Conoce a Dewey leemáslibros, el gato que inspiró el título de mi blog


22 de mayo de 2010

"NOVECENTO, LA LEYENDA DEL PIANISTA EN EL OCÉANO" de Alessandro Baricco


Este libro mágico, que se lee en unas pocas horas y está escrito en tono humorístico, me ha hecho sonreír en más de una ocasión.

El narrador de la historia, toca la trompeta en una orquesta del “Virginian”, un transatlántico que recorre las rutas entre Europa y América, transportando todo tipo de gentes, ricos, pobres, inmigrantes…

Este es un barco peculiar, con un capitán claustrofóbico, un timonel ciego, un telegrafista tartamudo, un doctor de nombre impronunciable y curiosamente, sin cocinas a bordo.

Allí conoce al protagonista de su relato, Danny Boodmann  T.D. Lemon Novecento, el pianista más grande que jamás haya tocado en el océano.

El viejo Danny Boodmann le encontró abandonado sobre el piano de cola del salón de baile de primera clase, con tan sólo una nota que decía “T.D Limoni”

Él, que siempre pensó y firmemente creyó, que las iniciales T.D. significaban “Thanks Danny”, fue el que le puso su gran nombre. Eligió el suyo propio, seguido del que constaba en la nota,  pero como además buscaba un gran final, le añadió “Novecento” por haberlo encontrado el primer día de ese nuevo siglo. 

Aprendió a tocar el piano, pero de que manera…

Su música era pequeña y hermosa y le transportaba a todos aquellos lugares que nunca había visto pero que conocía, porque sabía leer a la gente y los signos que llevaban encima, lugares, ruidos, olores, dibujando un inmenso mapa del mundo en su cabeza.

Nunca quiso pisar tierra y un día, con 32 años dijo:

--“en Nueva York, dentro de tres días, bajaré de este barco, tengo que ver algo allí abajo”

-- “¿Qué?” Le preguntó su mejor amigo.

-- “El mar”.

-- “Hace treinta dos años que estás viendo el mar, Novecento”.

-- “Desde aquí, yo quiero verlo desde allí, no es lo mismo”.

Pero llegado ese día, Novecento, a pesar de desearlo fervientemente y que ese deseo le estaba destrozando el alma, al tercer escalón dio media vuelta y regresó al barco. Nadie supo porqué.

Años más tarde,  al trompetista (que ya había dejado el barco hacía algunos años) le llega una carta diciéndole que al “Virginian” medio destrozado por la guerra, lo van a volar con dinamita y que Novecento no ha bajado del mismo.

Sin pensárselo dos veces, corre en busca del barco y allí estaba Danny, en la sala de máquinas, sentado sobre una caja con dinamita, quien, contento por ver de nuevo a su mejor y único amigo, le confiesa porqué no bajó aquel día del “Virginian”:

-- “no fue lo que vi lo que me detuvo, fue lo que no vi, no vi donde terminaba todo aquello, el final del mundo”.

Y como el miedo le paralizaba y los deseos le estaban destrozando el alma, los conjuró todos, uno a uno, los fue dejando atrás, los inmovilizó, para no sufrir.
Fue un trabajo mental increíble, desmontó su infelicidad y desenhebró su vida de sus deseos.

Y el libro acaba diciéndole a su amigo el trompetista:

-- “es dinamita lo que tienes debajo del culo hermano, levántate y vete, se acabó. En serio, esta vez se acabó”

Este libro lo recomendó una persona en un programa de televisión y me quedé con la copla. Me suele pasar, cuando escucho a  alguien decir que alguna historia le ha impactado, lo anoto en mi mente, en mi lista de “pendientes” y al final lo acabo leyendo. Por eso os animo a que me recomendéis los que os impacten.

Por último comentar que hay una película basada en este libro, dirigida por Giuseppe Tornatore, en 1998.

16 de mayo de 2010

"EL VELO PINTADO" de Somerset Maugham

El velo pintado cayó en mis manos hace algunos días, en el mostrador de préstamo de la biblioteca en la que trabajo. Ya me había llamado la atención en algún momento, pero por una razón u otra, había pospuesto su lectura. Me encantó la frase que aparece en la cubierta “a veces el viaje más largo es la distancia entre dos personas”. Y cuanta verdad contienen esas palabras…

Londres, años 20, Kitty vive con sus padres y su hermana Doris. Su madre, una mujer dura, cruel, ambiciosa y autoritaria, se desvive por encontrar maridos de buena posición para sus hijas. Su padre, un ser insignificante para ellas, es ignorado y despreciado por todas, al no ser capaz de proporcionarles una mejor clase social

Los años pasan para Kitty y a los 25, tras descartar varios pretendientes, sigue soltera.

