Conoce a Dewey leemáslibros, el gato que inspiró el título de mi blog


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3 de mayo de 2022

“NUNCA PASA NADA” de José Ovejero

Cubierta de la novela de José Ovejero, 2007, inmigración e integración de los inmigrantes
Si había tenido una niña fue por el asedio de Nico, al que acabó rindiéndose con una condición tajante: tú eres el responsable principal, yo le daré el amor que me sea posible, pero sin coartar mi libertad; saldré por las noches si lo deseo, tendré una vida independiente de la maternidad, no permaneceré esclava al lado de la cuna y a la puerta de la guardería. Seré la tía más cariñosa del mundo, pero sólo eso: tía, no madre.

A Carmela le aterraba que el resto de su vida quedara definido por el mero hecho de parir. ¿No había manera de «tener hijos» sin «ser madre», de convertir la maternidad en algo pasajero, susceptible de ser interrumpido o abandonado? Al contrario que otros padres, Carmela estaba deseando que la niña creciera. Su infancia se le hacía innecesariamente prolongada; su extrema dependencia, una carga excesiva.


25 de abril de 2021

Reseñas 2x1: “LOS OJOS CERRADOS” de Edurne Portela y “HUMO” de José Ovejero.

Cubierta de la novela de Edurne Portela, realista, violencia, guerra civil española
“Vuelvo no sé de dónde, de qué pensamiento o de qué sueño y me da la impresión de que he pasado mucho tiempo con los ojos cerrados, como si hubiera estado muerto un tiempo porque no sé dónde he estado ni con quién, si he pensado o me he movido, si he comido o he cagado.

Siempre he podido hacer eso, ver lo que hay detrás de los ojos. Desde niño, cuando empecé a sufrir esto de cerrar los ojos mucho tiempo, he visto más que los demás. Veo incluso lo que hay detrás de los ojos de los muertos."



Novela Humo de José Ovejero, realista, autor madrileño, ambientación rural, naturaleza
“La llegada de ese aire helado me produce todos los años una sensación de desaliento y de rabia a la vez. Me paraliza durante horas en el interior de la cabaña. Me hace pensar en la huida o imaginar un milagro -⁠mentira, ni siquiera puedo imaginarlo⁠- que venga a resolver mis problemas. Con la entrada del invierno nuestra vida se vuelve aún más precaria si cabe, más incierta. Otra vez el hielo. Otra vez la nieve. Sobre todo, otra vez el hambre. ¿Tendrán temores parecidos los pocos animales que habitan estos bosques?

No hay momento en el que no pueda ocurrir cualquier desgracia: el hambre, una intoxicación, las abejas, una helada brutal, un merodeador. Hay cosas a las que no puedes anticiparte, sólo actuar con cautela.”