Conoce a Dewey leemáslibros, el gato que inspiró el título de mi blog


2 de octubre de 2022

“EGO Y YO” de Yolanda Regidor

Cubierta de la Novela de Yolanda Regidor, XXX Premio Jaén de Novela en 2014, amistad
"En el crepúsculo todo habla: todas las cosas del universo lanzan su mensaje. Y esa elocuencia es contagiosa. Y fluye de una forma tranquilizadora durante las horas de la noche. Y todo cobra trascendencia. Y nada importa. Pero la luz del amanecer se encarga de pasar la hoja. La claridad de la madrugada siempre es lánguida, sin brillo; y es por esa ausencia de destellos por lo que se ven las cosas con toda precisión, pues nada nos deslumbra. Entonces el mundo deja de parecer hermoso y limpio, porque esa luminosidad hace destacar lo feo, lo sucio, lo ajado, las arrugas profundas.

Normalmente, después, vuelven los destellos del sol para cegarnos, para actuar de photoshop y hacernos ver la vida con lustre. Pero hay mañanas en las que no da paso. Y esa era una de ellas".


Repito con Yolanda Regidor, con su segunda novela ganadora del XXX Premio Jaén de Novela en 2014. Y también es la segunda novela que leo de la autora, y no será la última, sin duda. Porque si ya “La última cabaña” me sorprendió y me fascinó, con “Ego y yo” corroboro, ratifico, todas y cada una de mis primeras impresiones con ella. Y ahora sí que sí, allá que va de cabeza a mi lista de autoras preferidas.


La trama, mi trama sin spoiler

“Ego y yo” narra la intensa relación de amistad entre dos hombres que son muy distintos entre sí, como la noche y el día, el Ying y el Yang, el decidido y el inseguro, el bueno y el malo, dos almas opuestas que un día se encuentran y se fusionan, se complementan, se completan. 
Siempre fue así. Él hacía, yo pensaba por qué. Él rumiaba, yo inventaba el qué. 

Dos hombres sin nombre, como todos los personajes que aparecen en la novela: Ego y Él, Él y Ego (no se nombra nunca esa palabra, pero según avanzas en la lectura es fácil adivinar el porqué del título) así los llamo yo. 

Él, el Bueno, narra, nos va contando lo sucedido en esos cuatro fatídicos días de su particular “on the road”, un corto viaje que emprenden juntos ya bien mayorcitos, pero echando también la vista atrás, intercalando pasado con presente, intentando recordar cómo llegaron a ser esos amigos inseparables de la infancia, carentes ambos de afectividad, que se buscaban, que se necesitaban. 
Mi amigo me era imprescindible para sentir a través suyo lo que yo de ningún modo podría atreverme a experimentar, y él me necesitaba a mí para dejar de percibir tanto y tan excéntricamente, para dar algo de racionalidad a su vida de saltabardales.

Y el episodio de aquel tremendo momento que les marcó y les unió para siempre, el suceso con el que arranca la novela, el de dos niños de siete años descubriendo el cadáver del padre de uno de ellos con una soga al cuello.
Pero ambos éramos conscientes de que, ante todo, nos había unido una imagen; aquellos pies colgando nos dejaron trabados para toda la vida.

Sabremos por Él, que hay una mecha que prende, una única frase-chispa que prende una “Mecha de artefacto” que lo desencadena todo, que conduce a un desenlace terrorífico: «Hemos hablado poco de ello». Cinco palabras que a priori pueden parecer inofensivas, pero que se convierten en la excusa perfecta para detonar la explosión, para iniciar ese viaje solo de ida sin retorno posible.


