Conoce a Dewey leemáslibros, el gato que inspiró el título de mi blog


14 de enero de 2018

Reseñas 2x1: "VEINTE" de Manel Loureiro y "VAINILLA Y CHOCOLATE" de Sveva Casati

¡Hola a tod@s!
Antes que nada contaros que últimamente dispongo de muy poco tiempo para leer y reseñar, por eso he decidido llegado el caso (como en esta ocasión), juntar dos entradas (o más) en una sola. Además, os cuento que he añadido una nueva pestaña "Los abandonados" al gadget "Mi biblioteca" (en la sidebar derecha del blog) donde iré poniendo esos que no consigo terminar, que no me enganchan desde el principio y al final se quedan en el camino, como me ha ocurrido con el penúltimo libro que leí (más bien que intenté leer) "Maldad" de Tammy Cohen, que ya ha pasado a engrosar dicho listado.

Ahora mis impresiones sobre estos dos:


“El cerebro humano, incluso para quienes no envejecían, no estaba preparado para acumular siglos de experiencia. Llegaba un momento para algunos de ellos en el que la mera acumulación de días, el ver nacer, crecer y morir a generaciones y la falta de nuevos alicientes se volvía demasiado insoportable.

Sus mentes empezaban a derrapar por vericuetos cada vez más intrincados hasta que llegaban a un punto donde ya no tenían vuelta atrás. La decadencia había diezmado las filas de los Ancianos un siglo atrás, dejando apenas a un puñado con vida ”

Me gustan las distopias, disfruto con ellas, no sé muy bien porqué. Todo aquello que me haría infeliz en mi propia vida real, me gusta verlo reflejado en historias narradas con presentes y futuros caóticos.

"Veinte"es la primera obra de Manel Loureiro que leo, un autor gallego experto en argumentos apocalípticos, y auguro que no será la última.

¿Qué me ha parecido? ¿Me ha gustado?

Sí, me ha gustado esta novela que destaca quizás por la gran cantidad de personajes importantes y secundarios que tiene. Cada uno con sus peculiaridades, su papel determinado en una trama curiosa, creo que original, que trata un tema que aunque nos parezca lejano, ajeno, descabellado ¿quién sabe si en los tiempos que corren podría suceder?

Recomendable sobre todo a los amantes de las distopias y de los libros de acción, pero que probablemente hará disfrutar a todos los lectores. Porque si algo no falta es eso, mucha acción, muchas aventuras.






"Vainilla y chocolate" es un libro que me recomendaron (una usuaria de la biblioteca me dijo que le había gustado mucho) y me pilló en una de esas veces en las que me apetece cambiar de tercio, leer otras cosas que no sean distopias o thrillers, por lo que me aventuré de lleno en ella. Y me estampé...

Es una novela que no llega a ser romántica (aunque algo de romanticismo sí tiene) y que trata sobre algo que nos suena bastante: Penélope es una mujer casada que tras toda una vida aguantando a Andrea, decide abandonarlo, dejarle con sus tres hijos, el perro, la gata y todo el peso de la casa para que el solito se las apañe.

Y es que 18 años aguantando infidelidades de un marido que pasa de todo lo relacionado con el hogar, con los niños, es como para hartarse. Penélope ya se ha hartado y por eso huye a la casa de su abuela donde pasaban los veranos de su infancia, pone tierra de por medio para que ambos puedan darse un respiro y reflexionar sobre su relación, sobre su pasado, sobre su futuro.

¿Qué me ha parecido? ¿Me ha gustado?

Bueno..., la verdad es que no mucho. Al principio si me parecía que podría cuadrarme, pero según pasaba las hojas, se me iba haciendo pesado. Varias veces estuve tentada de relegarlo al apartado de los "abandonados", pero me picaba la curiosidad y quería conocer lo que pasaba al final con estos dos

Y yo confieso..., conseguí terminarlo leyendo la tercera parte del argumento rápidamente, saltándome párrafos y quedándome con lo que de verdad me interesaba saber. Pero la acabé.

