Conoce a Dewey leemáslibros, el gato que inspiró el título de mi blog


8 de octubre de 2016

"TIENES HASTA LAS DIEZ" de Francisco Castro, miscelánea aderezada con intriga


“Aquí está todo lo importante, hijo mío. Las cosas que importan, las realmente importantes, están todas en estos libros que ves ahí.

Las que alimentan el corazón están ahí. Los viajes más hermosos, las aventuras más increíbles, las grandes pasiones humanas están todas ahí, en esos libros imprescindibles. Y son todos para ti.

Hoy, tanto tiempo después, al volver a traer a mi mente esas palabras sé, sin duda alguna, que era cierto lo que me decía y comprendo el sentido profundo de lo que quiso decirme”
Antonio Correa, el que ha sido hasta entonces director del diario Eco de Vigo, acaba de fallecer a pocos días de su jubilación. Ha sido algo totalmente inesperado para todos, incluso para su propio hijo, que ni siquiera sabía que su padre estaba enfermo.
En sus últimos años insistía mucho en eso y nos lo dijo a todos: que en cuanto se jubilase no se despegaría de los libros, de sus enormes bibliotecas, porque eran tantos los volúmenes que había atesorado durante su vida que los tenía repartidos entre la casa y el despacho. Eso era lo que quería para su jubilación: sumergirse en aquellos volúmenes que, gracias a él, alimentaron mi infancia de fantasía.
 En sus primeras horas de duelo, a Antonio hijo (Toni) no hacen más que venirle a la cabeza esos retazos inolvidables de su infancia acurrucado detrás de la montaña de papeles de su escritorio en la Redacción del periódico, tantas tardes felices de su niñez con él.

Al día siguiente del entierro, por más que Celia (su compañera en la editorial de la que también está enamorado) intenta disuadirle para que se quede en casa descansando, esforzándose por simular aparente normalidad, Toni acude como cada mañana al trabajo sin sospechar la cara que se le va a quedar cuando abra el correo electrónico.
Entonces, oí de la boca de Celia algo parecido a una exclamación. No sabría muy bien cómo describir aquel sonido. No era un grito, sino más bien como un chillido, un agudísimo, aunque terrible, temblor que le salía desde la garganta. Me giré al tiempo que terminaba de ponerme la chaqueta. -¿Qué te pasa? -Acaba de llegar un mail. -Sí, un mail, ¿y qué? ¿Qué pasa con ese mail? -Empecé a caminar hacia ella-. ¿Alguna mala noticia? -dije sonriendo-.  -Es un mail... -repitió Celia -Lo envía tu padre –afirmó
Y allí estaba…, un email escrito por su padre muerto o por alguien que le conocía bien, enviado ese mismo día que decía: “Hijo querido: tienes hasta las diez”, preludio de unos cuantos más que irán llegando con una serie de acertijos (como cuando era pequeño) para conducirle quién sabe a qué y con qué finalidad.
Ya lo conté antes: así era como mi padre me recompensaba cuando resolvía los enigmas que él me ponía. Que había una chocolatina como premio SOLO lo sabíamos nosotros dos. Era algo que hacía conmigo y solo conmigo, y nadie más que nosotros lo sabía.

¿Conseguirá Toni desentrañar los mensajes, las pistas, casar todas las piezas del puzzle y averiguar que pretendía con ello su padre?

2 de octubre de 2016

"EL TREN DE LOS HUÉRFANOS" de Christina Baker Kline, un viaje cargado de incertidumbre sin billete de vuelta.


“Siento que retrocedo a algún lugar interior. Me ha tocado una infancia lamentable, saber que nadie te quiere ni se preocupa por ti, estar siempre fuera de lugar.

Siento que tengo diez años más de los que tengo. Conozco demasiado; he visto lo peor de la gente, la gente más desesperada y egoísta, y este conocimiento me hace cauta.

