Conoce a Dewey leemáslibros, el gato que inspiró el título de mi blog


8 de junio de 2011

"1Q84, libros 1 y 2" de Haruki Murakami

Cuando Murakami visitó España en 2009, ya nos anticipó cual iba a ser su nuevo libro, 1Q84, el más vendido durante dicho año en Japón y que ha sido publicado en España en 2011por la editorial Tusquets.

Curioso este título que resulta dual, debido a que la letra Q suena igual que el número nueve en japonés: “esa variación en la grafía, refleja la sutil alteración del mundo en que habitan los personajes de esta novela”.

Según este escritor amante de la soledad, el jazz y los gatos, por partes iguales, es un guiño y homenaje al 1984 escrito por Orwell: “Orwell escribió '1984' mirando al futuro, y yo, con mi novela, quiero hacer lo contrario, mirar al pasado, pero sin dejar de ver el futuro”.

Son las dos primeras partes de una trilogía, que intercala capítulos entre los dos personajes mas importantes de la historia, Tengo y Aomame, dos vidas paralelas en el Japón de 1984, o al menos eso creen ellos, vislumbrándose siempre en cada página un posible futuro encuentro entre ambos, en algún momento de la historia.

Tengo, profesor de matemáticas en un instituto y a la vez escritor frustrado de sus libros, hasta ahora nunca publicados, es un tipo sencillo con una vida sencilla, que pasa desapercibido, que huye del deber y del compromiso, con una pareja sexual 10 años mayor que él, que lo satisface una vez por semana, pero que nunca ha olvidado a esa niña de 10 años que un día le miró fijamente a los ojos cogiéndole de la mano y estableciendo entre ellos un lazo vital e irrompible

Aomame,  con una doble vida. Monitora de gimnasio y fisioterapeuta, pero asesina justiciera a sueldo en su tiempo libre.

Los dos están obsesionados con el pasado:

Tengo sufre de vez en cuando una especie de “ataque”, una evasión de la realidad momentánea, cuando le viene a la cabeza un perdurable recuerdo de cuando era un bebé con año y medio: él está en la cuna y su madre le da el pecho a un hombre que no es su padre. ¿Será real o irreal? Porque nadie tiene imágenes mentales de cuando se es tan pequeño…
 
Por otro lado, Aomame recuerda insistentemente sus comienzos como vengadora de las injusticias cuando ocurrió el suicidio de su mejor amiga Tamaki, mucho tiempo maltratada por su esposo, convirtiéndose éste en la primera de sus infalibles venganzas.

¿Quien le proporciona a Aomame sus víctimas?
“La Señora”, la anciana de la Villa de los Sauces, que regenta junto a su fiel guardaespaldas Tamaru, un albergue para mujeres maltratadas. Ella, que durante un tiempo participó en sus clases de defensa personal y que ha averiguado su habilidad excepcional para clavar un pequeño picahielos en un determinado sitio de la nuca, para producir una muerte rápida silenciosa, muy similar a una muerte natural, la contrata para su “causa vengadora”, propiciando una relación casi de madre e hija entre ambas.

Y esta enrevesada historia comienza cuando el editor de Tengo, Komatsu, le pide que reescriba  y dé forma a “la crisálida de aire”, una novela que va a optar al premio Akutagawa, escrita por Fukaeri, una chiquilla de 16 años de complicada personalidad y que hace preguntas sin interrogantes, sin entonación.

Como alguien tan joven ha podido inventarse una historia tan irreal como extraña, es todo un enigma, a no ser…, que en realidad no sea tan irreal.

Desde la primera hasta la última página, me ha cautivado y me he visto sumergida completamente en su trama.

La tercera y última parte de la trilogía se ha publicado en Japón en 2010 ¿Cuándo saldrá en España? Parece que tendremos que esperar hasta Octubre. ¿Nos aclarará todos los enigmas, todos los flecos? Estoy impaciente por conocer el final…






Imaginar cómo sería, mirar un día al cielo y descubrir dos lunas, la de siempre y otra ligeramente verdosa, como cubierta de musgo, más pequeña, y poco a poco ir descubriendo que vives en un mundo distinto, que no es exactamente un mundo paralelo, ni tampoco alternativo, pero distinto.

Eso les sucede a ambos protagonistas, aunque ninguno es consciente del punto en el que cambiaron las agujas de sus trenes, cuando pasaron a vivir en 1Q84.  