El caso es que esta novela suele tener muy buenas críticas, suele gustar. Pero yo soy rara de narices, algunos ya me conocéis. O quizás no era el momento. No sé.

¿Habéis leído alguno de estos libros? Contadme contadme...

21 de noviembre de 2017

“MIDDLESEX” de Jeffrey Eugenides, un hermafrodita en busca de su propia identidad


“Me educaron en sentido femenino, y yo no albergaba duda alguna de que fuese una niña. Mi madre me bañaba y me enseñaba a lavarme.

A juzgar por todo lo que ocurrió después, me atrevo a pensar que, en el mejor de los casos, aquella instrucción en higiene femenina tenía un carácter rudimentario. No recuerdo alusión directa alguna a mi aparato genital. Me restregaba con fuerza.

Al aparato de Capítulo Once lo llamaban «colilla». Pero para lo que yo tenía ahí abajo no había palabra alguna. Mi padre era aún más remilgado. En las raras ocasiones en que me bañaba o cambiaba los pañales, Milton procuraba desviar la vista””
Middlesex nos habla de la familia Stephanides, desde el año 1922, cuando Desdémona y Leftie (los abuelos del protagonista) se ven obligados a huir de una Grecia tomada por los turcos, hasta la actualidad de Calíope Helen Stephanides (Callie para los amigos), que ya tiene 41 años y está enamorado de una mujer a la que teme perder, por culpa de su dualidad sexual.

Él mismo (¿o podríamos decir ella misma?) nos irá relatando a la vez que deja plasmado por escrito, todos los pormenores de su vida y de algunos de sus antepasados. Nos cuenta que nació chica y fue educada como tal, hasta que en la madurez sexual, su aspecto físico empezó a cambiar.
Yo nací apolínea, una niña de rostro luminoso y enmarcado en bucles. Pero, al aproximarme a los trece años, un elemento dionisíaco empezó a invadir sigilosamente mis rasgos. Mi nariz, delicadamente al principio y luego no tanto, empezó a arquearse. Mis cejas, espesándose más, también se curvaron. Algo siniestro, artero, literalmente «satírico» se deslizó en mi expresión.
La culpa de todo la tiene una mutación transmitida de generación en generación que desencadena “El síndroma de deficiencia de 5-alfareductasa” en su cuerpo.
El síndrome de deficiencia de 5-alfa reductasa es un falsificador muy hábil. Hasta que llegué a la pubertad y los andrógenos me inundaron el torrente sanguíneo, resultaba difícil distinguir las diferencias que me separaban de las demás niñas. El pediatra nunca observó nada anormal.   
En definitiva, ella y sus padres descubren por diagnóstico médico su condición hermafrodita, sus dos sexos y todos la presionan para que se opere y se convierta únicamente en hombre o en mujer.
Uno de cada dos mil niños nace con genitales ambiguos. En Estados Unidos, con doscientos setenta y cinco millones de habitantes, eso arroja una cifra de ciento treinta y siete mil intersexuales. Pero los hermafroditas somos personas como todo el mundo.

¿Conseguirán convencer a Callie? ¿Qué identidad sexual le escogerán para la operación, la masculina o la femenina?

1 de octubre de 2017

“MÚSICA PARA FEOS” de Lorenzo Silva, una preciosa historia de amor con banda sonora


“Pensé, también, que todas las canciones que él me mandaba eran, año arriba o abajo, de esos 80 que a mí me vieron nacer y en los que él había vivido su adolescencia y juventud.