Un día conoce a Walter, un bacteriólogo del gobierno de China, personaje sin el menor encanto, aunque sensible, tímido y bondadoso, que se enamora perdida e incondicionalmente de ella. Accede a casarse con él ante la perspectiva de una nueva vida y la boda inminente de su hermana, menos agraciada, pero que ya ha encontrado un buen partido.

Ya llevaba varias semanas en Hong Kong cuando conoce a Charles Townsend, vicesecretario colonial, hombre casado y muy atractivo. Ambos comienzan un apasionado romance, descubierto por Walter que le expone un ultimátum, ella consiente en irse con él a Mei Tan Fu, un lejano pueblecito asolado por una grave epidemia de cólera, o él solicita la demanda de divorcio.


Convencida de que Charlie quiere estar con ella para el resto de sus días, se lo cuenta todo, llevándose una gran decepción. Él no está dispuesto a hacer daño a su mujer por nada del mundo, ya que la quiere y la necesita a su lado.

Destrozados ambos, emprenden un largo viaje hacia lo que ella piensa que va a ser una muerte segura.

En su nuevo destino, Walter ejerce de médico, exponiéndose continuamente a los mortales efectos de la enfermedad.

En ese mágico pueblo, poco a poco Kitty va recuperando la paz de espíritu que había perdido y aunque su relación sigue siendo distante, se va dando cuenta del tipo de persona que es su marido, sintiéndose orgullosa de la extraordinaria labor que está realizando.

Cuando comienza a sentir la necesidad imperiosa de ayudar a los demás, conoce a un grupo de monjas francesas, que admiran y apoyan a su marido y que le permiten trabajar de forma altruista en el convento, con las niñas huérfanas que allí residen. Las dos que ejercen mayor influencia sobre ella son sor Saint Joseph y la madre superiora, dos almas bondadosas, libres de cualquier atadura terrenal.

Y un día cayó en la cuenta de que ya no pensaba en Charlie y que ahora le consideraba un ser despreciable y ruín. Se sentía libre…

Supo que estaba embarazada, pero no sabía de quien era el niño, podía ser tanto de uno como de otro.

Una noche, Walter no llega a casa. De madrugada le despiertan, dándole la fatal noticia de que se ha contagiado y está muy grave. Ella corre a su lado, para intentar por todos los medios conseguir que le perdone.

La escena que más me conmueve de toda la novela es esa: Kitty suplicándole perdón y él, en su lecho de muerte, agonizando, sin darse cuenta ya de nada. Sólo alcanza a balbucear una frase, en ese momento sin sentido para ella: “fue el perro el que murió”. 

A los pocos días le cuentan que estaba realizando experimentos y quizás ya nunca sabría si murió por accidente o si estaba experimentando consigo mismo. También descubrió que la frase sin sentido era la cita de un libro “elegía a la muerte de un perro rabioso” de Oliver Goldsmith, que decía: “el hombre se recuperó del mordisco, fue el perro el que murió”.

Las monjas la convencen para que deje aquel lugar y regrese a su tierra natal con sus padres. 

De escala en China, recibe una invitación de Dorothy, la mujer de Charlie para hospedarse en su casa. Todos consideran que es una heroína.

El reencuentro me sorprende. Yo pensaba que ella había escarmentado y hubiera apostado por su rechazo, pero el amor es como es y vuelve a caer en sus redes. Pero sólo por una noche, porque enseguida despreciándose a sí misma, se convence de que debe irse lejos, donde él no pueda ejercer su influencia sobre ella.

Y así lo hace. A su regreso a Londres, su madre acaba de morir, ironías del destino, sin saber que a su padre le han ofrecido un trabajo de juez presidente en Las Bahamas, un trabajo que piensa aceptar. Kitty, arrepentida de haberle tratado siempre tan mal, dándose cuenta de la distancia tan abismal que ha existido entre ellos, le pide que le deje intentar ganarse su cariño, acompañándole en su viaje.