Para Aomame, probablemente el cambio se produce cuando desciende por unas escaleras de emergencia de la autopista Metropolitana después de verse en un taxi, atrapada en un atasco y escuchando en la radio una pieza musical que reconoce, a pesar de desconocerla (la sinfonietta de Janácek, una de las preferidas de Tengo), mientras se dirige a una de sus misiones criminales.
--“1Q84, así voy a denominar este nuevo mundo, decidió Aomame. Q, de question mark. Algo que carga con una interrogación a sus espaldas. Me guste o no, ahora me encuentro en 1Q84. EL año 1984 que yo conocía ya no existe. El aire ha cambiado, el paisaje ha cambiado. Me tengo que adaptar rápidamente a la forma de ser de este mundo con signo de interrogación, igual que un animal liberado en un nuevo bosque.”

Y para Tengo puede que todo cambiara al sumergirse en la lectura y posterior reconstrucción de una historia clave, “La crisálida de aire”, que no es más que el reflejo de lo que ha sido la vida de Fukaeri, y que, casi sin notarlo, ha pasado también a formar parte de su propia vida.

¿De qué trata esta obra de ficción única, que parecía tener desde un principio un objetivo muy especial?
En 1981, tras unas revueltas universitarias, varias personas forman una organización pacifica, comprando un pueblo abandonado en las montañas. Una especie de comuna dedicada a la agricultura, Vanguardia.
Con el tiempo, el grupo se escindió en dos fracciones: una radical a favor de la lucha armada, que termina separándose amigablemente (Amanecer) y la propia Vanguardia, que acabó convirtiéndose en una organización religiosa con personalidad jurídica propia.
Allí encerrada entre muros, vivía Fukaeri, la hija de Fukada, el fundador inicial de la comuna agrícola: “con diez años cuidaba una cabra ciega, le habían asignado ese trabajo. La cabra estaba vieja, pero tenía un valor especial para la comunidad y era necesario vigilarla para que no sufriera ningún daño. No podía apartar la vista de ella ni un solo momento. Sin embargo en un descuido, la perdió de vista y la cabra se murió. Como consecuencia, a ella la castigaron. Durante diez días, permaneció completamente aislada con la cabra muerta. Y entonces es cuando entra en acción “La Little people”, a través de la cabra muerta, que era el pasaje entre ellos y este mundo.
“Ella no sabía si eran buenos o malos. Al anochecer “La Little people”venía a este mundo a través del cadáver de la cabra y al alba regresaba al otro lado. La niña podía hablar con ellos y ellos le enseñaron a crear una crisálida de aire: se extrae un hilo del aire y con él, se va creando una morada. La crisálida de aire yace solitaria sobre el suelo. Una tenue luz emana de dentro. La crisálida ya ha empezado a romperse. Tiene una fisura vertical limpia. La niña se agacha y observa el interior por la abertura. Descubre que lo que hay dentro es ella misma. Su otro yo esta boca arriba con los ojos cerrados.
-- Esa es tu daughter, dijo el Little people de voz ronca. Y tú eres lo que llamamos mother. La daughter sustituye a la mother. La daughter solo es la sombra del corazón de la mother, que ha tomado forma y que realiza la función de perceiver, quien percibe y que transmite lo que recibe al receiver. Es decir, la daughter será nuestro pasaje.
-- ¿Cuándo se va a despertar la daughter?
-- Dentro de dos o tres días. Sin los cuidados de la mother, la daughter no estará completa y le costará sobrevivir. Si la daughter desapareciese, la mother perdería la sombra de su corazón. Cuando la daughter se despierte, en el cielo habrá dos lunas. Las dos lunas reflejan la sombra del corazón”.
    
Y la niña huye atemorizada, impactada ante la visión de su otro yo, dormida, inmóvil, y aparece un día, repentinamente en casa del profesor Ebisuno, un buen amigo de su padre:
-- “Eri tenía diez años cuando se vino a vivir con nosotros. La Eri que apareció sin previo aviso, no era la que yo había conocido. En aquel momento se encontraba en tal estado que era incapaz de mantener una conversación. Parecía haber perdido la facultad de hablar”.

El profesor Ebisuno, quiso sacar a la luz “La crisálida de aire”, para que los medios de comunicación dirijan su atención hacia los padres de Eri, con los que ha intentado en vano contactar y que se encuentran dentro de los impenetrables muros de Vanguardia.

Cuando su libro se convierte en un bestseller, Fukaeri se esconde del mundo en la casa de Tengo, abrumada por el éxito, dándola los medios de comunicación por desaparecida. Su relación es muy extraña y a pesar de que una noche tienen un encuentro sexual, entre ellos sólo existe una unión existencial de compenetración mutua, un equipo, un dúo que se convierte en una única persona anti “Little People.”   

