Conoce a Dewey leemáslibros, el gato que inspiró el título de mi blog


6 de junio de 2010

"OCHO AÑOS DE SILENCIO" de Raquel Franco



Esta es la primera y de momento la única novela (editada en 2009) de Raquel Franco, una abogada catalana, autora también de la colección de cuentos “el pintor deshonesto”

La historia transcurre en “Arquía de la Millación”, un remoto pueblecito andaluz de izquierdas, en la previsible España nacional.

El alcalde, Domingo Sanfeliu, reúne a todos sus habitantes en la plaza para convencerles de la conveniencia de su rendición, ante la inminente llegada de los falangistas. Y esa es la última vez que lo ven con vida. Tan sólo una nota explicaba su desaparición. Su exnovia, Anita,  con la que había roto hacía menos de un mes, estaba embarazada y ambos marchaban lejos.

El 26 de agosto de 1936, tomaron el pueblo un grupo de hombres armados y ese fatídico día, comenzó para sus doce habitantes, ocho años de un silencio ensordecedor y tal como dice el libro, de “una calma artificial que precede a la muerte de un pueblo al que le han robado su descendencia, porque no pudieron robarle sus ideas” 

Y es que registrando una a una todas las casas, en busca de pruebas incriminatorias, encuentran una fotografía con una dedicatoria del presidente de la República a la famosa cantante, Mónica Portugal. Cuando su marido Don Segismundo está a punto de ser fusilado por ello, Martín, el soldado al mando la reconoce como la famosa gran artista que fue en su época y él que  siempre fue su más ferviente admirador, tras mucho meditarlo, toma una cruel decisión: separar a los niños de sus padres y llevarlos a una inclusa cercana, prohibiéndoles además a las mujeres volver a procrear.

Dos semanas después del secuestro de los infantes, llega a Arquía el corregidor, encargado de vigilarles desde una atalaya construida para este menester y desde la cual cree vislumbrar cada rincón del pueblo. Pero no es así, la llanura del bosque ha quedado fuera de la visión de los anteojos y es allí donde sus habitantes se reúnen para tomar decisiones importantes.

Y un día, transcurridos ya ocho largos años, tiene lugar un hecho que consigue sacar a todos del mutismo en el que estaban inmersos: encuentran en el bosque a una niña de unos siete u ocho años, una peluda fierecilla salvaje que comía comida cruda y andaba a cuatro patas.

Entre todos acuerdan que la chiquilla a la que llaman Anita, viva cada mes en una casa distinta, turnándose en su educación. Aportando cada uno su granito de arena, consiguen en cuatro meses que aprenda a hablar, a andar correctamente y a ser una personita civilizada. 


Y sucede lo inevitable, los arquienses son descubiertos y acusados de asesinar al corregidor, que ha muerto solitario en su atalaya. Pero esta vez tienen suerte y el comandante Ordoñez se apiada de ellos dejándoles marchar con la condición de quedarse con Anita.  

Y a estas alturas del libro se conoce lo que sucedió con el alcalde y su exnovia embarazada. Cuando al mismo Ordóñez se le encargó seguirles el rastro en su huída, cuando al fin los encontró, no tuvo el valor suficiente para matar a la mujer embarazada y la deja escapar. Ésta encuentra cobijo junto a una banda de forajidos con los que convive un tiempo, pero que también son descubiertos. Cuando van a ser detenidos, la niña escondida pensando que es un juego, consigue no ser descubierta y partir de ahí comienza su aventura en solitario, hasta ser encontrada por los habitantes de Arquía.

El destino final de Anita, es la misma inclusa donde fueron abandonados todos los niños de Arquía de la Millación, donde podrá  ser adoptada.

Es una historia contada con cierto sarcasmo, que te envuelve por completo desde el comienzo y que probablemente sea el reflejo de un sinfín de sucesos similares, acaecidos durante esos dramáticos años de guerra en nuestro país    