Ya no es la misma persona, los errores, las locuras y los reveses sufridos, le habían permitido divisar el camino de la paz.

Hubo momentos en los que pensé que iba a ser una simple novela de amor, pero me equivocaba. Lo más importante que creo que transmite, es como a veces, los palos en la vida, además de hacerte madurar, te hacen cambiar y ser mejor persona

7 de mayo de 2010

"LA CASA DEL CANAL" de Georges Simenon

A raíz de la muerte de su padre, Edmeé, una joven de dieciséis años, comienza un solitario viaje hacia la finca "Las Irrigaciones"en Neeroeteren (región belga de Limburgo), atravesada por múltiples canales y donde se encuentra la que será su casa de ahí en adelante. 


Coincidiendo su llegada con la muerte de su tío materno, es acogida por su tía y sus primos, una familia extraña, de rasgos y cabezas asimétricas, eccemas y problemas de piel. 

El argumento principal de la historia gira entorno al trío entre Edmeé, Fred su primo mayor de 21 años, que toma las riendas de la administración de la finca que ha quedado llena de deudas y Jeff algo menor. 


Ambos se enamoran de su prima, aunque ninguno lo demuestra abiertamente y ambos quedan atrapados en las redes que ella va tejiendo poco a poco.


Un invierno, tiene lugar un suceso que marca sus vidas, la muerte en el bosque por accidente de un niño con una boina roja. Fred intenta propasarse con Edmeé, y el niño espiándoles, lo ve todo. Fred, enojado le empuja y cae golpeándose la cabeza con el tronco de un árbol. Jef llega en ese momento, no se sabe si por casualidad, y deciden entre los tres ocultar el cuerpo enterrándolo en el canal y no decir nada a nadie. 

Este trágico acontecimiento hace enfermar a Edmeé, quien insólitamente no desea curarse. 

Una mañana, Mía (la mayor de sus primas) le cuenta un comentario que Jef le hizo, si Edmeé se casaba con Fred, la mataría. No sé si por morbo, o porque realmente estaba enamorada, ella misma le incita a pedirle matrimonio y le sorprende con su respuesta (muy segura de sí, consiente el mismo). 

El último capítulo narra como encuentran su cadáver en la cama, medio desnuda y con signos de violación. Los vecinos han visto subir previamente a Jef, con lo que la policía no tiene dudas sobre la autoría del asesinato. 

Yo no he llegado a comprender del todo la naturaleza de este personaje, que disfruta enfrentando a los dos hermanos, e instigando sobre todo a Jef a cometer locuras por ella. 

Es curioso, durante gran parte de la lectura estuve convencida de que ella estaba enamorada de Jef y al final realmente no he llegado a saber si quería de verdad a Fred, ni los motivos por los que se casó con él. Es muy posible que no quisiera a ninguno de los dos y que desde la muerte de su padre, anduviera en busca de la suya propia, con ese terco deseo de querer estar enferma y dirigiendo los acontecimientos hacia su seguro suicidio.

En resumen, puedo decir que me mantuvo intrigada y que me ha parecido ameno.

3 de mayo de 2010

"DEWEY LEE MÁS LIBROS" de Vicki Myron


En este, mi primer post, voy a hablar de “Dewey lee mas libros"  (título original: "Dewey Readmore Books") y su protagonista, un peculiar gato bibliotecófilo, que ha inspirado el nombre de mi blog. 
 

Esta historia, real y verídica, tiene lugar en Spencer (Iowa). La directora de su biblioteca pública y autora del libro (Vicki Myron), encuentra un gatito en el buzón de devoluciones, un frío día invernal. Lo recoge y desde entonces comienza su convivencia diaria con todo el personal bibliotecario y con los usuarios de la misma. 

Pero Dewey no era un gato cualquiera, le encantaba deambular entre las estanterías, dormitar sobre los libros...

Además sabía reconocer a personas con problemas, a los que ayudó con su simple presencia y compañía. 





Se hizo famoso en el mundo entero, acudían a la biblioteca desde cualquier parte, sólo para conocerle. 

El libro narra y describe sus 19 años de vida y su muerte afectó a todos los que le quisieron y mimaron. Me encantó y lloré mucho con su final, que siempre fue un final previsible, porque así es la vida...