¿Cómo se adentra Aomame en la historia de Vanguardia?
Al refugio de mujeres maltratadas ha llegado Tsubasa, otra niña de diez años que ha perdido el habla, de la que sólo saben su nombre y su edad y que ha sido violada en repetidas ocasiones. El responsable parece ser un hombre muy influyente, el líder de una secta extremadamente vil  peligrosa, al que se le atribuyen poderes especiales como sanar enfermedades incurables, predecir el futuro, o realizar fenómenos paranormales. Son muy pocos los que le conocen, siempre se halla en sitios oscuros meditando.
Han averiguado que en dicha organización se viola a niñas antes de su menstruación, de forma sistemática:
-- “Entonces no podemos permitir que ande por ahí suelto, no puede haber más víctimas ¿no le parece?
Y así es como La Señora le propone a Aomame que se infiltre en la secta para liquidar al líder, un trabajo sumamente peligroso y complicado. Ella se compromete a proporcionarle un cambio de imagen y protección absoluta".

Un buen día, de repente, Tsubasa y otras personas muy allegadas a ambos protagonistas como la novia diez años mayor de Tengo y Ayumi, la actual mejor amiga de Aomame, “se pierden”, desaparecen repentinamente sin dejar rastro.

Tras atar bien atados todos los cabos de su vida, Aomame acude como fisioterapeuta a la cita concertada con el líder de Vanguardia, para intentar aliviarle en lo posible los fuertes dolores que padece,  con un simple revolver como defensa proporcionado por su amigo Tamaru siendo muy consciente del peligro que conlleva, y de que no habrá marcha atrás:
-- “Lo que va usted a ver y a tocar con sus manos es algo sagrado, un ser extraordinario. Sea lo que fuere lo que va a ver, no hable de ello en ninguna parte. Si alguna información se filtrase al exterior, su sacralidad sería profanada de manera irreparable”.
El líder es un hombre grande, fuerte, con diversas particularidades en su cuerpo: sus ojos padecen algún daño en la retina y no toleran la luz fuerte, pasándose casi todo el día en habitaciones oscuras. Además como le cuenta a Aomame:
“Los músculos se me agarrotan a menudo. No me puedo mover. Me vuelvo literalmente de piedra y puedo estar así durante horas. Cuando se me pasa no me queda más remedio que tumbarme. No siento dolor. Simplemente los músculos del cuerpo se paralizan. Me ocurre una o dos veces al mes. Mientras permanezco en este estado de aparente muerte muscular, tengo una erección continua sin sentir nada, ni deseo sexual. Y en esos instantes me uno a mujeres, tres mujeres en total, todas adolescentes. Se considera que este estado de parálisis, es una gracia venida del cielo, una especie de situación sagrada. Por eso cuando ocurre, ellas vienen y se unen a mí, e intentan concebir un hijo. Mi sucesor. Es una misión establecida. El problema es que a raíz de ello, mi cuerpo avanza de forma irremediable hacia su destrucción. La duración de la parálisis se alarga poco a poco. Cuando la parálisis se termina, un dolor intenso atormenta mi cuerpo, como si me clavaran gruesas agujas por todo el cuerpo y me siento exhausto. Tengo que soportarlo durante una semana. Ningún medicamento logra aliviar esos dolores. Los médicos no me han encontrado ningún problema. Me han dicho que mi cuerpo está sano. Lo que me atormenta de este modo, es algo que la medicina moderna no puede explicar. Es el precio a pagar por la gracia divina".