En cierto modo pertenecíamos a mundos diferentes, y la música que escuchábamos y nos enviábamos lo delataba. Su sensibilidad se había educado en tiempos más ingenuos que los míos. La música que a mí me había saludado en el despertar a la vida adulta era menos pura, más resabiada: a la producción, con mucho más aparato tecnológico, se sumaba una especie de cálculo de los intérpretes, que era todavía más visible cuando hacían versiones de melodías antiguas”
Tres años han pasado desde aquel viernes cualquiera en el que Mónica salió de fiesta con su amiga Alba, sin otra pretensión que pasar el rato, ligar un poco, y bailar mucho en algún antro de mala muerte. Pero no contaba con que a veces la vida te sorprende y te pone en bandeja la felicidad, la oportunidad de salir a flote, de conocer a alguien especial.
Porque esa noche, en vez de estrellarme, encontré lo único hermoso y limpio que de veras he tenido
Y la vida sorprendió a Mónica, esa noche en la que conoció a Ramón, un hombre bastante más mayor que no para de mirarla mientras baila y que se ofrece a acompañarla a casa rechazando la invitación de subir a tomar algo.
Son las reglas. No se puede disparar contra quién no está en condiciones de dispararte a ti. No sería un blanco legítimo. Mejor si no has bebido. Voy a hacer una cosa. Voy a darte mi teléfono. SI te parece bien, mándame un sms con un lugar y una hora, para el sábado que viene. Y te lo piensas, y si entonces aún quieres, vas. Y si yo quiero, iré.
Ramón es una hombre sensible, misterioso, que prefieres expresar sus sentimientos a través de las canciones, pero tiene un secreto: su profesión. Mónica es periodista y él es . . ., eso no se lo desvela ni ese día, ni al siguiente, ni al otro.  Más adelante, cuando tengan más confianza, quizás lo hará.
He traído una canción. Quería que la oyeras un poco más tarde, pero creo que es mejor que te la ponga ahora. ¿Te dejas? No soy bueno con las palabras. A veces me cuesta decir lo que siento, y prefiero que alguien lo diga por mí. Escucha, por favor. 
Y cuando mejor están, él entonces le comunica  que debe irse por razones de trabajo, a no se sabe donde, ni a hacer qué cosa. Para entonces, algo muy especial ya ha surgido entre ambos y no hay vuelta atrás.
Lo que quiero contar, dejando a la imaginación y la preferencia de cada cual los detalles concretos, son las sensaciones con que se fue armando mi convicción de que aquel hombre era el hombre. De que aun enigmático y hasta cicatero en darme cuenta de su vida, era limpio y era de verdad y, por encima de todo, yo quería estar con él
Ninguno quiere separarse del otro, pero solo serán unos meses, unos meses que seguramente se harán eternos, con una letra distinta cada día, una música que los unirá para siempre.
La ausencia es aire, que apaga el fuego chico y aviva el grande
¿Cuál será el secreto de Ramón, su profesión? ¿Será algo tan malo como para hacer cambiar a Mónica su opinión respecto a él?

22 de septiembre de 2017

“LA MALA HIERBA” de Agustín Martínez, ¿nace o se hace?


“Sé qué se siente al ver a tu madre con un disparo en el pecho, helada, y la piel pálida de la que brotan manchas violetas, flores de muerte. Sé qué se siente al mirar a tu padre borbotear sangre y, después, encontrarlo atado a una máquina que respira por él.

Sé qué se siente cuando todas las miradas se vuelven hacia ti como si hubieras apretado ese gatillo. Sé qué es la soledad y la vergüenza. Sé cómo pueden empujarte a poner fin a tanto sufrimiento.