Los puntos fuertes de la novela

✔ Marca de la casa de esta autora son los personajes que crea, magníficos, muy creíbles y complejos, tanto Ego como Él, un único espejo que refleja las dos caras del ser humano:

Ego (os recuerdo que soy yo la que lo llamo así, porque sin duda ese título se refiere a ese personaje que desborda ego a raudales, que no tiene abuela, que se cree mejor que nadie) nunca conoció a su madre y su padre se suicidó casi delante de sus narices, su abuela le adoptó, pero siempre se sintió muy solo, sin familia. ¿Es posible que todos estos avatares pudieran haber contribuido a forjar su perversidad, su arrolladora y malvada personalidad

Porque así es el Malo, lo que viene siendo un embaucador, un canalla redomado, también impaciente, impetuoso, lleno de pulsiones e instintos salvajes, un ser que siente todo de una forma extraña, extrema, al que se le cruzan los cables “a potencia máxima y sin limitador de corriente”.

Él, es la otra cara de la moneda, el Bueno, el “normal”, el racional, virtuoso y mediocre. Guarda con celo un secreto inconfesable, pero él sí que tiene unos padres que le demuestran cariño, o al menos lo intentan. De hecho, otro de los personajes estrella de la novela es su madre, a la que Él llama Platera, su Platera, porque “Mi madre era pequeña, peluda y suave, como Platero; con hermosura caballar sin llegar a yegua; con una ternura que no entraba en conflicto con su terquedad y una fragilidad que convivía con su dureza”

Platera presiente desde siempre que Ego es peligroso, que no es buena influencia para su niño, que no le conviene esa amistad, e intenta por todos los medios separarlos. 
Vive Dios que intenté portarme bien, que le rehuí, que le ignoré, que le negué hasta tres veces… Fue en vano. No solo porque fuese insistente, envolvente, un seductor, un jodido liante, sino porque el miedo a perderle hizo que me amarrase a él con más fuerza. Y esta vez sí que me embaucó, me arrastró hasta sus entrañas; de tal forma que solo quería sentir lo mismo que él sentía, ver por sus ojos, oír con sus oídos… pero también hablar por su boca y actuar a su modo. Me convenció, sin tener que decirlo, de que yo era él, de que él era yo.

Además, es una madre excesivamente controladora que lo quiere solo para ella, que no desea compartirlo con el padre, el único personaje de la historia que le demuestra su amor de una forma más normal.
De ese modo, sucedió que yo ya era suyo, solo suyo, y ella de mí, solo de mí; mi padre, pues, sobraba. La distancia que había tomado él no era por trabajo, no era porque tuviese una amante ni porque se hubiera dado a la bebida. De hecho, ella nunca le reprochó nada, nada de nada. Yo ya había notado la distancia de mi padre, pero hasta ese día no fui consciente de la requisa que mi madre había hecho conmigo. Se había ido apropiando de mi persona, y claro, había sido en detrimento paterno, pues ella no sabía hacerlo de otro modo.

✔ De nuevo resalto la prosa de Yolanda Regidor, de las de saborear despacio, delicada, apetitosa, sugerente, de las de anotarlo todo. Imposible dejar de hacerlo, aunque suene repetitiva. Una autora que alterna en sus escritos, como ella misma dice, “lirismo y crudeza, porque así es la vida”
La memoria es un misterio; hace y deshace a sus anchas. La mayor parte de las veces nos protege, para que podamos ser felices. Otras, convierte las vivencias en bombas de relojería: se toman su tiempo, pero acaban estallando. Creo que no lo hace de mala fe; quizá espera de nosotros un crecimiento postraumático.

 “Ego y yo” me ha parecido una gran novela, excelente, disfrutona, de esas que te agarran y no te sueltan, con un final increíble, de los que a mi me gustan, inesperado, retorcido, con una vuelta de tuerca grandiosa, una última pirueta de esas que te obligan a replantearte lo leído hasta el momento. Una lectura dura, casi se podría decir que de terror psicológico. Y el tema de fondo. . ., un completo destripe de la amistad y sus entresijos.
La amistad es un alma que habita en dos cuerpos.


