Conoce a Dewey leemáslibros, el gato que inspiró el título de mi blog


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12 de agosto de 2019

"VOY A HABLAR DE SARAH” de Pauline Delabroy-Allard

Cubierta de la novela de Pauline Delabroy-Allard, realista, erótica, romántica
“Escupe el humo hacia el cielo, formando una nube que se junta con las nubes. Hunde los ojos en los míos. Dice: <<Creo que me he enamorado de ti>>. 

Dice que se va a fumar otro cigarrillo para celebrar que ha sido audaz, valiente: suena en la oscuridad el chasquido de la cerilla, el olor del azufre se convierte para siempre jamás en el olor de la confesión que alivia, el olor de la realidad indecible que por fin se expresa, el olor de la verdad desnuda, que toma tierra, colocada ante mí como un regalo.”
Una noche, en una fiesta, dos mujeres se conocen por azar. Una, la narradora, vive su rutina de madre soltera y profesora con una pareja circunstancial. La otra es violinista, excéntrica, sensual y culta. Habla y ríe demasiado. Es Sarah.

A partir de entonces se suceden citas improvisadas, almuerzos, conciertos, lecturas, los cuartetos de Beethoven y la primavera en París. Hasta que un día Sarah dice: «Creo que me he enamorado de ti». Y se desata el amour fou, la pasión que quema a cada instante, y que, como ocurre con todas las grandes pasiones, no puede acabar bien.

1 de enero de 2016

“HAMBRE A BORBOTONES” de Álber Vázquez, canibalismo puro y duro.

 

“Nada se parece a un buen filete de carne humana. Nada iguala esa sensación única de deglutir un trozo de alguien igual a ti.

Deberíais probarlo. Dejar a un lado ese absurdo prejuicio que las sociedades han construido a lo largo de los milenios.

Somos miles de millones los que poblamos este planeta. Carne erguida sobre dos piernas que siempre se desaprovecha. Y no una carne cualquiera, no...

Estamos construidos con el sabor más intenso, más sugestivo y más fascinante de los que jamás han sido concebidos
Centenario no es un lugar normal. Allí se concentra probablemente la mayor cantidad de personas por metro cuadrado despiadadamente desalmadas, salvajes, sin ningún tipo de escrúpulos, entre ellos los Bonet.

Alicia, una mujer atractiva, inteligente y muy eficaz en su trabajo, regenta junto a su hermano Ismael (digamos el menos capaz de la familia y el típico cero a la izquierda), una galería de arte en la ciudad. Un buen negocio que además de servirles como tapadera, les permite de vez en cuando (no muy a menudo para no llamar demasiado la atención) hacer lo que más les gusta hacer: matar y comer carne humana.
Oculta al mundo que eres, desde que tuviste uso de razón, caníbal. Te  comes a la gente. Le sonríes cordialmente y, después, te la comes sin experimentar remordimiento alguno. No deseaba otra cosa en la vida. Lo deseaba con fruición. Un gran filete tostado por fuera y crudo por dentro. Delicioso.

Como Centenario parece que no se quiere privar de nada, también tiene su asesino en serie, Víctor Soldado, que ya ha actuado en varias ocasiones y que planea matar también a Alicia. ¡Pobre chico! Se está metiendo directamente en la boca del lobo… Y además no sabe que el inspector Mario Monge, sospecha de él y de sus macabros planes para con la delicada e indefensa galerista.
Yo mato gente, ¿sabes? Chicas. Chicas delgadas, menudas, guapas y rubias como tú. De hecho, me encantaría matarte, Alicia. De hecho, me encantará matarte, Alicia. Te reservo para un momento selecto y primoroso. Eres demasiado bella, demasiado angelical como para desperdiciarte en un apresuramiento.

También hay un secuestro en el que participa Ismael, deseoso siempre de vivencias extremas y una pareja que demuestra su amor a bocados, con ofrendas de trocitos de ellos mismos para saciar su “hambre a borbotones".

Y enmedio de  todo este elenco de circunstancias locas y descabelladas...

¿Podrá el inspector evitar lo que parece inevitable? ¿Cómo acabará todo?

18 de enero de 2013

"RECUERDOS" de Ramón Cerdá

Camilo tiene 78 años. Desde siempre adicto al sexo y habiendo experimentado todo tipo de aventuras, orgías, fiestas eróticas, con frecuentes incursiones en el alcohol y las drogas, pasa ahora sus últimos días en una residencia de ancianos.

Muy lúcido todavía (o al menos eso parece), empieza a plasmar por escrito sus vivencias, los detalles de sus excesos sexuales desmedidos, como ha ido sobreviviendo a sus tres mujeres.

La primera, Marta, de buena familia, guapa y educada por unos progenitores tremendamente religiosos. Lo que comenzó siendo un simple acuerdo entre padres, con muy mala pinta por sus tendencias sexuales extremadamente puritanas, acabó siendo la mujer que más quiso, perdurando su recuerdo en el tiempo, y su dramático fallecimiento en su conciencia.

