Conoce a Dewey leemáslibros, el gato que inspiró el título de mi blog


23 de mayo de 2015

“NI DE EVA NI DE ADÁN” y “NOSTALGIA FELIZ” de Amélie Nothomb



“El concepto de libertad es un tema tan manido que las primeras palabras me hacen bostezar. La experiencia física de la libertad es otra cosa.

Uno debería tener siempre algo de lo que huir, para cultivar esa maravillosa posibilidad. De hecho, siempre hay algo de lo que huir. Aunque sólo sea de uno mismo.

La buena noticia es que se puede huir de uno mismo. La parte de uno de la que huimos es la pequeña cárcel que el estado sedentario instala en cualquier parte. Uno prepara el petate y si te he visto, no me acuerdo: el yo se siente tan sorprendido que se olvida de dárselas de carcelero. Uno puede librarse de sí mismo igual que puede librarse de sus perseguidores”.

 Hasta entonces, la única forma de vida en pareja que había conocido había sido con mi hermana. Pero ella era mi doble hasta tal punto que no podía considerarse vida de pareja, más bien la existencia, exenta de búsqueda, de un ser perfecto"
1989: Amélie regresa al país del Sol Naciente. Dieciséis años ya sin su Japón, su amado y añorado Japón.
El fin de semana, conseguí salir de Tokio por primera vez. Un tren me llevó hasta la pequeña ciudad de Kamadura, a una hora de la capital. El redescubrimiento de un Japón antiguo y silencioso hizo que se me saltaran las lágrimas. Bajo aquel cielo inmensamente azul, los pesados tejados de teja en forma de arco y el aire inmovilizado por el hielo parecían decirme que me habían estado esperando, que me habían echado de menos, que, con mi regreso, volvía a restaurarse el orden del mundo y que mi reinado duraría diez mil años.
Durante su estancia, se propone perfeccionar su defectuoso japonés a cambio de impartir clases de francés. En un bar conoce a Rimri,
ávido lector de Stendhal que sueña con entrar en la orden del temple.
Poco a poco maestra y alumno intiman y viven su particular historia de amor, compartiendo entre otras cosas, unas cuantas peripecias tan típicamente japonesas, como pueden ser la subida al monte Fuji, o el ataque de los voraces mosquitos tokiotas en septiembre.
La tradición afirma que todo japonés debe subir al monte Fuji por lo menos una vez en su vida, so pena de no merecer tan prestigiosa nacionalidad. Yo, que deseaba ardientemente convertirme en nipona, veía en aquel ascenso una genial astucia identitaria

Recibía la enorme carga de amor de aquella masa zumbadora con una resignación que, una vez superado el suplicio, se transformaba en indulgencia. La sangre me cosquilleaba de placer: en el fondo, hay un lado voluptuoso en lo que nos martiriza, porque en el fondo uno podía llegar a resignarse con entusiasmo 

Que tal le irá a esta parejita tan peculiar? ¿Se quedará a vivir Amélie para siempre en Japón con su querido Rimri, o regresará a Bélgica?

17 de mayo de 2015

“LA HIPÓTESIS DEL MAL” de Donato Carrisi


“Quizás la respuesta esté en el significado de la hipótesis del mal.
-¿Entonces ¿estás diciendo que esas personas han sido asesinadas sólo porque se lo merecían?
-No, tampoco es eso. La respuesta está en el significado de la hipótesis del mal.
El bien y el mal a veces son el resultado de una convención, pero sobre todo no existen de manera absoluta. La hipótesis del mal de hecho dice que el bien de algunos coincide siempre con el mal de otros, pero es válido también lo contrario.
-Es algo parecido a afirmar que haciendo el mal también se puede hacer el bien, y que para hacer el bien a veces es necesario hacer el mal.
Mila nunca lo había pensado: los nazis, las sectas milenaristas, los extremistas rastafaris, hasta los cristianos durante las cruzadas se sirvieron de la hipótesis del mal para justificar sus ideas y sus empresas. Lo llamaron el mal necesario…”
Carrisi recupera para esta ocasión a la que ya fue su protagonista en la conocida novela “Lobos”. Mila Vasquez, una mujer policía con una psique complicada, que arrastra traumas antiguos y numerosas heridas de guerra todavía sin cerrar.

