Conoce a Dewey leemáslibros, el gato que inspiró el título de mi blog


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1 de octubre de 2017

“MÚSICA PARA FEOS” de Lorenzo Silva, una preciosa historia de amor con banda sonora


“Pensé, también, que todas las canciones que él me mandaba eran, año arriba o abajo, de esos 80 que a mí me vieron nacer y en los que él había vivido su adolescencia y juventud.

En cierto modo pertenecíamos a mundos diferentes, y la música que escuchábamos y nos enviábamos lo delataba. Su sensibilidad se había educado en tiempos más ingenuos que los míos. La música que a mí me había saludado en el despertar a la vida adulta era menos pura, más resabiada: a la producción, con mucho más aparato tecnológico, se sumaba una especie de cálculo de los intérpretes, que era todavía más visible cuando hacían versiones de melodías antiguas”
Tres años han pasado desde aquel viernes cualquiera en el que Mónica salió de fiesta con su amiga Alba, sin otra pretensión que pasar el rato, ligar un poco, y bailar mucho en algún antro de mala muerte. Pero no contaba con que a veces la vida te sorprende y te pone en bandeja la felicidad, la oportunidad de salir a flote, de conocer a alguien especial.
Porque esa noche, en vez de estrellarme, encontré lo único hermoso y limpio que de veras he tenido
Y la vida sorprendió a Mónica, esa noche en la que conoció a Ramón, un hombre bastante más mayor que no para de mirarla mientras baila y que se ofrece a acompañarla a casa rechazando la invitación de subir a tomar algo.
Son las reglas. No se puede disparar contra quién no está en condiciones de dispararte a ti. No sería un blanco legítimo. Mejor si no has bebido. Voy a hacer una cosa. Voy a darte mi teléfono. SI te parece bien, mándame un sms con un lugar y una hora, para el sábado que viene. Y te lo piensas, y si entonces aún quieres, vas. Y si yo quiero, iré.
Ramón es una hombre sensible, misterioso, que prefieres expresar sus sentimientos a través de las canciones, pero tiene un secreto: su profesión. Mónica es periodista y él es . . ., eso no se lo desvela ni ese día, ni al siguiente, ni al otro.  Más adelante, cuando tengan más confianza, quizás lo hará.
He traído una canción. Quería que la oyeras un poco más tarde, pero creo que es mejor que te la ponga ahora. ¿Te dejas? No soy bueno con las palabras. A veces me cuesta decir lo que siento, y prefiero que alguien lo diga por mí. Escucha, por favor. 
Y cuando mejor están, él entonces le comunica  que debe irse por razones de trabajo, a no se sabe donde, ni a hacer qué cosa. Para entonces, algo muy especial ya ha surgido entre ambos y no hay vuelta atrás.
Lo que quiero contar, dejando a la imaginación y la preferencia de cada cual los detalles concretos, son las sensaciones con que se fue armando mi convicción de que aquel hombre era el hombre. De que aun enigmático y hasta cicatero en darme cuenta de su vida, era limpio y era de verdad y, por encima de todo, yo quería estar con él
Ninguno quiere separarse del otro, pero solo serán unos meses, unos meses que seguramente se harán eternos, con una letra distinta cada día, una música que los unirá para siempre.
La ausencia es aire, que apaga el fuego chico y aviva el grande
¿Cuál será el secreto de Ramón, su profesión? ¿Será algo tan malo como para hacer cambiar a Mónica su opinión respecto a él?

10 de julio de 2012

"LA LLUVIA DE PARÍS" de Lorenzo Silva

Laura, Silvia y Irene viven en Getafe (Madrid) y son tres amigas de las buenas, de las que se cuentan todo, de las que comparten todo. Tres adolescentes con todas las preocupaciones, problemas e inquietudes características de esa edad tan complicada, en la que ni se es adulto, ni se es niño.

Silvia es la guapa, que no tonta, del grupo, Irene la empollona, la lectora voraz y ¿Laura?

Laura es la narradora de esta historia que empieza a la vuelta del verano. Silvia ha conocido a un director de cine en la playa, que le ha ofrecido un papel en una película. Si decide aceptar la oferta, deberá dejar los estudios por un tiempo, y vivir en París. ¡Tentador...! ¿No?

Sus dos íntimas amigas se debaten entre la alegría que sienten por su suerte y cierta envidia por no poder estar en su pellejo.

El día anterior a su partida, sellan su amistad con un pacto, una promesa: “Tenemos la suerte de habernos conocido y de estar juntas, para esto y para lo que venga. Aunque ahora nos toque separarnos. Con París y sin París, lo mismo si nos va bien como si no, siempre seremos amigas. Tenéis que prometérmelo, siempre amigas. Hasta la muerte. Y por lo menos, una vez al año, estemos donde estemos, vendremos  aquí a brindar por nosotras” 

Su marcha en pos de la fama, provocará cambios y hechos curiosos en la vida de Laura e Irene, que tendrán que acostumbrarse a estar sin ella, volcándose la una en la otra. Y por otra parte, Silvia tendrá que madurar a marchas forzadas, para intentar hacerse un hueco en un mundo lleno de hostilidades, de zancadillas.

Todo parece ir viento en popa para ella, hasta que un día, empieza a llover y llover, no para de llover. Y todo se tuerce...

La falta de noticias, la interrupción de la correspondencia desde París, de forma repentina, trae consigo un mal presagio.   

¿Se habrá olvidado Silvia de ellas? ¿Conseguirá ésta hacer realidad sus sueños? ¿Perdurará en el tiempo esa unión tan especial, resistiendo los embates de la distancia?