Ha pasado un tiempo desde que Katniss y Peeta regresaron al Distrito 12, tras su victoria en Los Juegos del Hambre. Ahora ya no viven en La Veta, viven en la Aldea de los Vencedores.
Lo que más desean es olvidarlo todo, pero no va a resultar nada fácil. Si alguna vez se ilusionaron con un futuro prometedor, pensando que ya nada podría pasarles ni a ellos ni a sus familias, estaban muy equivocados.
En primer lugar, “La Gira de la Victoria” (un acontecimiento en el que visitan cada distrito, vitoreados por la multitud), les hace revivirlo todo, removiéndoles de nuevo por dentro. Son incapaces de mirar a la cara a los familiares de los tributos que cayeron en la arena, que tuvieron que matar.
Y luego, cuando el mismísimo presidente Snow, "con su olor a sangre y rosas", les amedrenta recordándoles que para seguir con vida, deben convencer a todos, de que lo ocurrido en sus Juegos, fue por amor y no por intentar desafiar al Capitolio.
Además, el encuentro inesperado con Bonnie y Twill en una de sus escapadas por el bosque, le revela que el distrito 8 se ha sublevado. Que ella misma es “el sinsajo”, el símbolo de la rebelión, la que sobrevivió a pesar de los planes del Capitolio y la chispa que ha prendido la llama de las revueltas, sofocadas éstas de forma brutal con bombas y demás armas mortíferas, que casi consiguen borrarlo totalmente del mapa.
Ellas han conseguido huir y dirigen sus pasos hacia el supuesto inexistente Distrito 13. Están convencidas de que éste, en realidad, nunca desapareció y que la gente se escondió bajo tierra cuando destruyeron la superficie, consiguiendo sobrevivir. A la pregunta que Katniss les formula ¿Por qué El Capitolio los deja en paz?, ellas responden que el motivo podría ser, por el temor a su industria nuclear.
Pero todas estas maquinaciones se van al traste cuando El Capitolio anuncia que ese año se celebran los septuagésimos quintos Juegos del Hambre. Todos saben que cuando se elaboraron las reglas, se determinó que cada veinticinco años, el aniversario se conmemoraría con una versión ampliada de los mismos, el “Vasallaje de los Veinticinco”.
Y a partir de ahí todo se complica, se enreda, y nos ofrece un argumento del todo inesperado y de nuevo excitante.
¿Serán Katniss y Peeta los mentores de los tributos participantes en el “Vasallaje de los Veinticinco”?, ¿Impulsarán la sublevación de su distrito? O más inverosímil todavía, ¿se verán de nuevo obligados a participar en tan descabellado evento? Cualquier cosa puede suceder…