Conoce a Dewey leemáslibros, el gato que inspiró el título de mi blog


21 de abril de 2018

“ÁCIDO SULFÚRICO” de Amélie Nothomb,la historia de un reality llevado a límites insospechados e inadmisibles


“Mientras trabajaba fatigosamente en la limpieza de escombros, sufrió una crisis de odio pensando en los espectadores. Era una implosión lenta que se iniciaba en la caja torácica y que ascendía hasta los dientes, convirtiéndolos en colmillos.

«¡Pensar que están allí, apoltronados delante de su televisor, saboreando nuestro infierno, probablemente fingiendo que se indignan! Ni siquiera uno de ellos es capaz de venir a salvarnos, eso por supuesto, pero ya no pido tanto: ni siquiera uno de ellos apaga su televisor o cambia de cadena, pondría mi mano en el fuego»”
El último grito en programas televisivos de entretenimiento se llama «Concentración». Por las calles de París se recluta a los participantes de este reality show, que serán trasladados al plató en vagones precintados como los que trasportaban a los judíos durante el exterminio nazi y, después, internados en un campo. 

Ante las cámaras de televisión, los prisioneros son golpeados y humillados. El clímax llega cada semana, cuando los telespectadores ejercen el televoto: desde sus casas pueden eliminar-ejecutar a uno de los participantes. 

Pannonique, una estudiante de gran belleza, es reclutada. Zdena, una mujer sin empleo, se enamora de ella. Una pareja fatal: la víctima y el verdugo. Cuando la audiencia tiene que votar sale a la luz el sadismo inconsciente del público que deplora el horror pero es incapaz de perderse una entrega. Una historia que sirve como crítica de un mundo brutal y crudo de hipocresía biempensante: un mundo en el que incluso la denuncia del sistema pertenece al sistema.

15 de abril de 2018

“EL DESHIELO” de Lize Spitz, un retrato inquietante de la crueldad adolescente


“Puesto que los demás no tardaron en llamarnos «los tres parásitos», en segundo a Pim se le ocurrió ponernos «los tres mosqueteros». No sabíamos exactamente qué era eso, pero el lema «uno para todos y todos para uno» que exclamaba Pim a voz en cuello cuando salíamos al patio de recreo compensaba muchas cosas.

Empezamos a utilizarlo tanto si venía a cuento como si no, cuando nos abalanzábamos sobre la portería contraria, cuando recibíamos buenas o malas notas, cuando abríamos una botella de refresco, hasta que acabamos creyendo que nunca habría nada más importante que nuestra amistad y dimos por supuesto que los libros de historia se habían basado en nosotros y no al revés"
En 1988 nacieron tres niños en la pequeña ciudad de Bovenmeer: Laurens, Pim y Eva. Durante la infancia, y debido a la difícil situación familiar que vivía, la niña se volcó en su amistad con sus compañeros. Al llegar a la adolescencia, y azuzados por una incipiente curiosidad sexual, los chicos iniciaron un escabroso juego que tendría graves consecuencias para ellos. Transcurridos trece años de ese último verano juntos en que todo se desbocó, Eva regresa a Bovenmeer dispuesta a ajustar cuentas con el pasado.

27 de marzo de 2018

“EL CIELO ES AZUL, LA TIERRA BLANCA” de Hiromi Kawakami, una historia de amor atípica y original difícil de olvidar.


“-¿Estoy soñando, maestro? -le pregunté.


-Sí, es probable. Podría ser un sueño -me respondió con aire divertido.


-¿Cuándo me despertaré?


-Quién sabe.


-Yo no quiero despertarme.


-Pero si es un sueño, tarde o temprano te despertarás. 


-No quiero despertar -repetí. 
-Yo tampoco -dijo él”
Un profesor de lengua japonesa jubilado y una antigua alumna suya coinciden por casualidad en una taberna después de mucho tiempo. Se sorprenden al comprobar que han pedido los mismos aperitivos: chalota salada, atún con soja fermentada y raíz de loto salteada.

Ambos están solos y entablan conversación, a partir de ese momento desean verse, continuamente se buscan y a veces se encuentran, porque saben donde buscarse, donde encontrarse.
¿Por qué no conseguía sentirme a gusto conmigo misma si estaba acostumbrada a estar sola? Pronto me cansé de viajar sin rumbo. Como tampoco podía salir a pasear junto al río al atardecer me quedaba en casa, holgazaneando y preguntándome si mi vida estaba siendo tan agradable como creía. Divertida. Dolorosa. Agradable. Dulce. Amarga. Salada. Cosquillosa. Picante. Fría. Caliente. Tibia. ¿Qué clase de vida había llevado hasta entonces?
Entre copas de sake, comidas frugales, y soledades compartidas, sus almas se van juntando y casi sin darse cuenta, sienten que se necesitan, se desean. Pero todo sucede despacio, sin prisas, y siempre con la persistente sombra de la gran diferencia de edad (casi treinta años) que les separa cerniéndose sobre sus cabezas, como una especie de agorero trasfondo.

¿Tendrá futuro la curiosa relación surgida entre el anciano Maestro y la treintañera Tsukiko?

17 de marzo de 2018

“La librería” de Penélope Fitzgerald, mucho ruido y pocas nueces


“Su solidaridad tanto con los vendedores como con los libros que envejecían irremediablemente, la convertían en una compradora algo imprudente.

Además, los vendedores llegaban de tan lejos que ella no tenía más remedio que llevarles a la cocina y ofrecerles un té.

Allí, con la esperanza de que tardarían todavía un tiempo en regresar a ese agujero dejado de la mano de Dios, los vendedores se podían permitir el lujo de revolver el azúcar y relajarse un poco”
Florence Green, una viuda solitaria apasionada por los libros y la literatura llega a una pequeña población costera de Inglaterra, Hardborogh, pretendiendo empezar de cero, rehacer su vida. Su sueño de siempre ha sido montar un negocio, en concreto una librería, porque ya de joven trabajó en una y siempre le quedó ese gusanillo en el cuerpo y la ilusión pendiente para un proyecto futuro.

Pero en Hardborogh, el típico pueblo de gente quisquillosa y de pocas aspiraciones culturales nadie quiere una librería, ni vecinos ni comerciantes.

A pesar de ello, y en contra de todo y de todos, consigue hacerse con una casa que lleva años abandonada y hasta según dicen está embrujada, “Old House”, y pide un préstamo para arreglarla un poco.
En Hardborough a los poltergeists se les llamaban “rappers”. Podían estar allí en el mismo sitio durante años, y de pronto desaparecer de un día para otro sin dejar rastro.
Una chiquilla de diez años, Christine Gipping, le ayudará en la empresa contra viento y marea.

¿Será capaz Florence Green de vencer todos los obstáculos interpuestos en su camino y conseguir hacer realidad su sueño o se verá obligada a desistir?