Cuando estás segura de que ya no podrás soportar más dolor y ni siquiera notas la horquilla que has abierto y se clava en tu carne. Cuando estás tan cansada que sólo quieres apagar la luz de una vez por todas”
Un coche viaja rumbo a Portocarrero, un pueblo perdido en el desierto de Tabernas (Almería). En él viajan tres miembros de una familia. Un matrimonio que quiere comenzar de nuevo porque hace tiempo que ya no se entienden: él, Jacobo, ha perdido su trabajo y no sabe como salir adelante, ella, Irene, deseosa de reconstruir su vida junto a su marido y su hija, de que todo vuelva a ser como antes. Y una adolescente, Miriam, enfurruñada en el asiento trasero, porque se ha visto obligada a dejarlo todo atrás, su instituto, sus amigos, su ciudad y para colmo ahora son pobres.
Intentaron vender todo aquello que tenía algún valor: la lavadora, el frigorífico, la televisión, el portátil de Miriam. Y, después, desaparecer en ese desierto con la esperanza de que allí podrían retomar sus vidas. Eso se murmuraban mientras la casa se vaciaba, se colaba en maletas y cajas como si fueran sumideros. Ella había cumplido los cuarenta y tres años, él tenía uno más. ¿Realmente estaban a tiempo de empezar nada?
Pretenden instalarse en el viejo cortijo abandonado que los padres de Irene les dejaron en herencia a ella y a su hermano Alberto, que también vive en Portocarrero. Un caserío en las afueras del pueblo al pie de la nada, de paredes encaladas y ventanas que cierran mal, y en la que el frío y el calor del desierto se cuela por todas partes.
Vio gatos dormitando en alféizares. Vio perros famélicos cruzando la carretera sin mirar a los lados bajo un sol que, como no llegara pronto a algún lugar con aire acondicionado, terminaría por deshacerla. Vio un cartel de «supermercado», pintado con letras negras en la tapia de una casa abandonada. Una flecha señalaba su ubicación. Después de un tiempo avanzando por ese extraño decorado, se dio cuenta de que había sido absurdo temer que algún vecino se acercara a ella cuando se le caló el coche. Portocarrero parecía deshabitado
Pero allí las cosas no hacen más que empeorar hasta límites insospechados, sobre todo a partir de esa noche, en la que unos desconocidos se cuelan en la casa, matando a Irene y dejando malherido a Jacobo. Miriam se libra porque se había quedado a dormir a casa de Carol, su nueva amiga.
Eran casi las doce cuando esos hombres entraron por la puerta de la cocina. Irene había bajado y los vio irrumpir. Bajo la bata de algodón, estaba desnuda. Dos disparos y ella murió en el acto. Jacobo sólo recibió uno, el que le atravesó el pulmón. Quedó inconsciente y lo dieron también por muerto. El cortijo estaba aislado; nadie vio nada
Después de unos meses en el hospital, Jacobo se despierta con noticias escalofriantes: ha perdido a su mujer y Miriam está detenida acusada del asesinato de su propia madre.
Su memoria se había roto. Recuperarse físicamente ya no le parecía tan difícil como reconstruir pieza a pieza lo que había sido su vida. Hay detalles insignificantes grabados en mi memoria, pero el conjunto de lo que sucedió aquella noche permanece como una figura mal ensamblada, brazos y piernas en lugares imposibles, el monstruo del pasado arrastrándose hacia mí, rogándome que le dé forma con un balbuceo incoherente, mitad llanto, mitad grito. La puerta de la cocina no cerraba. Por esa puerta entraron. Puedo verme escupiendo sangre en el pasillo
Y en el pueblo, a raíz de unas conversaciones filtradas a la prensa de whatsapp entre Miriam y sus amigos donde ella desea la muerte de sus padres y fantasea con matarlos, todos creen que es culpable y Jacobo pasa de ser una de las víctimas, a ser el padre de «la asesina del WhatsApp». ¿Cómo aceptar algo así, que su hija los odiaba tanto como para desear matarlos, como para desear destruirlos?

Nora Cuevas, la abogada que se ofrece a llevar el caso de Miriam parece ser la única que tiene una fe inquebrantable en ella y luchará hasta el final para conseguir demostrar su inocencia.
¿Qué quiere decir Probono? Probono es el trabajo que hacemos las abogadas gratis. Porque son casos que afectan al bien social y nadie se hace responsable de ellos, ¿me entiendes? Algo así como una labor de ONG

¿Podría ser que lo que empezó siendo una fantasía de adolescente, un simple divertimento, acabara convirtiéndose en un verdadero y macabro plan?