5 de junio de 2010

"EL RELÁMPAGO INMÓVIL" de Pedro García Montalvo




Los cuatro protagonistas de esta historia son el matrimonio formado por Inma y Adrián, el senador Mateo Salazar, padre de Adrián y Cecilio Toval. 
La pareja, lucha a diario por superar un terrible suceso ocurrido un año atrás, la muerte por accidente de sus dos únicas hijas, María la mayor de diez años y Cheli de seis, en un desprendimiento de nieve. 
Para ellos la vida se detuvo de repente, como un relámpago inmóvil en medio de una gran tormenta.
Parece que el tiempo ha empezado a curar sus heridas y ambos sienten que la desgracia, lejos de separarles, ha fortalecido más su unión.
Poco antes de morir las niñas, el senador descubre una trama de corrupción inmobiliaria en la que está implicado un miembro adinerado de la familia de Cecilio y éste, a pesar de ser considerado por todos un buen hombre, vive atormentado y obsesionado por sus ansias de venganza contra Mateo, al que culpa del suicidio de su hermano y la enfermedad mental en la que está sumido su hijo.
Con paciencia lo planifica todo y aunque en muchos momentos no sabe si será capaz cumplir sus objetivos, al final se deja llevar por el rencor y le envía a Inma unas fotos que han caído en sus manos, de Adrián con su ex novia, los dos en actitud cariñosa.
Pero la verdad es que la relación entre ambos es únicamente de amistad y apoyo mutuo. Ella ha estado a su lado en los peores momentos y le ha ofrecido el consuelo que Inma no podía darle, por estar también inconsolable.
Al final, asistimos a un final feliz, todo se aclara y deciden seguir juntos por el camino de la vida.
¿Qué si me ha gustado? Bueno, pues digamos que se deja leer, pero reconozco que en más de una ocasión estuve tentada de abandonar su lectura.
Sólo me ha dejado el enriquecedor mensaje de que en la vida es mejor perdonar. Que la venganza y el rencor no nos llevan a ninguna parte y mucho menos al olvido

22 de mayo de 2010

"NOVECENTO, LA LEYENDA DEL PIANISTA EN EL OCÉANO" de Alessandro Baricco


Este libro mágico, que se lee en unas pocas horas y está escrito en tono humorístico, me ha hecho sonreír en más de una ocasión.

El narrador de la historia, toca la trompeta en una orquesta del “Virginian”, un transatlántico que recorre las rutas entre Europa y América, transportando todo tipo de gentes, ricos, pobres, inmigrantes…

Este es un barco peculiar, con un capitán claustrofóbico, un timonel ciego, un telegrafista tartamudo, un doctor de nombre impronunciable y curiosamente, sin cocinas a bordo.

Allí conoce al protagonista de su relato, Danny Boodmann  T.D. Lemon Novecento, el pianista más grande que jamás haya tocado en el océano.

El viejo Danny Boodmann le encontró abandonado sobre el piano de cola del salón de baile de primera clase, con tan sólo una nota que decía “T.D Limoni”

Él, que siempre pensó y firmemente creyó, que las iniciales T.D. significaban “Thanks Danny”, fue el que le puso su gran nombre. Eligió el suyo propio, seguido del que constaba en la nota,  pero como además buscaba un gran final, le añadió “Novecento” por haberlo encontrado el primer día de ese nuevo siglo. 

Aprendió a tocar el piano, pero de que manera…

Su música era pequeña y hermosa y le transportaba a todos aquellos lugares que nunca había visto pero que conocía, porque sabía leer a la gente y los signos que llevaban encima, lugares, ruidos, olores, dibujando un inmenso mapa del mundo en su cabeza.

Nunca quiso pisar tierra y un día, con 32 años dijo:

--“en Nueva York, dentro de tres días, bajaré de este barco, tengo que ver algo allí abajo”

-- “¿Qué?” Le preguntó su mejor amigo.

-- “El mar”.

-- “Hace treinta dos años que estás viendo el mar, Novecento”.

-- “Desde aquí, yo quiero verlo desde allí, no es lo mismo”.

Pero llegado ese día, Novecento, a pesar de desearlo fervientemente y que ese deseo le estaba destrozando el alma, al tercer escalón dio media vuelta y regresó al barco. Nadie supo porqué.

Años más tarde,  al trompetista (que ya había dejado el barco hacía algunos años) le llega una carta diciéndole que al “Virginian” medio destrozado por la guerra, lo van a volar con dinamita y que Novecento no ha bajado del mismo.

Sin pensárselo dos veces, corre en busca del barco y allí estaba Danny, en la sala de máquinas, sentado sobre una caja con dinamita, quien, contento por ver de nuevo a su mejor y único amigo, le confiesa porqué no bajó aquel día del “Virginian”:

-- “no fue lo que vi lo que me detuvo, fue lo que no vi, no vi donde terminaba todo aquello, el final del mundo”.

Y como el miedo le paralizaba y los deseos le estaban destrozando el alma, los conjuró todos, uno a uno, los fue dejando atrás, los inmovilizó, para no sufrir.
Fue un trabajo mental increíble, desmontó su infelicidad y desenhebró su vida de sus deseos.

Y el libro acaba diciéndole a su amigo el trompetista:

-- “es dinamita lo que tienes debajo del culo hermano, levántate y vete, se acabó. En serio, esta vez se acabó”

Este libro lo recomendó una persona en un programa de televisión y me quedé con la copla. Me suele pasar, cuando escucho a  alguien decir que alguna historia le ha impactado, lo anoto en mi mente, en mi lista de “pendientes” y al final lo acabo leyendo. Por eso os animo a que me recomendéis los que os impacten.

Por último comentar que hay una película basada en este libro, dirigida por Giuseppe Tornatore, en 1998.