La segunda, María, el matrimonio más aburrido de los tres, pero también la única mujer que no compartió con ningún otro. Su muerte fue supuestamente la más normalita.

Y la última Cristina, con 45 años menos, pero que tan buenos ratos le proporcionó como espectador sexual pasivo. Consintió en casarse con él tan solo por su dinero. Porque Camilo, sexualmente impotente a consecuencia de unas extrañas fiebres, poco ya podía ofrecerle, salvo su cariño y por supuesto, su fortuna.

Con ella hizo un pacto desde el principio "Comprendo que a tu edad tendrás tus necesidades y querrás que algún hombre te las satisfaga. Yo no me opondré a ello. Unicamente te pido que me quieras, que compartas conmigo los pocos años que me quedan" y le puso una única condición "cualquier relación que ella tuviera, debería de mantenerla en nuestra habitación y nunca debería apagar la luz. Yo la estaría mirando desde el interior del "armario" (un artilugio ideado por él para disfrutar desde el anonimato de las relaciones sexuales de Cristina y sus acompañantes. Una pared cubierta de espejos y al otro lado una estancia de unos 25 metros cuadrados, desde donde podía ver y escuchar todo lo que ocurría en la habitación del matrimonio).

Porque a Camilo le gustaba ser un simple espectador, contemplar a los demás en actos impuros y disfrutaba de verdad, a pesar de su total impotencia sexual.

Y el de Cristina, fue otro final trágico que también llevaba colgado a sus espaldas, impactante, que nunca conseguiría olvidar.

En la residencia no se está del todo mal. La dueña, un auténtico ogro, gorda y con pelos por todas partes, consigue hasta excitarle. Y por otra parte está Casilda, una viuda de 66 años que nunca recibe visitas y por la que siente muy atraído. Quizás hasta se haya vuelto a enamorar...

Pero también tiene sus inconvenientes: "Son lugares muy tristes ¿sabéis?. Es cierto que nos dan de comer y podemos acostarnos cada día sin demasiadas preocupaciones, salvo seguir vivos un día más, pero en el fondo no somos más que objetos, como chasis de cartón viejo lleno de sentimientos y recuerdos que no sirven para nada y que ocupan demasiado espacio"

¿Conseguirá Camilo sacar a flote sus recuerdos más íntimos, más escabrosos, incluso los que preferiría haber olvidado? ¿Aliviará en algo su conciencia el hecho de escribirlos?

Os dejo un video-reseña y recalco esta frase que describe de forma muy elocuente el libro: "Una historia que bien podría tacharse de locura, con ciertas dosis de cordura"


Por cierto, por curiosidad he buscado esta novela en librerías como La Casa del Libro o la Fnac y no lo tienen. Por lo que, exceptuando las ediciones especiales en papel de la revista Tiempo, parece que solo están disponibles en formato electrónico en la web de Amazon.

29 de julio de 2012

"CINCUENTA SOMBRAS DE GREY" de E. L. James

Cuando la joven estudiante de literatura Anastasia Steele accede a hacerle el favor a Kate, su amiga y compañera de piso, de entrevistar por ella al rico empresario Christian Grey para el periódico de la facultad, no puede sospechar hasta que punto cambiará su vida.

Surge entre ellos el típico flechazo a primera vista, una atracción fatal que deriva en una relación muy compleja.

Al principio, todo asemeja un cortejo de lo más usual: chico conoce chica, se atraen, se gustan, se enamoran. Pero las cosas no marchan por esos derroteros...

Ana tiene 21 años, es virgen, inocente y cuando conoce a Christian, comienza a experimentar los primeros síntomas de la seducción, una corriente extraña cuando él le toca, mariposas en el estómago. Y es que es tan atractivo, tan guapo...

Anastasia se deja llevar y cuando quiere darse cuenta ya está atrapada en sus ojos impenetrables, en el hechizo de ese hombre, que tiene un lado triste y que peca de todo, salvo de usual.

Pero probablemente ambos esperen cosas muy distintas uno del otro: el tiene gustos sexuales fuertes, relacionados con el BDSM, quiere una relación amo/sumisa y que ella firme un contrato pormenorizado con unas estrictas reglas a cumplir.
"¿Cuál es la reacción adecuada cuando descubres que tu posible amante es un sádico o un masoquista total?" 

Algunos juegos eróticos, de este "obseso del control", no le gustan, no terminan de convencerla, como por ejemplo los azotes. Aunque obviando estos detalles más escabrosos, la verdad es que Ana está encantada con todo lo que él le hace.

Pero se está enamorando y llega un momento en el que quiere más: un novio, un compromiso, algo más que sexo, sexo y solo sexo.

Desde los comienzos Christian le ha advertido que se aleje de él, que no le conviene, que su vida no ha sido fácil, que esta envuelto en cincuenta sombras...
"Anastasia, deberías mantenerte alejada de mí. No soy un hombre para ti —suspira". 

¿Será Christian capaz de ofrecerle una relación normal? ¿Firmará Anastasia su contrato? ¿Tendrá madera de sumisa? ¿Surgirá verdadero amor entre ellos? ¿Conocerá por fin sus cincuenta sombras?