Conoce a Dewey leemáslibros, el gato que inspiró el título de mi blog


Mostrando entradas con la etiqueta Megan Maxwell. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Megan Maxwell. Mostrar todas las entradas

5 de febrero de 2012

"LAS RANAS TAMBIÉN SE ENAMORAN" de Megan Maxwell

Es nochevieja. El 2010 acaba de empezar. Marta, Patricia y Adrián, se preguntan que les deparará el nuevo año. Los tres trabajan en el taller de trajes de flamenca de la conocida sevillana Lola Herrera y además de compañeros de trabajo, son buenos amigos, de esos con los que puedes contar en todo momento.

Marta, la protagonista de esta historia, no ha tenido una vida fácil. De bebé fue abandonada y criada en un orfanato de Valencia. Tuvo dos familias de acogida y las dos le salieron "rana" (nunca mejor dicho...).

La primera, porque cuando la mujer murió, el hombre no quiso hacerse cargo de ella.

Cuando el padre de la segunda familia intento propasarse con ella, escapó, viviendo entre los once y los quince años, con un grupo de chicos de la calle.

Para rematar esos tiempos tan duros, se enamoró de Gabriel y la mala fortuna hizo que quedara embarazada. Este hecho supuso su tercera gran decepción con los hombres porque el padre de su hija se desentendió por completo del tema y desapareció como por arte de magia, al enterarse de su estado de buena esperanza.

Al principio su idea pasaba por darla en adopción, pero cuando la tuvo en sus brazos, ya no la pudo soltar. Unas monjas las acogieron a las dos, cuidando de su hija Vanesa mientras ella limpiaba portales y casas. Y ¡¡lo que es la vida!! En uno de esos portales conoció a Lola, la famosa diseñadora de trajes de flamenca, que se apiadó de ella y la contrató de interna en su hogar.

A los 19 años le ofreció un empleo en su taller como aprendiza y poco a poco Marta fue ascendiendo en la empresa, "aquella muchacha le demostró que valía para todo lo que se propusiera. Su decisión y su fortaleza fue algo que a Lola siempre le admiró". Pero ella no era una jefa, era la madre que nunca tuvo y que además adoraba a Vanesa.

En los primeros capítulos, Patricia le propone jugar a "la rana": 
--"¿Cual es el juego de la rana?
-- Como el de la oca. Pero esta vez se dice: de rana en rana y busco otra porque me da la gana.
-- Ah... pensé que era de rana en rana y me tiro otra porque me da la gana.
-- Mujer... pretendía ser más fisna y elegante"

Y entonces  Marta conoce a Philip. Empieza el juego con "su rana", disfrazada de rubio guiri trajeado.  Entonces no podía ni tan siquiera imaginar que, entrando al trapo, se podría estar tirando piedras sobre su propio tejado.

Sus primeros encuentros son más bien encontronazos, ambos tienen bastante genio y hacen gala con demasiada frecuencia de comentarios irónicos, dando la sensación de que nunca van a conseguir entenderse, de que se caen fatal.

Sólo coinciden en una cosa: ninguno de los dos quiere un compromiso serio, una relación duradera, ni nada más allá de pasar un buen rato, un poco de compañía, un poco de calor... Y es por eso que firman un trato que ninguno debe incumplir:
--"Pero que quede claro que esto es sólo sexo. Algo sin importancia entre tú y yo. Nada de relación. Nada de exclusividad ni reproches. Ambos somos personas adultas y libres para hacer lo que queramos ¿hay trato?
Aquello era el mejor ofrecimiento que le habían hecho nunca. Dispuesto a disfrutar de lo que tenía entre sus brazos asintió besándola.
--Trato hecho, honey".

Pero como ya se sabe, los designios del amor son inescrutables y los polos opuestos se atraen, ¿quién sabe adónde les llevará tanta discusión? ¿Incumplirán su trato o dejarán escapar ese tren que sólo pasa una vez en la vida?