Y cuando Aomame estaba a punto de clavar su picahielo en la nuca de aquel hombre, algo la detuvo, no podía hacerlo. ¿Por qué? Se había dado cuenta de que él conocía sus intenciones y había contactado con ella para acabar con sus sufrimientos:
-- “Quiero que me arrebates la vida.
-- Si le mato ¿qué ocurrirá luego?
-- La Little People perderá a quien escucha la voz. Todavía no tengo sucesor. Si yo muero ahora se creará un vacío. Para ellos va a ser un palo. Hagamos una especie de trato, si me quitas la vida ahora mismo, a cambio yo haré que Tengo kawana se salve. Actualmente, por casualidad, Tengo se ha convertido en alguien no poco relevante para nosotros. No se trata de una simple casualidad. Vuestros destinos no se han cruzado aquí por el mero devenir de las cosas, os habéis adentrado en este mundo porque necesariamente tenía que ser así.
-- Y en este año 1Q84, dos lunas penden del cielo ¿verdad?
-- Efectivamente, hay dos lunas. Es un símbolo de que las agujas de la vía han cambiado. Permite distinguir los dos mundos. Pero no todas las personas ven las dos lunas, el número de personas conscientes de que estamos en 1Q84 es muy limitado. En este mundo existe la Little People. Hemos vivido con ellos desde tiempos inmemoriales. Cuando el bien o el mal todavía no existían. Al mismo tiempo que yo me he convertido en apoderado de la Little People, mi hija se ha convertido en el ser que encarna la acción anti Little People. Ella fue quien los guio hasta aquí al principio. Tenía diez años, ahora tiene diecisiete. Mi hija es perceiver, quien percibe y yo receiver, quien recibe.
-- Entonces, ¿violaste a tu propia hija?
-- Nos unimos. Lo fundamental era unirnos en un solo ser como perceiver y receiver.
-- Te convertiste en apoderado de la Little People violando de manera equivoca y conceptual a tu hija. Pero al mismo tiempo, para compensar, ella se alejó de ti y se convirtió en un oponente.
-- Tengo y mi hija se han encontrado por casualidad y han formado un equipo. Ambos poseen cualidades que se complementan. Ella tiene lo que a Tengo le falta y viceversa. Compenetrándose y uniendo sus fuerzas, han creado una misión determinada que ha ejercido un gran impacto en lo que a la creación de un impulso anti Little People se refiere.
En este mundo tu y Tengo osa pisáis literalmente los talones. Tengo y tú os atraéis mutuamente con mucha fuerza. Tengo te está buscando y además nunca ha amado a nadie más que a ti. Ahora mismo, en este mundo, es poco probable que os vayáis a salvar los dos al mismo tiempo. Hay dos opciones: tú mueres y él se salva, o Tengo muere y tú te salvas. En este momento solo puedes elegir una de las dos".
Le propone un trato, si ella le mata, él salvará a Tengo:   
-- Te haré desaparecer de este mundo, como deseas, te concederé una muerte instantánea e indolora para que Tengo sobreviva.
Sinceramente lo que yo querría es vivir y estar junto a él.
-- Si fuera posible te ayudaría, pero esa opción no existe ni en 1984 ni en 1Q84, en cada año por razones diferentes.
-- Seguro que existe un mundo en el que no tendría que matarte
-- Ese mundo ya no existe (esas fueron sus últimas palabras). Fuera, un trueno sin relámpago, retumbó violentamente. Todo terminó en silencio".

Me encanta un episodio titulado “Va siendo hora de que los gatos aparezcan”. En él Tengo decide ir a visitar a su padre, que en realidad no era su verdadero padre, que está ingresado en una clínica especializada en pacientes con demencia senil. Durante el trayecto, en el tren va leyendo un relato fantástico muy curioso:
El joven viajaba sólo, con una única maleta como equipaje. No tenía un destino. Se subía a un tren, viajaba y cuando le gustaba un destino, se apeaba. Así era como pasaba siempre sus vacaciones. Se apeó en “el pueblo de los gatos”, un pueblo donde no había nadie, quizás abandonado. Cuando el sol se ponía, numerosos gatos acudían a la ciudad. Gatos de diferentes tamaños y diferentes especies. Aunque más grandes que un gato normal, seguían siendo gatos. El joven sorprendido, se escondió en el campanario. Como si fuera algo rutinario, los gatos abrieron las cortinas de las tiendas, o se sentaron delante de los escritorios del ayuntamiento. Unos entraban en los comercios y hacían la compra. Otros bebían cerveza en las tabernas y cantaban alegres canciones gatunas. Al amanecer los gatos se habían ido y el pueblo se había quedado desierto de nuevo. Movido por su curiosidad, no se metió en el tren de regreso a la mañana siguiente. A la tercera noche, se armó cierto revuelo en la plaza que había bajo el campanario. ¿Qué es eso? ¿No os huele a humano? Los gatos formaron varios grupos e inspeccionaron hasta el último rincón del pueblo. Tres de los gatos subieron hasta el campanario: ¡Que extraño!, aunque huele a humano, no hay nadie, busquemos en otra parte. El joven soltó un suspiro de alivio y miró sus manos. Las estoy viendo. No me he vuelto invisible. ¡Qué raro! En cualquier caso mañana iré a la estación y me marcharé de este pueblo. Quedarme aquí es demasiado peligroso. La suerte no puede durar siempre. Pero al día siguiente, el tren no se detuvo en la estación y lo mismo ocurrió con el tren de la tarde. Era como si la silueta del joven que esperaba el tren, no se reflejara en los ojos de la gente. Entonces el sol empezó a ponerse. Va siendo hora de que los gatos aparezcan. El joven supo que se había perdido. Este no es el pueblo de los gatos, se dio cuenta al fin. Aquel era el lugar en el que debía perderse. Un lugar ajeno a este mundo, que habían dispuesto para él. Y el tren jamás volvería a detenerse en aquella estación para llevarlo a su mundo de origen".  

