Conoce a Dewey leemáslibros, el gato que inspiró el título de mi blog


2 de octubre de 2016

"EL TREN DE LOS HUÉRFANOS" de Christina Baker Kline, un viaje cargado de incertidumbre sin billete de vuelta.


“Siento que retrocedo a algún lugar interior. Me ha tocado una infancia lamentable, saber que nadie te quiere ni se preocupa por ti, estar siempre fuera de lugar.

Siento que tengo diez años más de los que tengo. Conozco demasiado; he visto lo peor de la gente, la gente más desesperada y egoísta, y este conocimiento me hace cauta.

Así que estoy aprendiendo a simular, sonreír y asentir, a mostrar una empatía que no siento.
Estoy aprendiendo a fingir, a parecer como todos los demás, aunque me siento rota por dentro"
El "Tren de  los huérfanos" narra la vida de dos niñas sin hogar que irán desfilando por varias casas de acogida y distintos padres adoptivos, en dos épocas bastante distanciadas en el tiempo.

Por una parte tenemos el hilo argumental en torno a Molly Ayer (2011), una adolescente que en la actualidad debe cumplir un servicio social por haber robado un ejemplar de Jane Eyre en la biblioteca de Spruce Harbor (Maine), ayudando a una anciana nonagenaria, Vivian Daly, a ordenar y revisar el trastero de su casa.

Y así, revisando y ordenando, ordenando y revisando, irán aflorando recuerdos, acontecimientos y pérdidas de una existencia que casi nunca fue fácil para ninguna de las dos.
Molly ha empezado a ver su trabajo en casa de Vivian bajo una luz diferente. Quizá no importa cuánto haga. Quizás el valor está en el proceso: en tocar cada objeto, en nombrarlo e identificarlo, en reconocer el significado de un cárdigan, de unas botas infantiles

Y por otra, la historia de Niamh Power en 1929, una irlandesa peliroja que después de haber perdido a casi toda su familia, viaja en el “tren de los huérfanos”. Un tren que traslada a los niños del “Socorro a la infancia” hasta Minneapolis en busca de un nuevo hogar, como si de simple mercancía o ganado se tratara.
Inspecciono mi reflejo en el espejo: es la primera vez desde que llegué a Minnesota que me miro en un espejo sin manchas ni desperfectos. Una niña que apenas reconozco me devuelve la mirada. Es delgada y pálida, de ojos apagados, con pómulos salientes, pelo rojo oscuro y apelmazado, mejillas agrietadas por el frío y nariz colorada. Tiene costras en los labios y un jersey raído y manchado de tierra

Durante las horas que pasan juntas, Vivian y Molly descubrirán que tienen muchas más cosas en común de lo que pensaban.

¿Conseguirá nuestra pequeña princesa irlandesa de Minnesota un hogar feliz, unos padres que la quieran, la cuiden y la respeten?

10 de septiembre de 2016

“LA ÚLTIMA NOCHE EN TREMORE BEACH”, de Mikel Santiago, ¿visiones, premoniciones, o una cruda realidad?



“Todo indica que realmente vives dentro de esas visiones.

Te mueves, caminas, incluso saltas colina abajo cuando crees que algo te va a atacar.

Es como si estuvieras viviendo tu sueño despierto. Como si llevases unas gafas de realidad virtual puestas.

Pero eso no cambia la función de ese sueño, ni tampoco la pregunta principal que has de hacerte: ¿por qué lo estás soñando?"
Peter Harper, un músico compositor de bandas sonoras recién divorciado que pretende recuperar su inspiración y creatividad ahora marchitas, acaba de alquilar una casita en un apartado y perdido rincón en la costa de Irlanda Tremore Beach, cerca de Clenhburran, un pueblo muy pequeño en el que nunca pasa nada, ¿o casi nunca?

Tiene por únicos vecinos a una curiosa pareja con la que desde el primer momento hace buenas migas, Leo y Marie Kogan. Una noche después de cenar con ellos de regreso a casa tiene un pequeño accidente en medio de una brutal tormenta y es alcanzado por un rayo.

Ese suceso lo cambiará todo, porque a partir de ese momento empieza a tener flashes de visiones atroces tremendamente reales en las que aparecen sus dos hijos Jip y Beatrice, de ocho y trece años, (que han venido a pasar unos días junto a su padre),  Judie Gallagher, (la dependienta de una pequeña tienda y dueña de un albergue en el pueblo) con la que Peter ha empezado una relación sentimental, los Kogan, e incluso él mismo. Todos muertos, asesinados.

Peter piensa que quizás se haya vuelto loco, esquizofrénico, o que el rayo le ha podido convertir en un perturbado mental. O tal vez tan solo sea sonámbulo, sueñe despierto, o sufra alucinaciones visuales producto de su imaginación. Aunque también es cierto que no puede ignorar el recuerdo de las visualizaciones que su madre y su abuela tenían en el pasado, y que en varias ocasiones llegaron realmente a suceder.
Indudablemente, el shock eléctrico causado por ese rayo está en la raíz de sus visiones. Actúa, a mi modo de ver, como un gran amplificador emocional. Quizá de una manera psicosomática.

¿Habrá heredado Peter el don de sus antepasados de presagiar el futuro, o será todo debido a las secuelas de la descarga eléctrica recibida?