Conoce a Dewey leemáslibros, el gato que inspiró el título de mi blog


10 de septiembre de 2016

“LA ÚLTIMA NOCHE EN TREMORE BEACH”, de Mikel Santiago, ¿visiones, premoniciones, o una cruda realidad?



“Todo indica que realmente vives dentro de esas visiones.

Te mueves, caminas, incluso saltas colina abajo cuando crees que algo te va a atacar.

Es como si estuvieras viviendo tu sueño despierto. Como si llevases unas gafas de realidad virtual puestas.

Pero eso no cambia la función de ese sueño, ni tampoco la pregunta principal que has de hacerte: ¿por qué lo estás soñando?"
Peter Harper, un músico compositor de bandas sonoras recién divorciado que pretende recuperar su inspiración y creatividad ahora marchitas, acaba de alquilar una casita en un apartado y perdido rincón en la costa de Irlanda Tremore Beach, cerca de Clenhburran, un pueblo muy pequeño en el que nunca pasa nada, ¿o casi nunca?

Tiene por únicos vecinos a una curiosa pareja con la que desde el primer momento hace buenas migas, Leo y Marie Kogan. Una noche después de cenar con ellos de regreso a casa tiene un pequeño accidente en medio de una brutal tormenta y es alcanzado por un rayo.

Ese suceso lo cambiará todo, porque a partir de ese momento empieza a tener flashes de visiones atroces tremendamente reales en las que aparecen sus dos hijos Jip y Beatrice, de ocho y trece años, (que han venido a pasar unos días junto a su padre),  Judie Gallagher, (la dependienta de una pequeña tienda y dueña de un albergue en el pueblo) con la que Peter ha empezado una relación sentimental, los Kogan, e incluso él mismo. Todos muertos, asesinados.

Peter piensa que quizás se haya vuelto loco, esquizofrénico, o que el rayo le ha podido convertir en un perturbado mental. O tal vez tan solo sea sonámbulo, sueñe despierto, o sufra alucinaciones visuales producto de su imaginación. Aunque también es cierto que no puede ignorar el recuerdo de las visualizaciones que su madre y su abuela tenían en el pasado, y que en varias ocasiones llegaron realmente a suceder.
Indudablemente, el shock eléctrico causado por ese rayo está en la raíz de sus visiones. Actúa, a mi modo de ver, como un gran amplificador emocional. Quizá de una manera psicosomática.

¿Habrá heredado Peter el don de sus antepasados de presagiar el futuro, o será todo debido a las secuelas de la descarga eléctrica recibida?

28 de agosto de 2016

“ÉRAMOS MENTIROSOS” de E. Lockhart, un accidente, un secreto, mentiras y… una verdad espeluznante.


¡Bienvenidos a la hermosa familia Sinclair! Aquí no tenemos delincuentes. No tenemos adictos. No tenemos fracasados.

Los Sinclair somos atléticos, altos y guapos. Somos demócratas adinerados.

Somos los Sinclair.
No nos falta de nada.
No nos equivocamos.

Vivimos, al menos en verano, en una isla privada frente a la costa de Massachusetts.

Quizá no necesitéis saber nada más...
La narradora y protagonista de esta novela, Cadence, nos presenta de esta manera a los suyos. Ella es la nieta mayor del poderoso Harris Sinclair y heredera de la fortuna de esta  familia que se reúne todos los veranos en la isla Beechwood (Nueva Inglaterra), donde se alzan tres mansiones para cada una de las hijas del abuelo: Windemere para Cady y Penny (su madre), Red Gate para la tía Carrie y Cuddledown para la tía Bess.

Juntos pasan cada año unas vacaciones maravillosas de sol, baños de mar, cenas en el jardín, y confidencias en el tejado. Son siete primos, pero solo cuatro tienen una relación muy especial y se hacen llamar Los Mentirosos: Cadence, Mirren y Johnny, de su misma edad y Gat, el mejor amigo de Johnny que, pese a no ser un Sinclair, siempre regresa a la isla.
Somos mentirosos. Somo hermosos y privilegiados. Estamos agrietados y rotos. Siempre hemos sido nosotros cuatro, los Mentirosos. Siempre lo seremos. Da igual lo que ocurra cuando vayamos a la universidad, nos hagamos mayores o nos forjemos una vida; da igual si Gat y yo estamos juntos o no. Da igual adónde vayamos, siempre podremos sentarnos en fila en el tejado de Cuddledown y contemplar el mar. Esta isla es nuestra. Aquí, en cierto modo, somos jóvenes para siempre