Resumiendo: “Ego y yo” cuenta la inquietante historia de una rebuscada amistad, un viaje insólito y singular de dos amigos que dependen emocionalmente el uno del otro, de dos amigos inseparables, o que creen que lo son. Un viaje de descubrimiento y de confesiones inaceptables, de intentar salvar esa invisible distancia que a veces separa las grandes amistades. Pero también es la historia de una traición, y de una venganza, o de dos traiciones, porque la amistad a veces puede llegar a ser muy traicionera.


¿Y qué más os puedo decir? que os la recomiendo, que os recomiendo conocer a Yolanda Regidor y que lo próximo suyo que leeré será muy probablemente "La piel del camaleón", que ya está ahí haciéndome ojitos.

Instinto de supervivencia y miedo a la soledad. Esos son los dos motores que mueven el mundo, que nos llevan a cada uno de nosotros porque cada uno de nosotros los llevamos dentro.


Mi nota esta vez es la máxima, para variar, dicho sea irónicamente:




24 comments:

  1. Ya me llamó la atención la otra novela de Yolanda Regidor que reseñaste no hace mucho. Esta también me tienta. No sé muy bien por qué, pero suelen llamarme la atención las novelas en las que los personajes no tienen nombre, es como si pudieran ser cualquiera de nosotros. Y ese ego y ese yo (o ese ego y ese él, como tú los llamas), parecen representar una dualidad muy interesante. Se ve que tendré que leer a Yolanda Regidor.
    Besos

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    1. Sí, Lorena, eso creo yo también, que tienes que leer a esta mujer, estoy bastante segura de que te gustarían cualquiera dude esas dos que yo he leído (igual me equivoco..., pero creo que no)
      Besos

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  2. Hola. No, no quiero personajes sin nombre. A lo mejor dentro de mucho tiempo cuando esto que parece una moda se calme pero es que de verdad, me exaspera y me pone muy nerviosa. Ya sé que hay gente que esto no le importa o como dicen por aquí, mejor porque hace a los personajes más como si fuera cualquier persona, pero vaya, le pones Pepe o Manolo y es la misma cercanía. Me da rabia porque la historia me gusta, con esa relación de amistad, secretos y traiciones. Ya tenía apuntada la de la cabaña, así que empezaré por ahí.
    Besines

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    1. Hola! bueno, si tanto te exaspera, pues no hay necesidad, hay tanto por leer y para elegir...
      Aunque también te digo que yo, conociéndote como te conozco literariamente hablando, te diría que no la deseches solo por eso, el narrador cuenta la historia de su amigo y suya, que resulta ser bastante personal y cercana a pesar de no tener ellos nombres.
      Yo, personalmente, no considero ese detalle ni mejor ni peor, es algo que me da bastante igual, para mi solo una peculiaridad más de la novela, porque lo que de verdad me importa es, que lo que me cuente me interese y cómo me lo cuente también, y es el caso. Pero es cierto que últimamente es algo que se repite y vemos a menudo (¿moda?, puede que sí) aunque yo creo que de eso ha habido siempre, creo recordar haberme encontrado desde siempre con historias con personajes sin nombres.
      De todas formas, te recomiendo lo que tienes pensado hacer, leer el de la Cabaña y según lo que encuentres ahí (igual no te gusta para nada el estilo de Yolanda Regidor), decidas si este le desechas o no, pero creo que te perderías una gran novela.
      Vaya rollo que te he echado, jeje.
      Besines

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  3. Es cierto que no solo es el amor el portador de grandes traiciones. La amistad, que no deja de ser otra forma de amor, a veces acaba de muy mala manera. Me gusta el contexto de la novela. Esa reflexión implícita sobre la amistad y la forma de escribir de la autora por los pasajes que dejas y por lo que señalas es algo muy motivador. La reseña estupenda, Marian. Me gusta esa libertad creativa para bautizar a los personajes ;)
    Besos y feliz tarde.

