"La nieve del jardín reflejaba suficiente luz como para distinguir desde allí el muñeco de nieve. Parecía tan solitario…
Alguien debería ponerle una gorra y una bufanda. Y tal vez el palo de una escoba para que se sujetara.
En ese momento, la luna salió de detrás de las nubes. Jonas vio la dentadura negra. Y los ojos. Inspiró aire como por un acto reflejo y dio unos pasos hacia atrás. Se apreciaba un brillo tenue en los ojos de piedra. No miraban solo a la fachada de la casa, miraban hacia arriba. Hacia él. Jonas echó las cortinas y se metió en la cama.”
Alguien debería ponerle una gorra y una bufanda. Y tal vez el palo de una escoba para que se sujetara.
En ese momento, la luna salió de detrás de las nubes. Jonas vio la dentadura negra. Y los ojos. Inspiró aire como por un acto reflejo y dio unos pasos hacia atrás. Se apreciaba un brillo tenue en los ojos de piedra. No miraban solo a la fachada de la casa, miraban hacia arriba. Hacia él. Jonas echó las cortinas y se metió en la cama.”
"Pronto llegarán las primeras nieves. Y entonces volverá a aparecer: el muñeco de nieve. Y cuando la nieve haya desaparecido, otra vez se habrá llevado consigo a alguien. Lo que tienes que preguntarte es: ¿Quién ha hecho el muñeco de nieve? ¿Quién hace muñecos de nieve? ¿Quién dio a luz a The Murri? Porque el muñeco de nieve no lo sabe"
Todo parece indicar que el asesino está desafiando a Harry, invitándole a participar en su juego. Un juego sin normas, sin reglas, que acabará volviéndose contra él mismo, contra todos los que le rodean y le obligará a pagar una factura quizás demasiado elevada, tanto en el plano físico como en el emocional.
¿Se encontrará ante un nuevo asesino en serie, uno de esos casos que tanto motivan a los polis? ¿Conseguirá desenmascararle? ¿A qué precio?