Todo es idílico hasta el verano número quince, que marcará un antes y un después. La abuela ha muerto, el abuelo está desquiciado y las tías no hacen más que pelearse entre ellas por la suculenta herencia. Además, Cady sufre un accidente y se despierta tirada en la playa con una lesión cerebral traumática, que a partir de entonces le producirá unas terribles jaquecas. Y entonces, los Sinclair ya no serán perfectos, empezarán a equivocarse, a tener delincuentes, adictos y fracasados.

Ella no recuerda lo que realmente ha ocurrido y parece que todos han hecho un pacto de silencio para no contarle la verdad.
Necesito que me cuentes qué ocurrió antes del accidente. Y después. Siempre dices que no fue nada importante, pero algo debió de pasarme aparte de golpearme la cabeza durante un baño nocturno

El verano diecisiete la familia vuelve a reunirse, aunque las cosas ya no son como eran antes. Incluso Los Mentirosos han perdido la frescura e inocencia de antaño. Lo que callan parece ser más importante que lo que cuentan:  verdades a medias y un pesado e incómodo silencio.
El silencio es una capa protectora sobre el dolor

Cady intentará recuperar imágenes mentales, fogonazos de aquella tarde-noche fatídica y de esa“verdad”que le es esquiva y que todos le ocultan.

¿Qué ocurrió verdaderamente ese día? ¿Conseguirá recordarlo todo?

23 de agosto de 2016

"PHOBIA" de Wulf Dorn, miedos, fobias y suplantación de identidades

“Ya he dado el primer paso, se repitió. Había llegado el momento de dar el segundo. Cerró los ojos un instante y se preparó para lo que estaba a punto de realizar.

Se repitió una vez más que su plan era correcto. No iba a cometer errores. Al contrario, lo que tenía pensado cambiaría el mundo.

No todo el mundo, eso era cierto, sino más bien un micromundo, pero... ¿no dicen los que saben que para alcanzar algo grande hay que empezar por algo pequeño?

Tenía miedo, pero eso estaba bien. El miedo lo espolearía. Sería su motivación. El miedo lo ayudaría a seguir adelante y completar su transformación”
Sarah sufre una fobia por la que tuvo que abandonar su trabajo de correctora de textos en una editorial. Miedos y más miedos que ni tan siquiera ella entendía, a no dar la talla, al fracaso y últimamente también a quedarse sola en casa con su hijo, sin su marido.
“Era el mismo miedo que le sobrevino tras su ascenso y se apoderó de ella volviéndola incapaz de abrir la puerta de su despacho, o de abrir la boca ante un grupo de compañeros de trabajo”

Una de esas noches en las que Stephen está de viaje de negocios, un hombre desconocido con la cara deformada llega a casa de los Bridgewater, haciéndose pasar por él. Ha venido en su coche, trae su maletín de trabajo, lleva puesta su ropa, se comporta exactamente como él lo haría y dice las mismas cosas que él diría. Pero no es Stephen.
“Lo más inquietante era su rostro, la expresión de su cara. Aunque... no, eso no es una cara. Es una caricatura. Una deformidad. ¡Dios! El rostro del desconocido estaba plagado de marcas y cicatrices que a la luz de la nevera aún abierta le conferían un aspecto ciertamente fantasmal”

Aunque no parece querer hacerles daño, ella se ve obligada a saltar desde una ventana para ir a pedir ayuda, porque teme por su vida y sobre todo por la de su hijo.

Pero a Sarah la policía no la cree y para colmo, el verdadero Stephen sigue sin aparecer, como si se le hubiera tragado la tierra.

Totalmente desesperada y sin saber ya qué hacer, un día se reencuentra con un antiguo buen amigo de la universidad, el psiquiatra el doctor Mark Behrendt, al que hace mucho tiempo que no ve y que también arrastra su propia fobia: su novia fue atropellada delante de sus narices sin que él pudiera hacer nada por evitarlo.

