“No son pocas las ocasiones en las que el destino juega con nosotros ofreciéndonos grandes oportunidades, oportunidades únicas que no son sino caminos que, al recorrerlos, condicionan por completo nuestro porvenir.
Lo cruel es que normalmente ni siquiera llegamos a detectar estos momentos clave, bien porque pasan por delante de nuestros ojos de forma fugaz, bien porque están ocultos detrás de simples detalles que no sabemos distinguir, o bien, como suele suceder, porque no estamos mirando donde tenemos que mirar”.
Lo cruel es que normalmente ni siquiera llegamos a detectar estos momentos clave, bien porque pasan por delante de nuestros ojos de forma fugaz, bien porque están ocultos detrás de simples detalles que no sabemos distinguir, o bien, como suele suceder, porque no estamos mirando donde tenemos que mirar”.