Ahora se encuentra inmersa en un proceso de mejora personal (en el pasado se autoinflingía heridas, por el dolor que no conseguía sentir por las víctimas de la maldad de los demás), lo está intentando, ya lleva un año sin cortes.   
Cortarse era la única manera que Mila conocía para recordarse a sí misma que en el fondo, era humana.
Pero Mila todavía es incapaz de sentir empatía hacia los demás, ni ningún tipo de emoción que no sea la rabia. Por eso, el estado de total alienación afectiva en el que se encuentra, sigue impidiéndole comprender las necesidades de cualquier ser querido, de alguien atormentado. Eso no ha cambiado…

Trabaja confinada en el Limbo (Departamento de Personas desaparecidas), esa sala con las paredes repletas de fotografías de vivos que no saben que están vivos, y de muertos que no pueden ser enterrados, porque quizás nunca murieron.
Los que estamos en el Limbo no vamos a la caza de ladrones o asesinos; nuestro enemigo es el vacío y está hecho de aire y de sombra. Cuanto más lo miras, más real te parece. Se traga a las personas y ya no las devuelve, o por lo menos no como eran antes. El vacío en cambio un día empieza a hablarte y para algunas personas puede volverse atrayente. Empiezas a cederle parte de ti. Pero no se puede convivir con el vacío, con el vacío no se negocia. Al final serás tú quién le abrirá la puerta de tu casa, como si fuera un amigo que sólo viene a saludarte. Él entra y empieza a saquearlo todo
Un nuevo caso emerge entre las sombras: seis asesinatos en menos de cuarenta y ocho horas con una conexión evidente entre las víctimas y ciertas personas desaparecidas hace veinte años, que están regresando ahora, sólo para matar.
Desaparecer no siempre es una liberación: al principio la oscuridad te sacude, después te captura, y te deja ir sólo bajo sus condiciones

¿Fueron desapariciones forzosas o voluntarias? ¿Porqué motivo regresan ahora sólo para hacer el mal? ¿Quién se encuentra detrás de todo esto?

3 de mayo de 2015

“LOS VIAJEROS DE LA NOCHE” de Helene Wecker


"¿Qué eres? -preguntó él. Ella no contestó, ni dio señal de haberle entendido.
 Volvió a probar: -No eres humana. Estás hecha de tierra.
Al fin, ella habló: -Y tú, de fuego.
La sorpresa fue tal que sintió como si le dieran un golpe justo en el pecho, seguido de un temor intenso. Retrocedió un paso.
-¿Y tú cómo lo sabes?
-Tu cara brilla. Como iluminada por dentro. ¿Es que no lo ve nadie más?
-No- contestó-. Nadie.

-Pero tú también me ves a mí -continuó ella. 
-Si. -Los de mi especie vemos la verdadera naturaleza de todas las criaturas; así es como nos reconocemos cuando nos encontramos, sin importar la forma que hayamos adoptado”"
Érase una vez…, dos criaturas mitológicas y fantásticas, que se encuentran por azar en el Nueva York de finales del siglo XIX.

Ella es Chava, una gólem hecha de arcilla pero con aspecto de piel y tacto de piel, que se ha quedado sola al morir el amo que le dio la vida por encargo. Tiene un extraordinario acceso a las almas de las personas, así como el poder de escuchar sus ansias, sus miedos y sus necesidades.
“Tendrá la fuerza de doce hombres. Te protegerá sin pensárselo y dañará a otros para conseguirlo” 

Él es Ahmad, un genio que ha estado mucho tiempo atrapado en un frasco de aceite. Nacido hace mil años en el desierto de Siria, acaba de ser liberado accidentalmente.
“A los genios se les puede encerrar. Y a veces está en su poder conceder deseos, aunque es muy poco habitual. Pero cada uno de ellos está hecho de una chispa de fuego, del mismo modo que los hombres están hechos de carne y hueso. Pueden adoptar la forma de cualquier animal. Y algunos, los más fuertes, poseen la capacidad de penetrar en los sueños de los hombres”.

Como ni los genios ni los golem duermen nunca, Ahmad y Chava aprovecharán para recorrer juntos la ciudad de noche. Sus conversaciones girarán en torno al amor, la amistad, la libertad, incluso a la religión y las creencias de los personas de carne y hueso. Y surgirá entre ellos una amistad tan atípica como curiosa.

¿Conseguirán adaptarse a la gran ciudad y salir adelante en un mundo no apto para los seres de fuego y arcilla? ¿Podrán ocultar su verdadera naturaleza?