En los últimos capítulos del libro, Tengo se da cuenta de que hay dos lunas en el firmamento, igual que en la historia que tanto había complicado su vida:
--"No puede ser, pensó Tengo. ¿Querrá decir que estoy en el mundo de la novela? ¿Y si me hubiera alejado por algún motivo del mundo real y me hubiera introducido en el mundo de la crisálida de aire?"
Mientras Tengo se hace estas preguntas, Aomame se asoma al balcón del apartamento donde está escondida, huyendo de las represalias de los guardaespaldas del líder:
“En ese instante Aomame se fijo de repente en que no era la única persona que estaba mirando las lunas. En el parque infantil de enfrente vio a un hombre joven. En ese momento Aomame se percató de algo. Ese es Tengo. No hay duda. Es Tengo. ¿Qué hago?"
Tardó en decidirse, pero cuando al fin lo hizo, salió corriendo escaleras abajo, pero Tengo ya no estaba allí. La oportunidad de encontrarse con él tras veinte años de separación y añoranza, había pasado. ¿Volverán a cogerse de la mano algún día?
 
El libro termina igual que comenzó, con Aomame intentando descender por las escaleras de emergencia de la metropolitana, las mismas que le condujeron a 1Q84:
“Voy a hacerlo otra vez. Por pura curiosidad. Quiero saber que ocurrirá si hago lo mismo en el mismo lugar y vestida de la misma forma. No lo hago con la idea de salvarme. No le tengo ningún miedo a la muerte".
Pero Aomame no quería morir ignorante sin llegar a comprender como se había originado todo. Pero allí no había escalera alguna. En el mundo de 1Q84 esas escaleras no existían. La salida estaba bloqueada.
Si, lo sabía desde un principio. En la suite del hotel Okura, el líder se lo había dicho claramente antes de morir a manos de ella: la puerta para entrar en este mundo solo se abre en una dirección.
A continuación, Aomame levanto la empuñadura de su pistola y se introdujo el cañón en la boca, apuntando directo al cerebro.
-- ¡Tengo!, dijo, e imprimió fuerza al dedo colocado en el gatillo".

14 de mayo de 2011

"LA AMABA" de Anna Gavalda

¿De qué habla este libro tan corto, pero a la vez tan intenso?

De amor, de amargura, de desencuentros, pero sobre todo de un encuentro. Del encuentro entre Chloé y su distante e inaccesible suegro Pierre.

Toda la historia gira en torno a ellos, a su acercamiento, a su "descubrirse" el uno al otro,
a través de un diálogo conmovedor entre suegro y nuera, hasta ahora dos perfectos desconocidos afianzando sus lazos de amistad y cariño, puede que únicamente llevados por las circunstancias.
 

Ella necesita apoyo, su matrimonio acaba de romperse y se encuentra sola con sus dos hijas pequeñas. Y él, que siempre sintió un afecto especial hacia Chloé (y que nunca lo demostró ni exteriorizó), se siente en parte culpable por tanto daño ocasionado por su hijo.

Pierre se las lleva a pasar el fin de semana a su casa de campo y esas noches, al abrigo del fuego de la chimenea, es cuando surgen las confidencias, ese secreto tanto tiempo encerrado y tan bien guardado, que le aprisiona y le ahoga. Él "la amaba". Su nombre Mathilde, y toda una vida echándola de menos, ansiando el momento de poder estar con ella, de compartir minutos, horas, días de existencia. Y consigo, siempre la absoluta consciencia de esa felicidad, que siempre ha estado ahí, al alcance de su mano, pero nunca alcanzada, por su cobardía e indecisión, por no querer complicar su cómoda vida junto a su esposa Suzanne, a la que nunca ha amado...

Y como se dice en la cubierta, "La amaba" es una novela alegre y triste a la vez, un fragmento de vida, una punzante historia de amor, que a mi particularmente, me ha gustado.



Algunos párrafos de sus conversaciones: 

"-- ¿Por qué soy un viejo cretino?
-- Porque no quiere usted a nadie. Nunca se relaja. Nunca está presente. Nunca está entre nosotros. Nunca está en nuestras conversaciones y en nuestras tonterías. Nunca está en nuestra mediocridad de bodorrio. Porque no es usted tierno, porque siempre está callado y su mutismo parece desdén. Porque..."