Así que estoy aprendiendo a simular, sonreír y asentir, a mostrar una empatía que no siento.
Estoy aprendiendo a fingir, a parecer como todos los demás, aunque me siento rota por dentro"
El "Tren de  los huérfanos" narra la vida de dos niñas sin hogar que irán desfilando por varias casas de acogida y distintos padres adoptivos, en dos épocas bastante distanciadas en el tiempo.

Por una parte tenemos el hilo argumental en torno a Molly Ayer (2011), una adolescente que en la actualidad debe cumplir un servicio social por haber robado un ejemplar de Jane Eyre en la biblioteca de Spruce Harbor (Maine), ayudando a una anciana nonagenaria, Vivian Daly, a ordenar y revisar el trastero de su casa.

Y así, revisando y ordenando, ordenando y revisando, irán aflorando recuerdos, acontecimientos y pérdidas de una existencia que casi nunca fue fácil para ninguna de las dos.
Molly ha empezado a ver su trabajo en casa de Vivian bajo una luz diferente. Quizá no importa cuánto haga. Quizás el valor está en el proceso: en tocar cada objeto, en nombrarlo e identificarlo, en reconocer el significado de un cárdigan, de unas botas infantiles

Y por otra, la historia de Niamh Power en 1929, una irlandesa peliroja que después de haber perdido a casi toda su familia, viaja en el “tren de los huérfanos”. Un tren que traslada a los niños del “Socorro a la infancia” hasta Minneapolis en busca de un nuevo hogar, como si de simple mercancía o ganado se tratara.
Inspecciono mi reflejo en el espejo: es la primera vez desde que llegué a Minnesota que me miro en un espejo sin manchas ni desperfectos. Una niña que apenas reconozco me devuelve la mirada. Es delgada y pálida, de ojos apagados, con pómulos salientes, pelo rojo oscuro y apelmazado, mejillas agrietadas por el frío y nariz colorada. Tiene costras en los labios y un jersey raído y manchado de tierra

Durante las horas que pasan juntas, Vivian y Molly descubrirán que tienen muchas más cosas en común de lo que pensaban.

¿Conseguirá nuestra pequeña princesa irlandesa de Minnesota un hogar feliz, unos padres que la quieran, la cuiden y la respeten?

10 de septiembre de 2016

“LA ÚLTIMA NOCHE EN TREMORE BEACH”, de Mikel Santiago, ¿visiones, premoniciones, o una cruda realidad?



“Todo indica que realmente vives dentro de esas visiones.

Te mueves, caminas, incluso saltas colina abajo cuando crees que algo te va a atacar.

Es como si estuvieras viviendo tu sueño despierto. Como si llevases unas gafas de realidad virtual puestas.

Pero eso no cambia la función de ese sueño, ni tampoco la pregunta principal que has de hacerte: ¿por qué lo estás soñando?"
Peter Harper, un músico compositor de bandas sonoras recién divorciado que pretende recuperar su inspiración y creatividad ahora marchitas, acaba de alquilar una casita en un apartado y perdido rincón en la costa de Irlanda Tremore Beach, cerca de Clenhburran, un pueblo muy pequeño en el que nunca pasa nada, ¿o casi nunca?

Tiene por únicos vecinos a una curiosa pareja con la que desde el primer momento hace buenas migas, Leo y Marie Kogan. Una noche después de cenar con ellos de regreso a casa tiene un pequeño accidente en medio de una brutal tormenta y es alcanzado por un rayo.

Ese suceso lo cambiará todo, porque a partir de ese momento empieza a tener flashes de visiones atroces tremendamente reales en las que aparecen sus dos hijos Jip y Beatrice, de ocho y trece años, (que han venido a pasar unos días junto a su padre),  Judie Gallagher, (la dependienta de una pequeña tienda y dueña de un albergue en el pueblo) con la que Peter ha empezado una relación sentimental, los Kogan, e incluso él mismo. Todos muertos, asesinados.

