Conoce a Dewey leemáslibros, el gato que inspiró el título de mi blog


29 de enero de 2016

"CICATRIZ" de Juan Gómez Jurado


“Aquella cicatriz. La cicatriz debajo de su ojo izquierdo. Una fina línea llega hasta la mitad de la mejilla. Larga y antigua, pero que en absoluto empañaba su belleza.

Nunca le pregunté por ella, porque intuí, no sé muy bien cómo, que no quería hablar de ello.

Mi primer error fue enamorarme de ella. El segundo error fue no preguntarle por aquella cicatriz.

La mala noticia es que estoy a punto de cometer el tercero, y que va a ser mucho peor que los dos anteriores. ¿La buena noticia? La buena noticia es que no viviré para lamentarlo”
Simón es ingeniero informático y hoy tiene la entrevista de trabajo probablemente más importante de su vida. Si todo sale bien, puede que se le brinde la oportunidad de entrar a formar parte de la plantilla de Infinity (una de las empresas más codiciadas por los jóvenes graduados), y de conocer sus múltiples secretos.

Tan solo hay un problema y es que Simón carece de don de gentes y adolece de cierta fobia social. Aunque tiene la suerte de contar con su abogado y mejor amigo Tom Wilson, que le acompañará en la presentación de su gran invento “Lisa”, el proyecto que le ha obsesionado durante años.
Un sistema para facilitar las compras de la gente. Basta con ver un objeto, capturarlo en la aplicación y listo, ya puedes comprarlo. No necesitas un código de barras, ni siquiera saber cómo se llama. Vas en el autobús, ves unas zapatillas de deporte que lleva alguien y diez segundos después puedes encargarlas a través de cualquier tienda online.

La cosa no sale mal, pero unos días después, Tom es asesinado y todas las pruebas incriminatorias apuntan en su dirección, y también en la de Irina, su novia ucraniana.
Si hay días en los que me resulta complicado entrar en una cafetería y pedir un capuchino con doble de canela, entrar en casa y decirle a la persona con la que vivo que sé que es una asesina, que sé que todo lo que hemos estado viviendo juntos es mentira, me resulta intolerable 

A Irina, la chica de la "cicatriz", la que arrastra un pasado turbio, oscuro y complicado, y que busca venganza a toda costa, la encontró en una de esas webs de matrimonios por catálogo y congeniaron desde el principio. Porque uno de los mayores miedos de Simón siempre ha sido el de morir solo, sin haber encontrado el amor verdadero.
¿Qué dirías de esta chica? Sus rasgos, algo asimétricos, son afilados, de pómulos marcados y labios generosos. Podría pasar por guapa en cualquier parte, sin ser espectacular, si no fuera por sus ojos. Los ojos son algo de otra dimensión. Si tengo que asignarles un color, diré el verde. Si tengo que asignarles una característica, diré intensos. Pero no hay manera de describir la fuerza de esa mirada, la tristeza serena que transmiten. Bajo el ojo izquierdo, una fina línea llega hasta la mitad de la mejilla. La cicatriz es larga y antigua, pero no afea el conjunto, al contrario, aporta una energía singular, casi inquietante.

Dos errores, quizás tres, son los que llevarán a Simón hasta el punto en el que se encuentra ahora, agobiado, sin retorno, sin salida posible.
A menudo en la vida, cuando mejor crees que van las cosas, es cuando más cerca estás de pifiarla a lo grande. Una cagada épica y espantosa que antes de cometerla te parecerá una magnífica idea. Tan buena que irás cantando y bailando hacia ella, como una cucaracha que se zambulle en un barreño de insecticida.

¿Conseguirá Simón trabajar para Infinity? ¿Quién habrá asesinado a Tom y porqué motivo? ¿Llevará la chica de la cicatriz a cabo su venganza?

¿Quién sabe...?, porque según las palabras del propio autor:
Conviene tener los ojos bien abiertos antes del matrimonio; y medio cerrados después de él.

