Conoce a Dewey leemáslibros, el gato que inspiró el título de mi blog


24 de octubre de 2015

"ZOMBIES DE LENINGRADO" de Javier Cosnava, una novela basada en hechos reales.



“La jauría se ha detenido, olisquea tratando de recuperar nuestro rastro. Desde mi escondite, descubro que el grupo principal lo componen unas veinte personas, seis de ellos machos jóvenes, casi todos tan enloquecidos que enarbolan hachas, navajas y cuchillos.

Cuando capturan una presa, la cortan en rodajas y se la comen a bocados en plena calle.

El hambre ha borrado hasta el último vestigio de alma humana en sus corazones. Así pues, me equivoqué, no son sólo Masticadores sino que también hay lo que en la ciudad conocemos como caníbales asesinos, Come Personas o, en un lenguaje más moderno, zombies”
Érase una vez una ciudad sitiada por las tropas de Hitler, un lugar donde el imposible es la norma, donde uno nunca está seguro y cualquier cosa puede suceder: Leningrado, 1942.

Tres millones de personas encerradas sin comida, condenadas a elegir entre morir de inanición, o convertirse en caníbales Masticadores o zombies asesinos.
En Leningrado hay gente que sobrevive y gente que muere, sencillamente. Esas dos categorías son las únicas que cuentan.
Esto, que podría parecernos el principio de cualquier cuento terrorífico, resulta ser una historia real. La historia que Catarina Werner le relata a su nieto, sobre sus vivencias setenta años atrás en uno de los escenarios más terribles y dantescos de la segunda guerra mundial.

Ella es una de las tres niñas huérfanas (junto a Tania Savicheva y Nina Pechanova) que intentan salir adelante y no ser devoradas en medio de toda esta sinrazón, con la ayuda de Dimitri y Anantoli, dos agentes de la policía secreta rusa.
El hambre es peor que la peor infección zombie que pueda imaginar ningún escritor del futuro.

¿Conseguirán sobrevivir en un mundo donde la realidad supera la ficción?

7 de octubre de 2015

"MR. MERCEDES" de Stephen King



“En mi opinión, muchísima gente disfrutaría haciendo lo que yo hice, y por eso disfrutan con libros y películas (y hoy día incluso programas de televisión) que muestran torturas y descuartizamientos, etc.

La única diferencia es que yo lo hice de verdad. Pero no porque esté loco o furioso. Solo porque no sabía cómo sería exactamente la experiencia, aparte de emocionantísima, dejando “recuerdos para toda la vida”, como suele decirse.

A la mayoría de las personas les ponen unas Botas de Plomo en la niñez y tienen que llevarlas ya siempre. Esas Botas de Plomo se llaman CONCIENCIA. Yo no tengo, y por eso puedo elevarme muy por encima de las cabezas de la Gente normal”
Bill Hodges es un policía retirado y divorciado que ha perdido la ilusión y las ganas de vivir. Pasa el tiempo en solitario, entre copas y programas de televisión, añorando épocas pasadas, sus días de gloria como inspector, sabueso y cazador.

Una mañana cualquiera de su anodina existencia, recibe un sobre sin remite del supuesto culpable de un caso sin resolver que tantos quebraderos de cabeza les trajo tiempo atrás en la comisaría.

Todavía se le ponen los pelos de punta al recordar la catástrofe que en su día dio tanto que hablar, al hombre del mercedes gris robado, llevándose por delante a una muchedumbre que hacía cola en una Feria de Empleo recientemente inaugurada.

Fueron demasiados muertos, entre ellos varias mujeres y un bebé. Varios meses intentando dar con el “Asesino del Mercedes”, un individuo tal vez muy inteligente, o tal vez muy loco.
Brady reconoce que tiene una enfermedad mental, claro que sí: una persona normal no embiste con un coche a una muchedumbre ni se plantea eliminar al presidente de Estados Unidos con un atentado suicida. Una persona normal no mata a su hermano menor. Un hombre normal no se detiene ante la puerta de su madre, preguntándose si está desnuda. Pero a un hombre anormal no le gusta que los demás sepan que es anormal

Y ahora sin esperarlo, el demente le escribe retándole, incitándole a contactar con él en la web “Bajo el paraguas azul de Debbie”, una página para las relaciones sociales donde personas interesantes intercambian opiniones interesantes.

Y por supuesto que Hodges no puede dejar pasar la oportunidad que se le brinda para poder por fin atraparle y al mismo tiempo volver a sentir los maravillosos efluvios de la adrenalina corriendo por sus venas.
Se dice que da igual quién atrape a ese psicópata hijo de puta, pero no es verdad. No da igual. El problema es que sin Mr. Mercedes su vida volverá a ser lo que era antes: la televisión por las tardes y el jugueteo con el arma de su padre

Con la ayuda primero de Jane (hermana de la pobre Olivia Trelawney, dueña del Mercedes) y después de la de su joven vecino negro Jerome y Holly (la prima loca de Olivia y Jane), intentará seguirle la pista por su cuenta, sin ser demasiado consciente del peligro al que todos (no sólo él) estarán expuestos. Porque ya se lo advirtió en su carta:

   ¡Voy a matarte.  No me verás venir!

  ¿Conseguirán el exinspector de policía y sus novatos secuaces dar al traste con los nuevos y  macabros planes de el Asesino del Mercedes?

14 de septiembre de 2015

"Y PESE A TODO” de Juan de Dios Garduño Cuenca



“La contienda pronto fue conocida como la «guerra biológica». Aquel conflicto había empezado para terminar de una única manera: acabar con toda la humanidad.

Según los científicos, dicha guerra no pasaría a los anales de la historia jamás, simplemente porque no quedaría nadie para contarla.

Permitieron crear nuevos genes programados en microorganismos infecciosos para aumentar así su resistencia a los antibióticos y su virulencia y alargar su permanencia en el medio ambiente, que era el principal escollo que había que salvar. Todo ello llevó a la creación de nuevas cepas de agentes biológicos.

La humanidad había cavado su propia tumba creando o resucitando a seres como aquéllos, que sin duda estarían esparcidos por el mundo, ajenos a cualquier pacto entre países, a cualquier paz”
Es invierno en Bangor (estado de Maine, EEUU) y han transcurrido ya varios meses desde que acabó la tercera guerra mundial, desde que las alarmas anunciando ataques aéreos o marítimos, sonaron por última vez.

Puede que el mundo haya tocado fondo y en un barrio cualquiera, quizás los tres últimos habitantes de la ciudad o incluso del planeta, sobreviven como pueden: Patrick con su perro y sus vecinos de enfrente, Peter y su hija Ketty.
Quizá todo el puto mundo esté lleno de esa especie rara de zombis y hayamos dejado de ser la especie predominante para convertirnos en el plato especial de la casa
Patrick y Peter fueron buenos amigos en un pasado no demasiado lejano, pero ahora, incluso en las extremas circunstancias que tienen que sufrir, no se tratan, ni siquiera se dirigen la palabra.

Y así, en el omnipresente infierno blanco de Maine, ambos por separado, lucharán por salir adelante teniendo que hacer frente a los dolorosos sucesos de sus vidas anteriores.
Una vez puesta en marcha la maquinaria del recuerdo, es imposible pararla; aunque los engranajes se encuentren herrumbrosos y viejos, y chirríen hasta hacer sangrar los oídos, y parezca que puedes meter una palanca y hacerlo saltar todo por los aires deteniendo el diabólico aparato.

¿Qué fue lo que les distanció? ¿Podrán olvidarse de las viejas rencillas del pasado y unirse para luchar contra los zombies, o continuarán alimentando rencores?