Peter piensa que quizás se haya vuelto loco, esquizofrénico, o que el rayo le ha podido convertir en un perturbado mental. O tal vez tan solo sea sonámbulo, sueñe despierto, o sufra alucinaciones visuales producto de su imaginación. Aunque también es cierto que no puede ignorar el recuerdo de las visualizaciones que su madre y su abuela tenían en el pasado, y que en varias ocasiones llegaron realmente a suceder.
Indudablemente, el shock eléctrico causado por ese rayo está en la raíz de sus visiones. Actúa, a mi modo de ver, como un gran amplificador emocional. Quizá de una manera psicosomática.

¿Habrá heredado Peter el don de sus antepasados de presagiar el futuro, o será todo debido a las secuelas de la descarga eléctrica recibida?

28 de agosto de 2016

“ÉRAMOS MENTIROSOS” de E. Lockhart, un accidente, un secreto, mentiras y… una verdad espeluznante.


¡Bienvenidos a la hermosa familia Sinclair! Aquí no tenemos delincuentes. No tenemos adictos. No tenemos fracasados.

Los Sinclair somos atléticos, altos y guapos. Somos demócratas adinerados.

Somos los Sinclair.
No nos falta de nada.
No nos equivocamos.

Vivimos, al menos en verano, en una isla privada frente a la costa de Massachusetts.

Quizá no necesitéis saber nada más...
La narradora y protagonista de esta novela, Cadence, nos presenta de esta manera a los suyos. Ella es la nieta mayor del poderoso Harris Sinclair y heredera de la fortuna de esta  familia que se reúne todos los veranos en la isla Beechwood (Nueva Inglaterra), donde se alzan tres mansiones para cada una de las hijas del abuelo: Windemere para Cady y Penny (su madre), Red Gate para la tía Carrie y Cuddledown para la tía Bess.

Juntos pasan cada año unas vacaciones maravillosas de sol, baños de mar, cenas en el jardín, y confidencias en el tejado. Son siete primos, pero solo cuatro tienen una relación muy especial y se hacen llamar Los Mentirosos: Cadence, Mirren y Johnny, de su misma edad y Gat, el mejor amigo de Johnny que, pese a no ser un Sinclair, siempre regresa a la isla.
Somos mentirosos. Somo hermosos y privilegiados. Estamos agrietados y rotos. Siempre hemos sido nosotros cuatro, los Mentirosos. Siempre lo seremos. Da igual lo que ocurra cuando vayamos a la universidad, nos hagamos mayores o nos forjemos una vida; da igual si Gat y yo estamos juntos o no. Da igual adónde vayamos, siempre podremos sentarnos en fila en el tejado de Cuddledown y contemplar el mar. Esta isla es nuestra. Aquí, en cierto modo, somos jóvenes para siempre

Todo es idílico hasta el verano número quince, que marcará un antes y un después. La abuela ha muerto, el abuelo está desquiciado y las tías no hacen más que pelearse entre ellas por la suculenta herencia. Además, Cady sufre un accidente y se despierta tirada en la playa con una lesión cerebral traumática, que a partir de entonces le producirá unas terribles jaquecas. Y entonces, los Sinclair ya no serán perfectos, empezarán a equivocarse, a tener delincuentes, adictos y fracasados.

Ella no recuerda lo que realmente ha ocurrido y parece que todos han hecho un pacto de silencio para no contarle la verdad.
Necesito que me cuentes qué ocurrió antes del accidente. Y después. Siempre dices que no fue nada importante, pero algo debió de pasarme aparte de golpearme la cabeza durante un baño nocturno

El verano diecisiete la familia vuelve a reunirse, aunque las cosas ya no son como eran antes. Incluso Los Mentirosos han perdido la frescura e inocencia de antaño. Lo que callan parece ser más importante que lo que cuentan:  verdades a medias y un pesado e incómodo silencio.
El silencio es una capa protectora sobre el dolor

Cady intentará recuperar imágenes mentales, fogonazos de aquella tarde-noche fatídica y de esa“verdad”que le es esquiva y que todos le ocultan.

¿Qué ocurrió verdaderamente ese día? ¿Conseguirá recordarlo todo?