, como una muñeca activada a distancia cuyas pilas empezasen a fallar, Kimmy aseguraba que le parecía genial contentar a los happy fans y «ver la felicidad en sus ojos». Con algo más de convicción, Sammy afirmaba que aquello era su sueño y que quería dedicarse a ello. Radiante, Mélanie añadía: «Son sus palabras, ¿acaso se puede añadir algo más?»Y luego, sonriendo de oreja a oreja, concluía: «¿Qué quiere usted? Son los reyes de la casa.»".
Porque eran sus hijos, precisaba, haciendo hincapié en el posesivo. Y sus hijos eran muy felices haciendo lo que hacían. La periodista se volvía entonces hacia ellos para recoger sus impresiones. Con voz parsimoniosa, como una muñeca activada a distancia cuyas pilas empezasen a fallar, Kimmy aseguraba que le parecía genial contentar a los happy fans y «ver la felicidad en sus ojos». Con algo más de convicción, Sammy afirmaba que aquello era su sueño y que quería dedicarse a ello. Radiante, Mélanie añadía: «Son sus palabras, ¿acaso se puede añadir algo más?»Y luego, sonriendo de oreja a oreja, concluía: «¿Qué quiere usted? Son los reyes de la casa.»".