“Al principio pensé que debería matarlo para ajustarle las cuentas, sencillamente. Pero me di cuenta de que eso era demasiado sencillo. Demasiado fácil.
Acecharlo y matarlo no habría supuesto ningún desafío. Y, dada la facilidad de ese asesinato, no estaba seguro de que me proporcionara la satisfacción necesaria.
He decidido que prefiero que se suicide. Verá, vamos a jugar a lo siguiente: tiene exactamente quince días, a partir de mañana para descubrir quien soy.
Si no lo consigue..., tiene una opción: suicidarse de inmediato o me encargaré de destruir a una de estas cincuenta y dos parientes suyos, personas inocentes"
Acecharlo y matarlo no habría supuesto ningún desafío. Y, dada la facilidad de ese asesinato, no estaba seguro de que me proporcionara la satisfacción necesaria.
He decidido que prefiero que se suicide. Verá, vamos a jugar a lo siguiente: tiene exactamente quince días, a partir de mañana para descubrir quien soy.
Si no lo consigue..., tiene una opción: suicidarse de inmediato o me encargaré de destruir a una de estas cincuenta y dos parientes suyos, personas inocentes"
Pueden cometer equivocaciones, y actuar sin ser consciente de ello de forma negligente, desempeñando un papel que algún día pueda desembocar en una incontrolable cólera asesina. Y en un futuro…, quien sabe si alguien se lo hará pagar de alguna forma, vengándose de la persona que le hizo daño y que no supo o pudo ayudarlo.
El doctor Ricky Starks, viudo desde hace tres años y doctor muy conocido en el mundo del psicoanálisis, cometió un error en el pasado que ahora le está pasando factura. Un error por el cual lo perderá todo: profesión, casa, dinero e incluso su propia vida.
Feliz cumpleaños, doctor. Bienvenido al primer día de su muerte. Pertenezco a algún momento de su pasado. Usted arruinó mi vida. Quizás no sepa cómo, por qué, o cuando, pero lo hizo. Llenó todos mis instantes de desastre y ristra. Arruinó mi vida. Y ahora estoy decidido a arruinar la suya.La falsa denuncia por abusos sexuales de una mujer desconocida, pretende destruirle por completo, acabar con él y Ricky se verá obligado a participar en un juego mortal a contrareloj, para intentar averiguar la identidad del probable psicópata y tal vez, sólo tal vez, pueda ganar.
Del chantajista y ex paciente suyo que ha urdido ese macabro plan de venganza, solo conoce su nombre ficticio: Rumplestiltskin
Quizá se trate de un farol o quizá el juego consista en no tener ninguna posibilidad. ¿Quién sabe? La cuenta atrás ha empezado ya ...
¿Que habrá hecho el doctor Ricky Starks para qué alguien le odie tanto? ¿Será capaz de suicidarse para poder salvarle la vida a otras personas?