Esta novela nos traslada al año 506 a.C. y abarca casi 5 meses de la vida de Pitágoras, uno de los maestros más grandes de la humanidad, desde el punto de vista tanto intelectual como moral, un filósofo y un genio muy influyente en el campo de las matemáticas y la geometría, al que muchos consideraron un líder espiritual, casi un semidiós.
La cuna de su movimiento filosófico (que ya contaba con treinta años de existencia) fue Crotona, segunda ciudad más popular de la Magna Grecia, centro de su “Hermandad” y residencia de los pitagóricos. Pero con el tiempo, se fue extendiendo por el resto de las ciudades y por toda Italia que terminaban siendo gobernadas y controladas políticamente por los miembros de la propia Comunidad.
Akenón, uno de los tres personajes más importantes de la historia, egipcio de nacimiento, fue policía en su país y trabajó personalmente para el faraón Amosis II.
Ahora vive en Cartago (un importante enclave costero al norte de África, cerca de la actual ciudad de Túnez) desde hace unos 15 años donde trabaja por libre como investigador.
Huérfano de madre desde los doce años eligió esta ocupación cuando su padre fue asesinado, para intentar encontrar a los culpables, pero nunca lo consiguió.
Cuando se traslada a Síbaris para resolver un encargo de uno de los aristócratas más poderosos y ricos de la ciudad, recibe la visita de Ariadna, la hija de Pitágoras, para comunicarle que éste quiere contratar sus servicios. Necesita su ayuda para descubrir al asesino de uno de sus seis mejores discípulos y candidatos a su sucesión, Cleoménides, que ha sido envenenado. Ahora ya sólo quedan cinco ...
Muchos son los enemigos que conspiran para destruir al maestro y su filosofía de vida. Muchos los rencores, envidias y ansias de conocer los secretos más insondables de su doctrina, sólo saboreados por los afortunados que llegan a formar parte de su círculo más íntimo. Porque todos saben que sus enseñanzas proporcionan poder sobre la naturaleza y sobre los hombres.
Akenón, duda, no sabe si aceptar. En un lado de la balanza está la atracción que siente por Ariadna y los recuerdos entrañables de su infancia, cuando su padre y Pitágoras eran buenos amigos (aunque hace más de tres décadas que no le ve). Pero al otro lado también pesa el hecho de que ya había decidido dejar la profesión, retirarse y descansar.
Si hubiera vislumbrado por un agujerito lo que se podía encontrar en Crotona, puede que nunca hubiera aceptado ayudar a Pitágoras. ¿O sí?
¿Cuál será el móvil del crimen? ¿Será todo una conspiración, un intento fallido de asesinar a Pitágoras que salió mal?
¿Habrán más muertes?