"-- ¿Se ha atrevido alguien, alguna vez, a llevarle la contraria?
-- Alguien no. Mi vida entera"

"La amé más que a nada. Más que a nada... No sabía que fuera posible amar tanto. Bueno, yo por lo menos creía que no estaba... programado para amar así. Me enamoré como quién pilla un resfriado. Sin quererlo, sin creérmelo, a mi pesar y sin poderme defender y después... la perdí. De la misma manera."

"-- ¿Nuca pensó en volver a empezar su vida con ella?
-- Sí, claro... Miles de veces. Miles de veces he querido hacerlo y miles de veces he renunciado a ello... Avanzaba hasta el borde del abismo, me asomaba y me marchaba corriendo. Me sentía responsable de Suzanne y de los niños"

"¿Al cabo de cuánto tiempo se olvida el olor de quien nos ha amado? ¿Y cuando deja uno de amar a su vez?"

"La trampa es pensar que tenemos derecho a ser  felices. Mira que somos bobos. Tan ingenuos como para creer un solo momento que controlamos el curso de nuestras vidas"

"-- ¿Entonces el amor es una estupidez? ¿Es eso? ¿Nunca sale bien?
-- Sí, sí que sale bien. Pero hay que luchar...
-- ¿Luchar cómo?
-- Luchar un poquito. Un poquito cada día, tener el valor de ser uno mismo, decidir ser feliz..."

3 de abril de 2011

"DE QUÉ HABLO CUANDO HABLO DE CORRER" de Haruki Murakami


Entre mis libros preferidos destaca "Kafka en la orilla" de este mismo autor japonés, que tuve el placer de saborear hace año y medio o así, y ni que decir tiene que lo disfruté página a página. Me cautivó su manera de narrar la historia, sus personajes fantásticos, una mezcla curiosa entre la realidad y la ficción, con un interminable poder de imaginación (y no estoy exagerando).

Dejó en mí el firme convencimiento de continuar descubriéndole. Y me pregunto cómo he podido estar tanto tiempo sin leerme otro libro suyo.

Pero no ha sido por falta de ganas. Simplemente mi trabajo diario en la biblioteca hace que no pueda evitar sentirme atraída por los numerosos títulos y autores que van cayendo en mis manos. Os confieso que es un vicio inevitable para mí y al mismo tiempo creo que una suerte. Lo repito, un vicio…        

Y esta especie de autobiografía, "memorias" como él la llama, me ha dado la oportunidad de conocerle algo mejor, sobre todo en sus dos facetas más importantes, la de escritor y la de corredor de fondo. Me ha permitido conocer como fueron sus comienzos en ambos aspectos, sus ideas, sentimientos, anécdotas divertidas, las satisfacciones y decepciones sufridas, así como enraizar en mí la certeza de que el trabajo con el cuerpo y con la mente son complementarios, se relacionan entre sí, porque ambos necesitan de una fuerte motivación interna.

En definitiva, nos describe la influencia que el esfuerzo invertido, en el hecho de correr a diario durante sus últimos 25 años de vida, ha supuesto en su cuerpo, en su mente y en su capacidad creativa como novelista. 

“De qué hablo cuando hablo de correr” es un libro corto, ameno, que se lee en dos sentadas. Para titularlo, Murakami se ha inspirado en el volumen de relatos cortos de Raymond Carver “De que hablamos cuando hablamos de amor”   


¿Cómo se convierte alguien en un novelista que corre?




Algunos párrafos y frases del libro:

 “Yo no me hice novelista porque alguien me lo pidiera o me lo recomendara. Me hice novelista por iniciativa propia. Del mismo modo que, uno no se hace corredor porque alguien se lo recomiende. En esencia, uno se hace corredor sin más. Unas personas valen para unas cosas y otras para otras. Obligar a correr largas distancias a personas que no desean correr, o que  por su constitución, no están hechas para ello, es una tortura sin sentido”

“Las diferencias generan pequeños roces cotidianos y, a veces, la combinación de varios de esos roces se transforma en un gran malentendido. Como consecuencia de ello, se reciben a veces críticas infundadas. Te puedes sentir profundamente herido. Sin embargo, a menudo que uno acumula años, poco a poco va adquiriendo conciencia de que esas heridas y esa dureza son en cierta medida necesarias, para la vida”

“Cuando recibo una crítica infundada de alguien, corro un poco más de distancia que de costumbre. De este modo me agoto un poco más. Entonces vuelvo a tomar conciencia de que soy una persona débil y con limitaciones. Me doy cuenta de ello de un modo físico y desde lo más hondo de mi ser. Cuando me enfado, oriento el enfado hacia mí. Cuando siento rabia, redirijo hacia mí esa rabia para intentar mejorar. Me esfuerzo por tragar todo ese silencio, para después intentar liberarlo en esos recipientes que son mis novelas, como una parte más de una historia”