16 de mayo de 2010

"EL VELO PINTADO" de Somerset Maugham

El velo pintado cayó en mis manos hace algunos días, en el mostrador de préstamo de la biblioteca en la que trabajo. Ya me había llamado la atención en algún momento, pero por una razón u otra, había pospuesto su lectura. Me encantó la frase que aparece en la cubierta “a veces el viaje más largo es la distancia entre dos personas”. Y cuanta verdad contienen esas palabras…

Londres, años 20, Kitty vive con sus padres y su hermana Doris. Su madre, una mujer dura, cruel, ambiciosa y autoritaria, se desvive por encontrar maridos de buena posición para sus hijas. Su padre, un ser insignificante para ellas, es ignorado y despreciado por todas, al no ser capaz de proporcionarles una mejor clase social

Los años pasan para Kitty y a los 25, tras descartar varios pretendientes, sigue soltera.

Un día conoce a Walter, un bacteriólogo del gobierno de China, personaje sin el menor encanto, aunque sensible, tímido y bondadoso, que se enamora perdida e incondicionalmente de ella. Accede a casarse con él ante la perspectiva de una nueva vida y la boda inminente de su hermana, menos agraciada, pero que ya ha encontrado un buen partido.

Ya llevaba varias semanas en Hong Kong cuando conoce a Charles Townsend, vicesecretario colonial, hombre casado y muy atractivo. Ambos comienzan un apasionado romance, descubierto por Walter que le expone un ultimátum, ella consiente en irse con él a Mei Tan Fu, un lejano pueblecito asolado por una grave epidemia de cólera, o él solicita la demanda de divorcio.


Convencida de que Charlie quiere estar con ella para el resto de sus días, se lo cuenta todo, llevándose una gran decepción. Él no está dispuesto a hacer daño a su mujer por nada del mundo, ya que la quiere y la necesita a su lado.

Destrozados ambos, emprenden un largo viaje hacia lo que ella piensa que va a ser una muerte segura.

En su nuevo destino, Walter ejerce de médico, exponiéndose continuamente a los mortales efectos de la enfermedad.

En ese mágico pueblo, poco a poco Kitty va recuperando la paz de espíritu que había perdido y aunque su relación sigue siendo distante, se va dando cuenta del tipo de persona que es su marido, sintiéndose orgullosa de la extraordinaria labor que está realizando.

Cuando comienza a sentir la necesidad imperiosa de ayudar a los demás, conoce a un grupo de monjas francesas, que admiran y apoyan a su marido y que le permiten trabajar de forma altruista en el convento, con las niñas huérfanas que allí residen. Las dos que ejercen mayor influencia sobre ella son sor Saint Joseph y la madre superiora, dos almas bondadosas, libres de cualquier atadura terrenal.

Y un día cayó en la cuenta de que ya no pensaba en Charlie y que ahora le consideraba un ser despreciable y ruín. Se sentía libre…

Supo que estaba embarazada, pero no sabía de quien era el niño, podía ser tanto de uno como de otro.

Una noche, Walter no llega a casa. De madrugada le despiertan, dándole la fatal noticia de que se ha contagiado y está muy grave. Ella corre a su lado, para intentar por todos los medios conseguir que le perdone.

La escena que más me conmueve de toda la novela es esa: Kitty suplicándole perdón y él, en su lecho de muerte, agonizando, sin darse cuenta ya de nada. Sólo alcanza a balbucear una frase, en ese momento sin sentido para ella: “fue el perro el que murió”. 

A los pocos días le cuentan que estaba realizando experimentos y quizás ya nunca sabría si murió por accidente o si estaba experimentando consigo mismo. También descubrió que la frase sin sentido era la cita de un libro “elegía a la muerte de un perro rabioso” de Oliver Goldsmith, que decía: “el hombre se recuperó del mordisco, fue el perro el que murió”.

Las monjas la convencen para que deje aquel lugar y regrese a su tierra natal con sus padres. 

De escala en China, recibe una invitación de Dorothy, la mujer de Charlie para hospedarse en su casa. Todos consideran que es una heroína.

El reencuentro me sorprende. Yo pensaba que ella había escarmentado y hubiera apostado por su rechazo, pero el amor es como es y vuelve a caer en sus redes. Pero sólo por una noche, porque enseguida despreciándose a sí misma, se convence de que debe irse lejos, donde él no pueda ejercer su influencia sobre ella.

Y así lo hace. A su regreso a Londres, su madre acaba de morir, ironías del destino, sin saber que a su padre le han ofrecido un trabajo de juez presidente en Las Bahamas, un trabajo que piensa aceptar. Kitty, arrepentida de haberle tratado siempre tan mal, dándose cuenta de la distancia tan abismal que ha existido entre ellos, le pide que le deje intentar ganarse su cariño, acompañándole en su viaje.

Ya no es la misma persona, los errores, las locuras y los reveses sufridos, le habían permitido divisar el camino de la paz.

Hubo momentos en los que pensé que iba a ser una simple novela de amor, pero me equivocaba. Lo más importante que creo que transmite, es como a veces, los palos en la vida, además de hacerte madurar, te hacen cambiar y ser mejor persona