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    1. Sí, algunas amistades acaban también de mala manera, ¿Quién no ha sufrido una traición por parte de una amiga o amigo en algún momento de la vida? Yo no levanto la mano, por desgracia. Ese tipo de traiciones y abandonos también duelen mucho, porque como tú dices, nos priva de ese otro tipo de amor, que yo al menos valoro mucho.
      Gracias siempre por tus palabras, Miguel.
      Besos y feliz semana entrante

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  4. ¡Holaaa!
    ¡Uy! Un libro que promete, y mucho, una intensa historia de amistad, un viaje singular y un desenlace inesperado... pues sí, sabes bien que con tu reseña no me dejas indiferente.
    Yolanda Regidor me conquistó y atrapó con "La última cabaña", nunca me resisto a las prosas delicadas, exquisitas, esas que hacen malabares con tus emociones, te remueven, sacuden, inquietan y te hacen experimentar todo tipo de sentimientos.
    Esas plumas que calan hondo explorando la complejidad del ser humano y te obsequian historias intimistas, duras, crudas y arrolladoras, pero que dejan huellas en nuestra manera de pensar.
    ¡Y qué cubierta tan bien lograda!
    Mientras un columpio va, el otro viene...
    !Gracias por tan buenas sugerencias de lectura! 😉

    Un gran abrazo y feliz semana 😘

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    1. ¡Holaaaa!
      sí, Mariana, sabía que este te iba a llamar la atención, si es que nos parecemos mucho tú y yo.
      Además, como dices ya conoces la forma de escribir de Yolanda Regidor y esta historia..., pues es de las que muestra hasta donde es capaz de llegar el ser humano, y ese personaje malévolo, Ego, pues es tremendo de esos que se te quedan. Me pregunto cuántos Egos sueltos habrá por el mundo, probablemente demasiados, quizás a nuestro lado aunque no podamos saberlo. Es terrorífico
      Tienes que leerlo
      Un beso enorme y feliz semana para ti también

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  5. ¡Ahí va, y yo sin haber leído nada de Yolanda Regidor! Pues esto habrá que solucionarlo. Tomo nota de estos títulos: "La última cabaña" y "Ego y yo".
    Sobre lo de que los personajes tenhan nombre o no, la verdad es que me es indiferente; pero tengo constancia de que hay personas que no lo soportan. Siempre recordaré que un año mis alumnos de Literatura echaron en cara a Juan José Millás que en la novela "Papel mojado" que habíamos leído los personajes no tuvieran nombre. "¡Adónde vamos a llegar, profe. Esto no hay quien lo entienda!", me dijeron. Y yo me reí con ganas junto a ellos.
    Un beso, Marian

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    1. ¡Hola Juan Carlos!
      tienes que leer a Yolanda Regidor, seguro que e sorprende. A mi tampoco me importa demasiado lo de los nombres, lo considero de hecho una peculiaridad más
      Un beso enorme!!

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  6. A mí lo de los personajes sin nombres me desespera un poco, pero me dejas con tantas ganas de disfrutar de la prosa de esta autora, que no me importaría empezar con esta novela, que señalas muchas cosas buenas.
    Besotes!!!

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    1. ¡Hola Margari!
      podrías también empezar por La última cabaña, cualquiera de las dos me gustaron mucho
      Besotes

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  7. Pues así como en La última cabaña me podía disuadir la soledad del personaje aislado en plena naturaleza (aunque ya me aclaraste que no era así) en Ego y yo, todo me atrae: el niño bueno, el malo, las historias de ambos, esa traición o traiciones y ese final con vuelta de tuerca. Apuntada queda.
    Un beso.

