Conoce a Dewey leemáslibros, el gato que inspiró el título de mi blog


24 de agosto de 2018

“GALA-DALÍ” de Carmen Domingo, “DALÍ-GALA” tanto monta, monta tanto.


“Cuando Gala lo conoció, Dalí era un guapo y atractivo joven que llevaba un clavel detrás de la oreja y que miraba atemorizado a las mujeres sin saber cómo dirigirse a ellas. Comía sardinas y se las ponía en el pelo y después olía muy mal, pero Gala supo de inmediato que lo hacía solo para provocar.

Qué sabrían ellos de locura. Salvador era alguien especial, muy especial, tanto que solo alguien como él cuando hablaron de la locura fue capaz de contestar algo que lo acercaba a los genios: «La diferencia entre un loco y yo es que yo no estoy loco».

Y era cierto. Gala había entendido de inmediato cuál era su «locura», era su obsesión por la pintura, por el detalle, por que uno no puede pintar los sueños solo con grandes brochazos, tiene que detallarlos al máximo, y que todo eso estaba metido en su cabeza, solo había que ayudarle para que lo dejara salir, para que la belleza quedara atrapada en todos y cada uno de sus lienzos”
Estamos ante una biografía novelada sobre Elena Dimitrievna Diakonova (que se hacía llamar Gala) y Dalí, aunque centrada quizás un poco más en Gala. El tramo de vida que la autora nos relata va, desde que la joven rusa sale de su casa por vez primera para ser ingresada en el sanatorio para tuberculosos Clavadel en Suiza, hasta su muerte en 1982.
La impresión que tenía el recién llegado al atravesar la puerta por vez primera era que en Clavadel la vida se detenía para intentar engañar a la enfermedad y que esta pasara de lado sin fijarse en nadie.
En dicho hospital conoce al que después se convirtió en su primer marido y posteriormente en un referente del surrealismo francés, el joven poeta Paul Éluard. Al cabo de un tiempo, en plena guerra mundial se casan y ella queda embarazada de Cécile, siendo todos acogidos en casa de la adinerada familia de Paul en París, donde se van introduciendo en un grupo de artistas: los surrealistas comandado por André Breton.

Muy pronto, Salvador Dalí, un pintor en ese momento poco conocido con el que Paul había congeniado, les invita a los tres a Cadaques a pasar un verano. Salvador desde el principio se siente fascinado por Gala, pero a ella le sucede todo lo contrario, no le cae nada bien, le parece un tipo antipático e insoportable, del que odia sobre todo su particular risa histérica y su humor escatológico (lo escatológico permanecería para siempre en su obra y en su vida).
No era solo una más de las chicas que había visto, era una diosa. Nunca hasta entonces había visto a nadie igual. Esa belleza andrógina lo trastocó con tan solo una mirada. Esa imagen le bastó para saber que sentía algo que nunca antes había sentido por una mujer
Pero esto solo es al principio, ya que muy pronto Gala se da cuenta del potencial artístico de Dalí y de que están hechos el uno para el otro, que son tal para cual.
Entendiendo en ese mismo momento que el universo de Dalí se movía por distintos derroteros que el de los demás y pensando que quizás sí tenía que ver algo con el suyo.
Dalí está obsesionado con ser tan famoso como Picasso, a quien ni siquiera conoce todavía en persona, pero del que sabe que ha hablado bien de uno de sus cuadros y ella se propone ayudarlo a llegar a la cima.
Sabía que el arte de Salvador podía ir mucho más allá, superaba con creces a todos aquellos pintores que se llamaban a sí mismos surrealistas, no le cabía duda, pero era muy frágil la línea que separaba la locura del arte, el arte de la locura, y tenía que saber si Salvador era capaz de mantenerse entre las dos sin cruzarlas
Paul y su hija regresan a París, pero ella se queda en Cadaqués, y nunca más se separó de Dalí Los primeros años pasaron muchas penurias económicas (a pesar de que Paul les ayudaba dándoles dinero), pero gracias a su astucia e inteligencia, no tardó demasiado en hacerse famoso y sus pinturas surrealistas llegaron a ser muy cotizadas.
Salvador era un genio, bien lo sabía ella, pero no tenía dinero. Y sin dinero no se podía vivir. 

8 de agosto de 2018

“LA BUENA HIJA” de Karin Slaughter




“Las lágrimas le inundaron los ojos y se deslizaron por su cara. Un grito se le atascó en la garganta.

No podía dejarse dominar por el pánico. No podía ponerse a gritar ni agitar los brazos porque nadie acudiría en su ayuda. Volverían a dispararle. Y, si suplicaba por su vida, solo conseguiría acelerar su muerte.

Respiró hondo, trémulamente. Se sobresaltó al darse cuenta de que el aire penetraba en sus pulmones. ¡Podía respirar!”
Dos hombres encapuchados entran en la casa de los Quinn, buscando al padre, Rusty Quinn, un abogado famoso y odiado en Pikeville por defender y sacar de la cárcel a peligrosos delincuentes.