“Ya he dicho que tiendo a engordar un poco en cuanto me abandono. Bien pensado, quizás esa tendencia a engordar con facilidad sea, por el contrario beneficiosa: me refiero a que, en mi caso, para no aumentar de peso he tenido que hacer intenso ejercicio a diario, cuidar mi alimentación y moderarme”  

“La vida es esencialmente injusta. De eso no cabe la menor duda. Pero creo que incluso de las situaciones injustas es posible extraer lo que de “justicia haya en ellas”

“La mayoría de los métodos que conozco para escribir novelas, los he aprendido corriendo cada mañana. Tengo la impresión de que si, cuando decidí hacerme escritor, no se me hubiera ocurrido empezar a correr largas distancias, las obras que he escrito, serían sin duda bastante diferentes”

“El semblante de la gente que corre largas distancias es parecido en cualquier parte del mundo. Todos dan la impresión de pensar en algo. Tal vez no piensen en nada, pero parecen tener la mente fija en algo”

“¿Acaso nuestros sentimientos desaparecen y se pierden así sin más, de un modo tan frustrante, cuando muere nuestro cuerpo?”

“Los tiempos individuales, el puesto en la clasificación, tu apariencia, o como te valore la gente, no son más que cosas secundarias. Para un corredor como yo, lo importante es ir superando, con sus propias piernas y con firmeza, cada una de las metas. Quedarse convencido a su manera de que ha dado todo lo que tenía que dar y de que ha aguantado como debía. Ir extrayendo alguna enseñanza concreta de las alegrías y los fracasos”

“Si algún día quisieran grabarme un epitafio y pudiera elegir yo las palabras, me gustaría que dijera lo siguiente:

                                               HARUKI MURAKAMI
                                                   Escritor (y corredor)
                                                       (1949-20??)       
                                   Al menos aguantó sin caminar hasta el final

“Y por último quiero dedicar este libro a todos los corredores con los que hasta ahora me he cruzado por los caminos de todo el mundo, así como a todos los que alguna vez adelanté o me adelantaron en el curso de una carrera. Si no fuera por vosotros, sin duda yo no hubiera podido seguir corriendo hasta ahora”

22 de marzo de 2011

"EL VERANO DE LA NUTRIA" de Milagros Frías

Milagros Frías ganó con esta novela, el XXI Premio de Narrativa Torrente Ballester 2010. Me ha tenido enganchada el poco tiempo que he tardado en leerla y me ha hecho meditar acerca de lo vulnerable que es la vida. 

Cuando las cosas no te van nada bien, resulta que al día siguiente, todavía te pueden ir peor y entonces podrás añorar la pequeña gota de felicidad que tenías. 
Y cuando te sientes realmente feliz y satisfecha con tu vida, en un abrir y cerrar de ojos todo puede cambiar y te puedes ver envuelto en una verdadera pesadilla. 
Aunque también puede suceder al contrario, que cuando ya estás a punto de sucumbir ante tanta adversidad, cuando te preguntas porque tiene que pasarte todo a ti, en un abrir y cerrar de ojos, la vida vuelve a dar un vuelco y de nuevo te sientes en armonía con el mundo.

Y algo así le sucede a Clara, nuestra protagonista, traductora de profesión, que acaba de comprarse un piso con su futuro marido, endeudándose hasta el cuello y a la que la vida parece sonreírle plenamente.

Pero de repente, sin ni siquiera sospecharlo, él la deja por otra y a partir de ahí, comienza el caos. "La vida en solitario cuando no se tiene vocación, es dura. Era preciso superar el duelo y obligatorio pasarlo para que las heridas cicatrizaran y todo volviera a su sitio".

Empezando a remontar, tras un largo periodo de tiempo de desesperación, el azar le brinda una sorpresa, se encuentra con las manos llenas de un dinero ganado en la lotería y sin saber qué hacer con su nueva situación.