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    1. ¡Hola Rosa!
      las dos novelas son muy buenas, si tuviera que elegir no sabría decirte con cual me quedaba. Me quedo con Yolanda Regidor, espero que para siempre.
      Me encantará conocer tu opinión si lees alguna
      Un beso

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  8. ¡Hola, Marian! Cómo negarme a leer esta novela, con tan buenas opiniones. Disfruto mucho de las historias que hablan de la amistad, de la traición, de lo bueno y lo malo y con finales que sorprendan. Estoy tomando nota de esta autora, ya que después de leer tu reseña, me ha dejado con muchas ganas de conocer más de su obra. Gracias por la reseña. ¡Un besito!

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  9. ¡Hola, Marian!

    Sé que cuando me meto en tu blog conoceré a autores nuevos y esta vez no ha sido la excepción. No sé en qué mundo vivo ja,ja,ja.

    Me gustan mucho las novelas en las que se establecen conexiones entre personajes tan dispares; creo que de esta manera se les explora mejor y se les saca mucho provecho; y por lo que veo en este libro vamos a encontrar esto.
    ¡Felicidades por la reseña!

    ¡Un beso!

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    1. ¡Hola Laura!! que bien saber que eres tú...Me alerta
      era saber que cuando me visitas te llevas sugerencias de autores interesantes por descubrir y sí, en esta novela hay dos personajes dispares, como la noche y el día. Es una novela y una autora muy buen, te gustará
      Un beso!

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  10. Por cierto, la del comentario de arriba soy yo ja,ja,ja,ja.

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  11. Antes de leer tu reseña pensé que el título tenía claras resonancias con "No y yo" (No et moi) de Delphine de Vigan que en su día comentaste (y leí). Ya veo que, salvo el hecho que son dos personas el tema es diferente. No obstante, te voy a decir la verdad: no me animo a leerlo. Tus reseñas siempore son muy buenas, y descubren montoneras de autores de los que no tenía ni noción. Eso, por lo menos, me pone en contacto con lo que se publica en España. Pero uno, que es bastante lector de "hits" (te juro que no sé como se dice en castellano ¿éxitos?), aparte de lo que se publica por aquí, me voy a leer lo último del colectivo Carmen Mora y lo de Leonardo Padura. En francés, acabo de leer lo último de Muriel Barbery y me ha dejado perplejo. Ya te contaré
    Besotes

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    1. ¡Gracias por tus palabras, Sorokin!
      no, no tienen nada que ver esta y la de De Vigan, aunque ambas son buenas novelas. Entiendo que te apetezcan más otras cosas, claro, hay que leer lo que apetece en cada momento y si te apetecen los hits, pues a por ellos El de Carmen Mola le voy a leer también, a Padura ya no, es un autor que nunca me ha llamado demasiado la atención, no sé porqué.
      Me dejas muy intrigada con lo de la novela de Barbery, perplejo ¿en el buen sentido? o ¿en el malo?
      Me gusta mucho esa autora. Me gustaron La elegancia del erizo y Una rosa sola, es peculiar.
      Ya recontarás...
      Besotes para ti también!!!

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  12. Hola!!

    Acabo de conocer tu blog.

    La verdad es que me has dejado intrigada con tu reseña. Creo que sería un libro "raro" para mí porque no estoy acostumbrada a este tipo de lecturas. Sin embargo,me has dejado con ganas de descubrí la pluma de la autora porque veo aue merece mucho la pena. Lo tendré en cuenta.

    Besos!

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    1. ¡Hola!
      ¡Bienvenida al blog! la autora merece la pena, si, y a veces nos viene bien salir de nuestra zona de confort
      Besos y gracias por tu comentario

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  13. Me gusta lo que cuentas. Sin duda una autora a tener muy en cuenta. No la descarto para más adelante. Y a riesgo de resultar repetitivo, jajaja, entre esta y la anterior que leíste, ¿cuál te dejó más huella?

    Un beso ;)

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    1. ¡Hola!
      pues no sabría decirte. Ambas son novelas muy distintas con temas muy distintos. Pero creo que me decantaría por la otra por La última cabaña". En cualquier caso te recomendaría conocer a Yolanda Regidor, merece la pena
      Un beso

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