Mark ha regresado a Londres para asistir al entierro de su antiguo director de tesis, el doctor Otis. Juntos, él y Sarah  intentarán averiguar el paradero de Stephen, pero estarán solos en esto, ni siquiera la policía les ayudará.

¿Conseguirán desenmascarar al hombre de la cara marcada que está suplantando la personalidad del marido de Sarah? ¿Averiguar cuales son sus motivos? ¿Volverán a ver a Stephen con vida?

15 de agosto de 2016

“EL MENTALISTA DE HITLER” de Gervasio Posadas, un repaso a los antecedentes del Holocausto.




“En 1932 Berlín no era lugar para aburridos: la ciudad de los altos intelectos y los bajos instintos, de los tres teatros de ópera y la famosa filarmónica, de los veinte mil bares, restaurantes y cabarés, donde podía oirse el mejor jazz del continente.

Un tornado de idiomas, escaparates deslumbrantes, donde acudían turistas de todas partes del mundo en busca de sexo para ver, sexo para comer, sexo para usar y tirar.

Una ciudad llena de locales para heterosexuales, homosexuales, lesbianas, parejas, fetichistas, masoquistas, voyeurs y para cualquier otra tendencia que el visitante quizás no había ni imaginado que existía.

Histérica, deslumbrante, sórdida, siempre viva, los berlineses decían que en su ciudad ..."ni los animales dormían”
El periodista español José Ortega, Pepe para los amigos, es enviado a Berlín como corresponsal del Heraldo en 1932 para cubrir los sucesos políticos de una Alemania acuciada por una terrible crisis económica, altercados y revueltas.

Es el final de una época, donde la ciudad alegre y despreocupada que ha sido siempre, está cambiando por momentos. Donde algunos, como por ejemplo el líder del partido nacionalsocialista Adolfo Hitler, exaltan la crueldad y el odio hacia todo lo diferente a la raza Aria, particularmente hacia los judíos.
Los judíos siempre hemos sido la diana de los alemanes cuando las cosas van mal. Somos solo quinientos mil en un país con más de sesenta millones de habitantes, pero destacamos demasiado: los mejores artistas, los mejores científicos, los grandes hombres de negocios. Los nazis saben que hostigarnos da votos, pero al final no pueden engañarse: nos necesitan para que el país funcione, para salir de esta crisis, para crear los puestos de trabajo que prometen.

Con sus mensajes breves, claros y brutales, promete paz, trabajo para todos y el retorno de una Alemania poderosa, la más poderosa del mundo. Pero ¿a costa de que?
 «Si queremos que Alemania viva, debemos eliminar a los judíos». Nos quedamos sin saber si lo decía en broma o en serio, pero no había más que mirarle a la cara para darse cuenta de que no tiene mucho sentido del humor. «¿Cómo piensa hacerlo? ¿A garrotazos?, le preguntamos todavía un poco incrédulos. «¡Ojalá! ¡Si no hubiera tantos!

O como el hombre del momento, Erik Jan Hanussen, también conocido como "El Mentalista", con poderes reconocidos oficialmente por los tribunales, que parecía aprovecharse de la fiebre por lo sobrenatural y temas similares que sufría toda Europa. Carismático e influyente, con un pasado que prefiere mantener en secreto, se convierte en el Mentalista de Hitler, vaticinando que éste llegaría a ser canciller.

Dos personajes, el Führer y Hanussen,  con muchos puntos en común: ambos nacidos en el mismo país y el mismo año, los dos Aries, y ambos heridos en la guerra. Demasiadas coincidencias, para un destino que sin duda no podrán compartir.
Tengo que aclararle una cosa -dijo el Führer, apartándose el flequillo de la frente-, no creo en la videncia ni en la astrología. Yo trazo mi propio destino, marco mis metas y las cumplo. El éxito solo depende de mí mismo, del convencimiento que tengo de que Alemania me necesita. Me resulta particularmente repugnante la idea de que dos personas nacidas el mismo día compartan una misma suerte. ¿Acaso quiere eso decir que yo y, por ejemplo, un judío o un negro podemos ser iguales, que estamos regidos por las mismas estrellas?

¿Saldrán a la luz todos los secretos que oculta El Mentalista? ¿De qué manera influirán en su futuro y su destino? ¿Para bien o para mal?