Conoce a Dewey leemáslibros, el gato que inspiró el título de mi blog


19 de febrero de 2020

“LA CASA DEL PADRE” de Karmele Jaio

Cubierta de la novela de Karmele Jaio
“Por un momento, has recordado el tiempo en que escribías sin ser escritor. Entonces escribir era tu secreto. Casi nadie sabía nada ni esperaba nada de ti, ni los compañeros de la universidad al principio, ni los del periódico en el que trabajaste después, ni tus amigos más íntimos, aunque nunca has tenido amigos demasiado íntimos.

Entonces escribías libre, con tranquilidad, imaginando situaciones que disfrutabas resolviendo. No tenías que compartir tu afición secreta con nadie. Escribir era para ti como hacer un sudoku, tú solo, reclinado en una butaca. Podías vivir en aquel espacio autista maravilloso. Era tuyo, solo tuyo.

Ahora, sin embargo, desde que sientes que hay un público que te espera, el blanco escritorio sobre el que escribes te huele a desinfectante, a producto de limpieza, a vacío. Como tu cabeza."

Ismael tiene un secreto. Lleva dos años intentando escribir su próxima novela, pero no consigue producir más que borradores sin vida. A su desconcierto creativo se le suma el impacto sufrido tras escuchar la noticia de que han encontrado el cuerpo de una mujer en el monte cerca de su ciudad, Vitoria. Desde que sus hijas se han hecho mayores, cada vez que escucha alguna noticia similar siente una inquietante mezcla de culpa y miedo: culpa por ser hombre y miedo por lo que algún hombre pueda hacerles a «sus niñas». Su crisis se acentuará cuando se vea obligado a pasar todas las tardes con su padre, después de que su madre haya sufrido un accidente y no pueda cuidar de él. Las horas con su padre le llevarán a preguntarse sobre su relación con él y sobre la manera en la que ha aprendido a ser un hombre.

6 de febrero de 2020

“EL ARCHIPIÉLAGO DEL PERRO” de Philippe Claudel 

Cubierta de la novela de Philippe Claudel

“Lo notan ya? -¿El qué? -preguntó el Alcalde.
-A él -dijo el Cura señalando al muerto-. Su nuevo inquilino.

Está aquí -añadió, dándose unos golpecitos en el cráneo con el índice-. En las cabezas de todos. Acaba de instalarse. Y ya no se moverá de ahí.

Ahora le darán alojamiento de forma permanente, hasta el final de sus días. Día y noche. No hará mucho ruido, pero nunca podrán echarlo. Tendrán que acostumbrarse. Así que ánimo.”
El archipiélago del Perro no es un lugar paradisíaco. Se trata de un enclave aislado del mundo, no muy lejos de la costa africana, en el Mediterráneo menos turístico, donde los habitantes tienen que enterrar a sus muertos de pie por falta de espacio. Una tierra dura, salpicada de lava y sacudida por el aliento del Brau, el volcán. La pesca y la agricultura son la forma de subsistencia de sus gentes, que sueñan con hacerse ricas con la llegada inminente de un proyecto de inversión internacional. Un día, en una pequeña isla volcánica del archipiélago, el mar arroja a la orilla los cadáveres de tres hombres negros, un hecho que pone al descubierto las miserias de los pobladores de la isla, que se debaten entre dar una sepultura digna a los cuerpos de los africanos y ocultarlos para evitar el escándalo. De pronto, esta pacífica comunidad de pescadores se transformará en un grupo de desalmados dispuestos a apuñalarse por la espalda, y su aislamiento y su desconfianza crónicos, exacerbados tras el descubrimiento de los cadáveres, los llevarán a las puertas de la extinción.