Entonces, toma la peor decisión de su vida, una decisión que tantas veces después se arrepintió de tomar. "Irme sola por primera vez en la historia a un viaje inolvidable. Inolvidable"

Pero ella nunca podría haberse imaginado la pesadilla en la que se iba a ver envuelta. "No puedo evitar obsesionarme con esas vísperas en las que el rumbo de la existencia va a alterarse sin que un sexto sentido nos ponga sobre la pista para estar alerta por lo menos"

Y comienza su viaje de ensueño. "A posteriori me abrumó la bajada del avión, ese instante preciso en el que la tragedia aún no se han consumado, ese minuto crucial en el que hubiera podido dar marcha atrás, aún sin tener indicios de lo irremediable"

El pack contratado por internet de ese viaje de placer, nunca existió. Es secuestrada, violada, maltratada y lanzada en paracaídas desde una avioneta, en medio de la nada, en una isla que será su único hogar durante un largo periodo de tiempo. "Me habían abandonado a mi suerte como suelta una ímproba familia a su perro en la carretera, sin collar sin identidad y con un instinto atrofiado por la buena vida que servirá para que la agonía sea a cámara lenta. Luego suben al coche, los padres, los niños, todos a una dando con la puerta en las narices al antiguo amigo y se alejan aprovechando el anonimato que proporciona la culpa compartida y juran en arameo ante la perseverancia del animal que durante algunos kilómetros correrá tragándose el humo del tubo de escape y lo peor, poniéndose en evidencia"

Me encanta el periodo de su estancia en la isla como una auténtica Robinsona, a expensas de la intemperie, de los caprichos del clima, sin comida, bebiendo agua de lluvia, viviendo en una cueva, a fin de cuentas,  sobreviviendo y recordando momentos inolvidables del pasado. "Recuerdo bien el veranos de la nutria. Era una noche memorable, de promesas desperdigadas en el aire que a punto de materializarse penden de un hilo y según se desarrollen los acontecimientos cuajarán o no. Veníamos en grupo, Juan y yo en el centro, una pareja entre otras que surgían al calor del verano y concluirían con él. Por eso los sentimientos tenían la intensidad de lo perecedero. Se contagiaban de una nostalgia precoz y de una melancolía intuida, que las hacía tan poéticas como efímeras. A la vuelta, cuando salimos del cine y cruzamos el puente, vimos el hocico blanco de la nutria resaltando en el pelaje oscuro, Juan me cogió la mano y el mundo quedó en suspenso. Ese verano, fue el verano por excelencia, pues en él, los chicos y chicas empezamos a sentir que la felicidad era tan volátil como la infancia"


La llegada de un náufrago, rompe por unos días su solitaria rutina. Es Iryna, una rumana que ha corrido una suerte todavía peor a la suya, abandonada en una balsa a la deriva. Se vuelca con todas sus escasas energías en su nueva compañera de adversidades, pero al final, nada puede hacer por ella

Y muy poco tiempo después, contemplando el mar, le parece vislumbrar un yate que poco a poco se acerca a su isla. Ella está aterrorizada, tiene miedo de que vuelvan a hacerle daño, de encontrarse con los verdugos de su malograda amiga Iryna. Y así es. La pesadilla vuelve a comenzar...

Huyendo de Adam y Eric, los dos habitantes de la embarcación y miembros de una red internacional de trata de blancas,  se tira al agua con un simple flotador. Navega y navega un tiempo que a ella se le hace interminable, a expensas de los caprichos del mar, de las bajas temperaturas del agua, del sol abrasador, del frío intenso durante la noche. Y cuando parece que ya todo está acabado, cuando lo único que desea es sumirse en un plácido sueño eterno, su vida vuelve a girar 180 grados...

Un barco atunero la atrapa entre sus redes de pesca. Sus tripulantes sólo quieren ayudarla, cuidarla, darle ánimos para no desfallecer, pero ella sigue sintiendo miedo, un miedo atroz, un no creerse lo que le está pasando.
 
Pero cuando despierta en un hospital y es consciente de que al fin está a salvo, se siente orgullosa de si misma, de ese afán por subsistir, por superar todos los obstáculos, que le ha perseguido durante toda la pesadilla, piensa en el reencuentro con sus padres, su hermana.

Ya totalmente recuperada, en la embajada, conoce a Javier, escritor y agente del CIS que le ofrece un trabajo en su agencia y guardaespaldas para su protección. Se ha hecho famosa. Su desaparición fue una de tantas noticias de desapariciones inexplicables y existe el peligro de que Adam y Eric quieran venganza y quieran acabar con ella para evitar que les delate.

Pero el destino esta vez estará de su parte...

Y el final... este sí que es un final feliz, demasiado feliz. Reconozco que después de tantas páginas acompañando a Clara en su trágica experiencia, me supo a gloria y no esperaba más, que este maravilloso, también algo increíble final. Que por recuperar, recupera hasta el amor. Bueno al menos eso deja entrever en el último párrafo y posdata del libro "PD: para quien quiera saber el papel que el escritor desempeñó en mi vida, me remito a lo que decía Saint Exupéry de EL Principito, que quería saber cuándo iría a visitarle el zorro para preparar su corazón y disfrutar por adelantado. Exactamente eso hacía yo"