1 de enero de 2016

“HAMBRE A BORBOTONES” de Álber Vázquez, canibalismo puro y duro.

 

“Nada se parece a un buen filete de carne humana. Nada iguala esa sensación única de deglutir un trozo de alguien igual a ti.

Deberíais probarlo. Dejar a un lado ese absurdo prejuicio que las sociedades han construido a lo largo de los milenios.

Somos miles de millones los que poblamos este planeta. Carne erguida sobre dos piernas que siempre se desaprovecha. Y no una carne cualquiera, no...

Estamos construidos con el sabor más intenso, más sugestivo y más fascinante de los que jamás han sido concebidos
Centenario no es un lugar normal. Allí se concentra probablemente la mayor cantidad de personas por metro cuadrado despiadadamente desalmadas, salvajes, sin ningún tipo de escrúpulos, entre ellos los Bonet.

Alicia, una mujer atractiva, inteligente y muy eficaz en su trabajo, regenta junto a su hermano Ismael (digamos el menos capaz de la familia y el típico cero a la izquierda), una galería de arte en la ciudad. Un buen negocio que además de servirles como tapadera, les permite de vez en cuando (no muy a menudo para no llamar demasiado la atención) hacer lo que más les gusta hacer: matar y comer carne humana.
Oculta al mundo que eres, desde que tuviste uso de razón, caníbal. Te  comes a la gente. Le sonríes cordialmente y, después, te la comes sin experimentar remordimiento alguno. No deseaba otra cosa en la vida. Lo deseaba con fruición. Un gran filete tostado por fuera y crudo por dentro. Delicioso.

Como Centenario parece que no se quiere privar de nada, también tiene su asesino en serie, Víctor Soldado, que ya ha actuado en varias ocasiones y que planea matar también a Alicia. ¡Pobre chico! Se está metiendo directamente en la boca del lobo… Y además no sabe que el inspector Mario Monge, sospecha de él y de sus macabros planes para con la delicada e indefensa galerista.
Yo mato gente, ¿sabes? Chicas. Chicas delgadas, menudas, guapas y rubias como tú. De hecho, me encantaría matarte, Alicia. De hecho, me encantará matarte, Alicia. Te reservo para un momento selecto y primoroso. Eres demasiado bella, demasiado angelical como para desperdiciarte en un apresuramiento.

También hay un secuestro en el que participa Ismael, deseoso siempre de vivencias extremas y una pareja que demuestra su amor a bocados, con ofrendas de trocitos de ellos mismos para saciar su “hambre a borbotones".

Y enmedio de  todo este elenco de circunstancias locas y descabelladas...

¿Podrá el inspector evitar lo que parece inevitable? ¿Cómo acabará todo?

8 de diciembre de 2015

"UNA REVELACIÓN BRUTAL" de Louise Penny, cuando la avaricia termina por romper el saco.


“Este caso no empezó con el golpe en la cabeza. Empezó años atrás, con otro tipo de golpe. Los asesinos van rumiando; se lo guardan todo, guardan resentimientos. Y esos resentimientos van creciendo.

Los asesinatos responden a emociones. Emociones que se vuelven malignas y se desatan. Lo que mata no se ve. Por eso es tan peligroso. No es una pistola, ni un cuchillo, ni un puño. No es algo que veas venir. Es una emoción rancia, descompuesta. A la espera de una oportunidad para golpear”
Three Pines es una pequeña población de Quebec a pocos kilómetros de la frontera de Vermont, donde nunca sucede nada. Por no tener, no tiene policías, ni semáforos, ni aceras, ni alcalde. Pocos habitantes en un pueblecito tranquilo, que se conocen entre ellos, se hacen compañía, se ayudan. Pero incluso en lugares así, la gente mata por tener lo que no tiene, por codicia.