Pero él no se encuentra en ese momento y en su lugar estaban ellas, las tres, Gamma y sus dos hijas, que en realidad no debían estar, el lugar y el momento equivocado.
Su padre siempre tenía algún caso entre manos, y siempre había gente que le odiaba por ello. No había ni un solo presunto delincuente en Pikeville, Georgia, al que RustyQuinn no defendiera. Traficantes de droga. Violadores. Asesinos. Atracadores. Ladrones de coches. Pederastas. Secuestradores. Ladrones de bancos. Los sumarios de sus casos se leían como novelas de kiosco que siempre acababan igual: es decir, mal. Los vecinos del pueblo apodaban a Rusty «el abogado de los condenados»
A sangre fría matan a la madre delante de las dos niñas (de un tiro en la cabeza) y luego las obligan a internarse en el bosque con ellos. La obsesión de la mayor es proteger a su hermana pequeña, incitarla a salir corriendo.
Corre Charlie, corre, no mires atrás, tú solo corre. 
 Allí, al pie de la fosa ya cavada y preparada, le pegan un tiro en la cabeza a Sam y la entierran viva. Y Charlie corre, no deja de correr, intenta huir de la pesadilla, lejos, lo más lejos posible, escapar aunque después vaya a tener sentimiento de culpa y remordimientos toda su vida. Las dos consiguen salvarse, sobrevivir al horror pero ¿a qué precio?

Pasados casi treinta años de “aquello”, otro atroz suceso sacude Pikeville: una adolescente mata, o supuestamente mata a varias personas en el centro de enseñanza del pueblo y Charlie se ve involucrada en el asunto, estando de nuevo en el lugar y el momento equivocado. Sam, que lleva tiempo viviendo en EEUU, regresa al que fue su hogar y se reencuentra con su padre, que pretende volver a ejercer de abogado del diablo defendiendo a la presunta asesina del instituto y con su hermana, a los que hace años no ve.

Estando los tres juntos de nuevo, es inevitable que vuelvan los fantasmas del pasado, es inevitable revivir "aquello" y que salgan a la luz secretos y lo que realmente pasó aquel fatídico día que les volvió a todos la vida del revés

¿Habrán conseguido olvidarse del terror? ¿Conseguirán Sam y Charlie ser felices?

26 de julio de 2018

"TIGRES DE CRISTAL" de Toni Hill, un relato de niños culpables y venganzas torcidas.


“Fue entonces cuando comprendí que, al menos yo, tenía que contar la verdad. También es cierto que ignoraba lo que pasaría después. No podía prever el pacto que se estableció entre todos; era incapaz de adivinar que el resultado de mi confesión, de lo que sabía y de lo que vi, se manipularía en nombre de la amistad y de la misericordia.

Ahora, después de tanto tiempo, pienso que fue el espíritu de esos años lo que se impuso al final, pero en ese momento yo solo buscaba aliviar mi conciencia, contar qué le había ocurrido a Joaquín Vázquez, el Cromañón, y luego olvidarme de todo para que la vida volviera a ser como antes.”
El reencuentro entre dos personas que compartieron en el pasado un oscuro secreto y la autoría de un crimen, nunca puede salir bien, es imposible que salga bien. Pero a pesar de presentirlo, de ser consciente de ello, Víctor no puede evitar quedar con Juanpe (al que todos llamaban “el Moco” cuando eran pequeños) después de 37 años sin verse, cuando el destino vuelve a juntarlos.
Un encuentro ya inevitable del que, está seguro, no saldrá del todo indemne, Víctor se repite el mantra que ha estado rondándole la cabeza desde que volvió a pensar en todo eso: Éramos unos críos, no fue culpa mía. Una frase que, lo sabe, es solo cierta a medias. Éramos unos críos. Sí, solo unos críos.
Las imágenes mentales tanto tiempo enterradas, afloran de nuevo, salen a la luz, es inevitable. Los recuerdos de lo ocurrido aquel fatídico 15 de Diciembre en el barrio “Satélite de Barcelona", se planta ante ellos como una losa dura, insalvable, cargada de culpa y de acusaciones, de excusas vacuas. Porque ambos saben que de los dos culpables, solo ha pagado uno: Juanpe el que cargó con todo y fue enviado al correccional después de haber sido delatado por alguien.
O quizá sí: tal vez, tantos años después, la balanza se incline hacia el lado de los buenos momentos compartidos, de las risas, de los Tigres de Malasia y del verano que pasaron juntos en el pueblo. Se aferra a todo eso, él también, para borrar lo que llegó después.
Victor no es que saliera de rositas, pero casi… fue enviado por sus padres al campo con su abuelo, sobre todo por precaución, después de haber matado ambos de una paliza a Joaquín Vázquez “El Cromañón”, aquel chaval corpulento y cruel que había convertido la vida del Moco en un infierno.
Hice… hice lo que pude para ayudarte —susurra—. No sirvió de mucho. —Al final sí —afirma Juanpe con una sonrisa—. Le dimos su merecido. No, no te pongas estupendo conmigo. Ambos sabemos que es así. —Nunca pretendimos matarlo.
Y ahora, treinta y siete años después, Víctor está felizmente casado, tiene una hija, un buen empleo y una buena vida, es en definitiva un triunfador, pero Juanpe sigue siendo un pobre diablo, nunca ha dejado de serlo, un hombre sin futuro y con un presenta turbio y peligroso, porque como suele decirse . . . "unos nacen con estrella y otros estrellados”
A veces uno piensa que Dios entregó al nacer a tipos como Juanpe una baraja de cartas en la que faltaban los cuatro ases.

¿Habrán conseguido olvidar lo ocurrido aquel verano? ¿Y la culpa, donde habrá quedado la culpa?¿Descubrirán quien delató a Juanpe en su día?.