La aparición de un cadáver de alguien desconocido por todos (o casi todos), y de una cabaña repleta de tesoros oculta en el bosque, vendrá a perturbar esa calma.
El Caos había llegado a Three Pines. Se les venía encima y estaban a punto de verse despojados de cualquier noción de seguridad, calidez o amabilidad
Armand Gamache, Inspector jefe del Departamento de Homicidios de la Sûreté de Quebec y el inspector Jean Guy Beauvoir, serán los encargados de la investigación, de averiguar la identidad de la víctima y el porqué de la existencia de tantos objetos de valor incalculable en medio de la nada.

Pista tras pista, irán ahondando en las emociones de los sospechosos y en sus miserias, discerniendo entre las verdades y las mentiras, escuchando lo que cuentan, pero sobre todo averiguando lo que callan, la eterna dualidad entre el bien y el mal que cada alma lleva dentro. Porque...

¿Acaso puede tener algún sentido matar a alguien que vive rodeado de riquezas y no llevarse ningún objeto de valor? ¿Es posible hacer algo así?

7 de noviembre de 2015

"CICATRIZ" de Sara Mesa


“El placer de sentirse obsequiada, agasajada, de ser objeto de la devoción de Knut, todo eso la está cegando, se dice.

Él se está construyendo una imagen de ella y ella le está dejando hacer. Al final terminará dañándole. Pero cómo evitarlo.

Ella no le ha pedido nunca nada, musita. Lo dice en voz alta, para sí, como si se defendiera en un juicio en el que los dos estuvieran en el banquillo de los acusados: No, nunca le pedí nada”
Sonia conoce a Knut, Knut conoce a Sonia en un foro literario de internet y empiezan a contactar prácticamente a diario.
Le parece que los participantes son más interesantes que en otros sitios: hablan de libros, de películas, intercambian opiniones políticas y chistes revestidos de sarcasmo que la hace sonreír. Se da de alta con un seudónimo masculino. Hay gente que entra a diario, a todas horas, y gente que casi nunca se deja ver; Hay muchos solitarios que buscan seducir, personalidades extrañas que se encelan, se ofuscan, presionan y luchan por el liderazgo en el grupo.

Ella le escribe, comparte opiniones, le cuenta cosas de su vida; a cambio, él le manda algunos libros que roba por y para ella (él es el típico "nini" que vive con sus padres, que no necesita trabajar, porque su oficio de ladrón de guante blanco se lo permite).
Knut admite, consagra gran parte de su tiempo al arte del hurto: libros, pero también otros bienes si es preciso. En cuanto al riesgo, no es algo que haya que minimizar: es cierto que está ahí pero él puede asumirlo perfectamente. Knut se crece en el reto. Sus ganas de complacerla, de hacerla feliz, son mayores cuando más difícil sea ese reto.

Al principio los envíos son esporádicos. Títulos que ella pide, pero sobre todo títulos que él sugiere o que piensa que ella debe leer de inmediato, asumiendo el papel de guía literario.
Eres la única persona que conozco a la que considero mi igual en el terreno del intelecto, le dice. La única con la que me apetece compartir mis lecturas.

La relación que mantiene con él es es radicalmente diferente a todo lo que había conocido hasta ahora, pero lo cierto es que su beca en el Archivo Municipal no le da para mucho y tanto regalo le viene muy bien. Además se siente halagada, porque es tentador ser el centro de atención de alguien hasta ese extremo y recibir sin tan siquiera pedirlo, zapatos, colonias y perfumes caros, ropa interior, lencería cara…

Pero en contra de lo que pueda parecer, no es oro todo lo que reluce: en ocasiones Knut puede resultar demasiado quisquilloso, cargante y llegará el momento en que Sonia sienta el deseo de frenar, de hacer algo para sacarle de su cotidianeidad.  Porque en eso se ha convertido: en una rutina más, a veces pesada, a veces incómoda, aunque muchas otras beneficiosa.
Él siempre está dándole vueltas a todo, ¿no se da cuenta de lo agotador que resulta? Un neurótico, le dice. Un perfeccionista insoportable, un fetichista.

¿Llevará a algún lado esta asfixiante relación que mantienen estos dos?